Regreso a Hope Gap (2019) cuenta la historia de la ruptura de una pareja después de casi tres décadas de estar juntos, en la que se hace una inteligente y profunda reflexión sobre el conflicto de ruptura debido a la falta de lealtad y la desconfianza que provoca el dolor a estas personas, que se ven sumidas posteriormente en la soledad.
Grace y Edward llevan casados 29 años con un matrimonio aparentemente perfecto, pero llega un momento en el que deben hacer balance de lo que ha sido su vida hasta ese punto. Edward es un hombre sencillo, introvertido, sereno, callado, que da clases en un instituto, mientras que su esposa Grace está confeccionando un libro de poemas, y su impulsiva forma de ser es todo lo contrario, tiene un carácter con un fuerte magnetismo que lo impone en todo momento, mientras que su marido se somete a sus deseos con tal de hacerla feliz. Tienen un hijo, Jamie, ya mayor, que se ha marchado del hogar.
Llega un momento en que Edward se da cuenta de que esa vida no es la que deseaba, cuando conoce a Angela, la madre de un alumno que tiene dificultades, en la que cree haber hallado a la mujer que es capaz de comprenderle y que le hará vivir de la manera que anhelaba, algo que él no ha sido capaz de lograr al complacer a Grace.
Un fin de semana Jamie viaja a Seaford, el pueblo costero donde viven, cerca de los acantilados de Hope Gap, para estar con ellos unos días, y una vez allí su padre le confiesa que tiene la intención de marcharse de casa cuanto antes y poner fin a su matrimonio después de tantos años juntos. Tras esta noticia cada uno de los miembros de la familia tendrá que buscar la manera de recomponer la situación y tratar de salir adelante.
La película sigue a estas tres personas que pasan por diversos momentos de sorpresa, de enfado y de negación, con la incógnita de si por fin el matrimonio seguirá unido o se romperá definitivamente y los motivos por los que ello puede suceder.
Está escrita y dirigida por el veterano guionista William Nicholson, que adapta estupendamente su propia obra teatral The retreat from Moscow, escrita en 1999, basada en la separación de sus padres ocurrida años atrás que le causó un gran impacto. Su puesta en imágenes hace que no se aprecie su origen escénico.
El dos veces nominado al Oscar y responsable del guion de la estupenda Tierras de penumbra (1993), así como de los de Gladiator (2000) y de Los miserables (2012), aquí nos ofrece, con una gran sensibilidad, esta historia de amores que se marchitan y en la que los protagonistas padecen una especie de ceguera que les impide encontrar la solución a esta situación a la que han llegado, para poder seguir juntos.
Es un film interesante y sobre todo lleno de autenticidad, en el que no hay respuestas fáciles para resolver el problema que se plantea, ni caminos para una posible redención, pero lo que sí hay es un mensaje de esperanza y de supervivencia en estos difíciles tiempos que nos ha tocado vivir.
La pareja matrimonial está compuesta por el veterano Billy Nighy y la actriz Annette Bening, que una vez más está espléndida en el papel de la poderosa Grace, y ambos comparten el protagonismo con Josh O'Connor, que carga con el papel conciliador de Jamie, que no desmerece del gran trabajo que hacen sus mayores.
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