Sigue Montxo Armendáriz demostrando que la inocencia (o la carencia de ella) continúa siendo su tema predilecto; prístinamente inocente era el carbonero protagonista de Tasio (1984), como el negro del Maresme de Las cartas de Alou (1990), y carentes absolutamente de inocencia los niñatos de Historias del Kronen (1995).
Vuelve de nuevo con Secretos del corazón (1997) al paisaje rural navarro, como en su primera película, y de nuevo para hablarnos en voz baja de cosas de la tierra, a través de la mirada ingenua y sentimental del crío Andoni Erburu, un descubrimiento prodigioso, los ojos negros infantiles más cinematográficos desde los de Ana Torrent en El espíritu de la colmena (1973).
Pero no sería justo atribuir todo el mérito a la notable capacidad del chaval para transmitir ingenuidad, sino, sobre todo, a la extraodinaria sensibilidad de Armendáriz para contarnos, sin estridencias, sangre ni escándalos, esta historia bellísima sobre la edad de la inocencia y el doloroso trance de salir de ella, un nuevo parto que alumbra al adolescente que alguna vez será hombre. Sencilla y espléndida, con un muy elaborado guión que sin embargo parece fluir sin aparente esfuerzo, la nueva película del cineasta navarro lo confirma como uno de los grandes del cine español.
(23-08-2004)
105'