Pelicula:

CRITICALIA CLÁSICOS


Disponible en Filmin y Apple TV.


En 1934 Frank Capra (Sicilia, Italia, 1897 – California, Estados Unidos, 1991) ya tenía una amplia carrera a sus espaldas; comenzó a dirigir insultantemente joven, solo con 24 años, en 1921, en plena época del cine mudo, cuando el formato del cortometraje, hasta entonces mayoritario, iba perdiendo fuelle en beneficio del largometraje que se terminaría imponiendo comercialmente. En esa primera etapa se fogueó como un director seguro, generalmente en temáticas de comedia o drama, y fue fundamental en la fama de una estrella de la época como Harry Langdon. A partir de la llegada del cine sonoro, en 1927, Capra encuentra su tono en, sobre todo, el género de la comedia, sin desdeñar el del drama, e incluso la interacción entre ambos. Los años treinta y los primeros cuarenta son los mejores en su carrera, con títulos como esta Sucedió una noche (1934), pero también El secreto de vivir (1937), Vive como quieras (1938), Caballero sin espada (1939) y Juan Nadie (1941), con frecuencia muy influidos por las ideas liberales inherentes al New Deal rooseveltiano, una mirada henchida de humanismo hacia un mundo cínico y de colmillo retorcido.


Otros títulos suyos relevantes de la época serían la divertida comedia negra Arsénico por compasión (1944), la mítica ¡Qué bello es vivir! (1946), imprescindible en cualquier navidad que se precie, y El estado de la Unión (1948), para después oscurecerse su figura hasta reaparecer, ya en su canto del cisne, en los años sesenta, con Un gánster para un milagro (1961), hermoso cuento de hadas en clave realista que cerrará su filmografía.

Pero en Sucedió una noche Capra gozaba ya de la fama y el prestigio de ser uno de los grandes cineastas de la época. De hecho, esta película conseguiría cinco Oscars, los más importantes: Película, Dirección, Actor Protagonista (Clark Gable), Actriz Protagonista (Claudette Colbert) y Guion Adaptado.

Ciertamente fue una película que supo encontrar el punto exacto entre comedia y romanticismo, además de una cierta mirada sociológica abierta, en una sociedad, la norteamericana de 1934, todavía en buena medida afectada por el desastre económico y social que supuso el Crack del 29 y la posterior y tremenda Gran Depresión. Aquí conoceremos a los dos personajes principales, en una historia que se ambienta en el mismo momento cronológico en el que se rueda, a mediados de los años treinta: ella, Ellen, es la hija y heredera de un rico potentado, quien quiere casarla con un pretendiente que ella rechaza, manteniéndola por ello secuestrada en un yate ante la rebeldía de la mujer; ella, ante un bofetón del padre, se lanza al agua y ahí se le pierde la pista. Él, Peter, es un periodista igualmente rebelde que se encuentra por casualidad con la chica y, reconociéndola y viendo la posibilidad de conseguir una gran historia, se une a ella en su huida sin dar a conocer su personalidad; ambos inicialmente no saben teóricamente quienes son, y los primeros tiempos de forzada convivencia en el viaje (al compartir autobús) serán bastante traumáticos, aunque finalmente empiezan a tener cierto “feeling”...

Lo cierto es que nos parece que el film, para su tiempo, fue bastante avanzado, teniendo en cuenta que reivindica, aunque sea un tanto “sotto voce”, el papel de la mujer en la sociedad, con una chica que intenta tomar sus propias decisiones, aunque por otro lado tiene una visión eminentemente masculina, con el personaje de Gable manteniendo casi siempre el control de la situación. De hecho, él actúa como protector, quizá demasiado, llegando a aparecer casi como un acosador: así, domina la situación, es un controlador nato, y su trato para con ella es muy desconsiderado, aunque lo arregla y soluciona todo (esto es muy de la época, por supuesto). Aunque se entiende el tono “anti niña rica”, no deja de haber un evidente sexismo, por lo demás lógico dado el tiempo en el que se hizo.

Estamos entonces ante una comedia de las que se suelen denominar screwball, una comedia de chispeantes diálogos y situaciones un tanto estrafalarias, con un modélico guion, resuelto por Capra con esa dirección invisible que era una de las marcas de fábrica del  Hollywood clásico.

Aparecerán, por supuesto, los clichés y tópicos de la lucha de sexos, pero muy bien jugados, de tal forma que no resultan nunca lugares comunes sino elementos que hacen avanzar agradablemente la historia, una historia que, por supuesto, será finalmente una historia de amor. Pero será también una historia de aprendizaje a dos bandas: en ella es más evidente, la mujer que lo tiene todo y que en el transcurso de este viaje de alguna forma iniciático conocerá que no todo el mundo tiene, ni mucho menos, sus comodidades y posibilidades, llegando a pasar literalmente hambre, y también sabrá lo que es sacrificarse por quien menos tiene y sufre por ello indeciblemente. Pero él también aprenderá a modular su carácter volcánico, su tendencia a controlarlo todo, a convertir su cinismo irredento en la confianza en que una vida en común le redima de sus escepticismos.

Hay algunas escenas ciertamente icónicas, que han quedado en el imaginario popular, como la famosa manta colgada sobre una cuerda que divide la habitación en la que Ellen y Peter se ven obligados a dormir, una manta que, como dice él, son como las murallas de Jericó... Claro que, como sabemos, llegado el momento, y como ocurre en la Biblia, también las murallas de Jericó terminaron cayendo...

Eso sí, algunos diálogos de la época son hoy, afortunadamente, imposibles, como ese en el que se dice entre los varones que a ella hay quedarle un azote al día, se lo merezca o no, cosa que en nuestro tiempo produce auténtico sonrojo. Pero, por supuesto, no se puede juzgar la obra de arte con nuestra perspectiva, sino ponerla en contexto y saber que, en su momento, una frase como esa no solo no llamaba la atención (por inicua que fuera, que lo es), sino que era incluso aceptada y asumida por hombres y mujeres como lo más normal del mundo. Afortunadamente, ese tiempo pasó...

Buen trabajo de Gable y Colbert, que tenían una excelente química que se reflejaba en pantalla.

(09-03-2024)


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105'

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Sucedió una noche - by , Dec 06, 2024
3 / 5 stars
Las murallas de Jericó