Pelicula:

Richard Fleischer fue un cineasta neoyorquino que empezó a rodar en 1943, aunque en esa primera etapa se dedicó a los cortos y documentales. Su primer largo de ficción data de 1948, y a partir de ahí su nombre progresivamente empezó a ser tenido en cuenta, afianzándose como un cineasta sólido y fiable. Su época dorada se puede situar entre mediados de los años cincuenta y mediados de los setenta. En esos veinte años, Fleischer conseguiría un puñado de buenos o muy buenos films, muchos de los cuales gozaron de justa popularidad: 20.000 leguas de viaje submarino (1954), Los vikingos (1958), Impulso criminal (1959), Barrabás (1961), Viaje alucinante (1966), El estrangulador de Boston (1968), El estrangulador de Rillington Place (1971), Soylent Green. Cuando el destino nos alcance (1973) y Mr. Majestyk (1974), entre otros, confirman su excelente pulso narrativo y su eclecticismo, moviéndose igualmente a gusto en géneros como la aventura, el cine histórico, el fantástico, el thriller, la ciencia ficción y la acción.

Testigo accidental pertenece a la época en la que Fleischer aún se fogueaba rodando productos modestos como este, un thriller sobrio, seco, sin concesiones, de atmósfera densa y cargada, la historia de dos policías que han de escoltar a la viuda de un mafioso hasta otra ciudad, donde esta deberá poner a disposición de la justicia cierta lista que incriminaría a buena parte del crimen organizado en los USA. Pero un asesino a sueldo mata a uno de los policías, por lo que el otro tendrá que escoltar en solitario a la mujer...

Tiene Testigo accidental el encanto de lo modesto, pero no por ello menos estimulante: así, hay una muy inteligente utilización de la iluminación, con luces y sombras muy contrastadas, que contribuyen poderosamente a la atmósfera cargada y al tono muy de cine negro del film, con una fotografía que podría calificarse sin temor a errar como expresionista. También tiene interesantes detalles de buen cineasta, como la escena en la que el protagonista limpia la ceniza del puro de la chaqueta de su compañero, acción que, entonces ya cargada de tristeza y desolación, repetirá cuando este haya caído abatido por las balas del asesino a sueldo. El inteligente uso del ominoso reflejo del coche persecutor en la ventanilla del tren también confirma el talento visual de Fleischer.

Por otro lado, el personaje de la mujer a escoltar entra de lleno en el arquetipo de la “vamp” del cine negro, al menos aparentemente (porque habrá sorpresa, que lógicamente no revelaremos...): cínica, descreída, escéptica, con todos los tiros dados por la vida, su estridente relación con el policía que defiende su vida alcanzará momentos de notable dureza.

La película se desarrolla en gran parte en un tren, en el que policía y acosadores habrán de establecer un juego de inteligencias, como el juego del ratón y el gato. Al tratarse de una situación prácticamente única, los guionistas incluyen algunos personajes que parecen episódicos pero que finalmente no lo serán, alcanzando en algún caso incluso el rango de coprotagonista.

Formalmente la película tiene un buen ritmo, está bien contada, propiciando una tensión soterrada a veces rota con gran violencia, como la brillante escena de lucha cuerpo a cuerpo entre el policía y el mafioso, de una inusitada brutalidad, infrecuente en esa época, en un vigoroso thriller que ciertamente se anticipó a su tiempo en el tratamiento de la violencia.

“Sujeto a salvo pero espero problemas”, será el texto del telegrama que el policía envía  a sus superiores en una estación en la que se detiene el tren: será la calma que preludia la tormenta, como en la frase que le espeta el jefe de los mafiosos al agente de la ley: “Un tipo solo frente a un ejército...”.

(18-05-2020)


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71'

Año de producción

Testigo accidental - by , May 18, 2020
3 / 5 stars
Un tipo solo ante un ejército