Cuando en la cartelera aparece un thriller pronto pensamos en el cine norteamericano o también en el francés, aunque últimamente la cinematografía británica y la española nos han ofrecido muestras bastante interesantes, pero no se nos ocurre que sea australiano. Pues sí, en ese país, al parecer, porque no conocemos muchas muestras de su cine, también se hace el policiaco y la muestra es una interesante cinta como ésta.
Cuando el joven JR es encarcelado por un delito menor, para cumplir seis meses de prisión, el más famoso criminal de Australia, Brendan Lynch, un experto atracador, se ofrece a protegerlo dentro de la prisión de los bárbaros que pretenden sodomizarlo, como hacen con otro chico. Pero esa protección tiene un precio, y Lynch y su equipo tienen planes para él cuando salga en libertad, momento en el que se verá metido en una red criminal que le hará dudar de en quién debe confiar.
Es el debut en la dirección de un largometraje de Julius Avery con este sólido thriller de acción, con un guion escrito por el propio realizador, en colaboración con John Colle, bastante macizo, en el que ocurren muchas cosas, que mantienen en tensión al espectador con los numerosos giros que se producen en las conductas de los protagonistas al tomar partido por uno u otro bando tras llevar a cabo un atraco perfecto y saber quién será el más listo al final que se quede con el rico botín.
En el film se pueden distinguir perfectamente dos partes o dos géneros, en primer lugar el tiempo que está en prisión JR es la típica producción de cine carcelario, mientras que la segunda mitad pertenece a la clásica cinta de atraco perfecto, con los consiguientes momentos de máxima acción con peligrosas carreras en coche bien resueltas y con todas las características de ambos géneros bien yuxtapuestas.
Hay un aspecto que no pasa desapercibido en el caso de JR, que es un buen jugador de ajedrez, un chico despierto e inteligente, por lo que no extraña que en algún momento de la partida haga su jugada maestra, aunque Brendan, el contrincante que tiene enfrente, también sabe algunos trucos de este juego. En el guion se tocan la amistad, la lealtad, la desconfianza, la violencia y el paso a la edad adulta entre otros temas.
En la interpretación tenemos a Ewan McGregor, casi irreconocible, en un papel no habitual en él hasta ahora, que salva con gran eficacia a la hora de sacar partido de su personaje; no ocurre lo mismo en el caso de Brenton Thwaites, que da más impresión de debilidad que de ser un tipo que se meta en un fregado tan gordo.
Un film muy distraído, sorprendente, para pasar un buen rato. Habrá que tener en cuenta lo próximo de este joven director, si llega a nuestras pantallas.
108'