Jacques Tourneur fue un cineasta norteamericano de obvios ancestros franceses; su padre, el director Maurice Tourneur, fue uno de los pioneros del cine, primero en su país, Francia, y después en Estados Unidos, donde emigró a mediados de los años diez del siglo XX, con Jacques siendo todavía un niño. Tourneur Jr. creció a la sombra del talento de su padre, del que fue con frecuencia ayudante de dirección, y con el tiempo lo superó, convirtiéndose en uno de los cineastas más reputados en el Hollywood clásico, el de los años cuarenta y cincuenta.
Jacques se especializó sobre todo en films de terror, en los que dio lo mejor de sí, con películas en las que conseguía crear una atmósfera de inquietud, de desasosiego, como La mujer pantera (1942), El hombre leopardo (1943), La noche del demonio (1957) y Yo anduve con un zombi (1943), que se considera el pistoletazo de salida del cine de los muertos resucitados, aunque lejos aún del canon que impuso décadas más tarde George A. Romero con su La noche de los muertos vivientes (1968). Pero Jacques Tourneur se manejó igualmente con muy buen nivel en el melodrama, como puso de manifiesto en Noche en el alma (1944), la aventura, en films como El halcón y la flecha (1950) y La mujer pirata (1951), e incluso en el wéstern, en películas como Tierra generosa (1946).
Curiosamente no se prodigó mucho en el cine negro, que fue uno de los géneros por excelencia del Hollywood clásico, el de los años cuarenta y cincuenta, pero sí aportó a la temática del “film noir” esta maravilla que en España llevó el título de Retorno al pasado.
Así, burlando con inteligencia y astucia las rígidas normas del oprobioso Código Hays, el ominoso catálogo censor yanqui que estuvo vigente durante décadas, Tourneur consigue una obra maestra del cine negro norteamericano, un film bellísimo, oscuro, tórrido para la época, y cargado de turbias pasiones y rastreras puñaladas traperas.
Una mujer, Kathie, roba una fuerte suma de dinero a su amante, Whit Sterling, un ventajista; el despechado envía a un detective, Jeff Bailey, en su busca; pero el investigador privado pronto caerá en los brazos de la bella...
Espléndida la atmósfera densa e intensa, las chispas que saltan entre la pareja protagonista, la sensación de estar permanentemente al borde del abismo. Rigurosamente imprescindible, con una interpretación memorable de Robert Mitchum y Rhonda Fleming, más un Kirk Douglas en uno de sus primeros papeles en el cine.
(24-04-2020)
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