Pelicula:

CRITICALIA CLÁSICOS

En los años sesenta del siglo pasado dicen algunas corrientes críticas que el cine de Hollywood quiso recuperar la comedia de enredo, de parejas que van y vienen, de conflictos amorosos y temperamentales, que tanto éxito y calidad tuvieron en la década de los treinta, repitiendo actores y actrices populares entre el público. Pero quizás se olvidan de que aquellas cintas añoradas tenían tras la cámara nombres del peso y la calidad de un Howard Hawks, un Leo McCarey, un George Cukor... y en la pantalla veíamos los rostros de James Stewart, Katharine Hepburn, Cary Grant, Bing Crosby... nada menos.

Pero treinta años después las comedias ya son menos ácidas, más inocentes y conformistas, menos elaboradas y -sin desmerecer a nadie- los rostros son los de Rock Hudson, Doris Day, Ann-Margret o James Garner, o los directores ya no son maestros consagrados como los citados, sino buenos profesionales al servicio de las todavía poderosas productoras. Y así podemos tener ya ejemplos como esta Su pequeña aventura, que protagonizan Garner y Doris Day, él como un famoso y conocido ginecólogo y ella como simpática ama de casa a la que conocemos precisamente sacando un pollo asado del horno...

El comienzo es chispeante y prometedor: una señora madurita (excelente Arlene Francis) sale muy contenta del coche haciendo el avión, y entre risas penetra en un concurrido vestíbulo, coge el ascensor (lleno de señores con caras de amargados) y con  su buen humor contagioso también los hace reír, hasta llegar al despacho de su más que mayorcito esposo, al que se abraza para decirle que por fin esperan un anhelado hijo, asunto muy de agradecer al famoso ginecólogo. Y a partir de ahí, el siempre eficaz Norman Jewison, que alterna en su carrera de más de treinta años éxitos como los musicales El violinista en el tejado o Jesucristo Superstar, comedias de altura como Hechizo de luna, junto a obras valiosas como El caso Thomas Crown o En el calor de la noche, lleva adelante su trabajo sin tropiezos, aunque en un film menos ambicioso

La cinta, sin embargo, tiene el dato favorable de ser una producción de la Universal, entonces en todo su esplendor, lo que le proporciona un buen equipo: en el guión está Carl Reiner (también actor), la música es del entonces de moda Frank de Vol, y la fotografía es de Russell Metty (firmante de la de Sed de mal, nada menos). Todo ello contribuye a que la narración sea hábil y que los personajes que conocimos vayan cambiando, en especial Doris Day, transformada de ama de casa en estrella de la televisión y mina de oro para anunciantes y marcas del hogar, que la miman, cuidan y la colman de regalos. Gags como los de la piscina (construida en forma relámpago), o las nubes de detergentes flotando sobre las calles, el parto -en pleno atasco- accidentado y feliz de la señora que abría el film... todo sirve  para que el espectador siga la historia entre risas y cómplice conformismo.

Así, estamos ante lo que se podría llamar una típica y tópica película "de Doris Day", con castos besos matrimoniales, detalles inteligentes, secundarios muy divertidos, niños angelicales, tópicas riñas de pareja y guión bien dosificado. Su pequeña aventura cimenta eso que hemos titulado como una inocencia propia de la década, en el cine de Hollywood, mientras otras cinematografías -especialmente europeas- iniciaron un proceso de renovación que modernizó al séptimo arte y que acabó también reflejándose en la decadencia que afectó a las grandes productoras americanas, que estaban viviendo -sin saberlo- el final de una etapa...


 


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108'

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Su pequeña aventura - by , Jul 11, 2022
2 / 5 stars
Inocencia sesentera