Pelicula:

CRITICALIA CLÁSICOS


Disponible en FlixOlé y RTVE Play.


José María Forqué (Zaragoza, 1923 – Madrid, 1995) fue un guionista y director español que gozó, con razón, de prestigio en vida, prestigio que sigue intacto varias décadas después de su muerte. Como director su carrera abarca casi medio siglo, desde 1947 hasta 1994. Ya desde el principio se vio que era un cineasta peculiar, con algún título de sus inicios, como la comedia fantástica El diablo toca la flauta (1953), que se desmarcaba claramente de las temáticas de la época, aunque eso no quiere decir que Forqué no tuviera que pagar el peaje correspondiente del “cine patriótico” franquista, en films como La legión del silencio (1956) o, sobre todo, Embajador en el infierno (1956), películas que, no obstante, estaban primorosamente bien filmadas, aunque sus temas se incardinaran en el cine que fomentaba la dictadura. A partir de 1957 se inicia la que podríamos llamar “la década prodigiosa de José María Forqué”, en la que se suceden los títulos notables: Amanecer en Puerta Oscura (1957), una vigorosa mirada adulta sobre el fenómeno del bandolerismo español; La noche y el alba (1958), con guion del escritor comunista por antonomasia de la época, Alfonso Sastre; Un hecho violento (1958), extraordinario drama carcelario ambientado en Estados Unidos, por aquello de huir de la censura; Maribel y la extraña familia (1960), inteligente adaptación del clásico de Mihura; 091: Policía al habla (1961), brioso policíaco sin nada que envidiar al cine negro americano de la época; Atraco a las tres (1963), divertidísima comedia negra, un auténtico monumento cinematográfico lleno de gracia y buen hacer; y El juego de la verdad (1963), con temáticas nada apropiadas a la negra noche del franquismo, como el sexo fuera del matrimonio, con mujer madura encamada con joven donjuán. 


A esa misma época pertenece esta Usted puede ser un asesino (1961), quizá un peldaño por debajo de las estupendas películas citadas, pero aún así una obra a tener muy en cuenta, no tanto por su historia sino, sobre todo, por su excelente plasmación cinematográfica. 


La película se ambienta (teóricamente: solo los exteriores; los interiores están rodados en los madrileños estudios de Sevilla Films) en París, en el tiempo de su rodaje, a principios de los años sesenta. Una voz en off localiza la historia en la llamada Ciudad de la Luz, en lo que parece enteramente un spot turístico de la capital francesa, aunque no lo sea. Un narrador omnisciente presenta la historia de dos parejas amigas de ciudadanos obviamente franceses, con la presentación de los personajes a un ritmo ágil y desenfadado, con un vertiginoso ritmo musical. Las mujeres de esas parejas, Margarita y Brigitte, se van de viaje juntas, al campo, mientras los maridos, Simón y Enrique, se quedan de Rodríguez (o como se diga en francés...); en cuanto se marchan, a estos tipos salidos les falta tiempo para llamar a Lulú, una pelandusca, para que vaya con una amiga a las casas de ambos esa noche. En el piso de al lado vive una sobrinita con su tía mayor y enferma; la chica, poco agraciada, tiene un novio que es un caza fortunas, esperando heredar cuando muera la vieja. Cuando en la casa de Simón se presenta un tal Dupont, que resulta ser hermano de Lulú y le visita para hacerle chantaje, los acontecimientos se precipitan... 


La obra teatral homónima de Alfonso Paso, estrenada en el madrileño Teatro de la Comedia en 1958, es la base de este thriller entreverado de comedia negra, o viceversa, ambientado en París para evitar problemas con censura (esos maridos, en plan Rodríguez, reivindicando encendidamente echar una cana al aire, no debía estar precisamente bien visto por los rígidos censores de la época...), lo cierto es que estamos ante el típico caso, más frecuente de lo que podría pensarse, del film en el que la puesta en escena es muy superior a la historia que se nos cuenta, en este caso uno de esos sainetes, con un punto de extravagancia “light”, que tanto gustaban al autor teatral. También es cierto que la elección de París como localización de la trama no es ociosa: no en vano, la capital francesa, cosmopolita, abierta y libre ya entonces, era un desiderátum del españolito de la época…


Estamos entonces ante una realización muy superior a la historia que se nos cuenta, muy artificial y alambicada, típica de Alfonso Paso, un juguete cómico entreverado de intriga policial, con gran ritmo, perfecta puesta en escena y una notable utilización de la profundidad de campo. También juega a ratos, y con cierta fortuna, la carta del humor del absurdo, especialmente en el interrogatorio al que la Policía (perdón, la Police Nationale...) somete a uno de los maridos con vocación adúltera, el llamado Simón. Y es que la película está plagada de diálogos llenos de ironía, algunos de ellos difícilmente tolerados actualmente por la dictadura de Lo Políticamente Correcto, como aquel en el que el personaje de Amparo Soler Leal, llamado Margarita, se autodefine como “buena esposa, obediente, uso ropa interior cara y soy tirando a tonta”.


Usted puede ser un asesino es también, a nuestro entender, una comedia de enredo bien urdida, con entradas y salidas de puertas, con cadáveres muy apropiadamente acarreados de un lado a otro, continuamente al borde de ser descubiertos... Algunas escenas son cinematográficamente muy virtuosas, como la final, en un almacén lleno de maniquíes desnudos, en una notable secuencia, muy visual e imaginativa.


Buen trabajo actoral (los intérpretes de la época eran lo mejor del cine español), con un Alberto Closas sembrado como el marido que quiere ser un crápula aunque el destino se le pone en contra, pero también de López Vázquez, que borda su papel de calzonazos, preludiando quizá su posterior personaje de “españolito salido” (aunque aquí fuera nominalmente francés... eso sí, llamándose Enrique, no Henri...), y no digamos de Amparo Soler Leal, deliciosa en su papel de tonta lianta. De los demás nos quedamos con la presentación cinematográfica de José Luis Pellicena, más tarde toda una institución en los teledramáticos de Televisión Española. La música de Augusto Algueró es significativa, marcando el tono irónico y suavemente humorístico de esta comedia negra y de enredo atravesada de thriller, que confirmó, por si no era aún evidente, el talento de Forqué, capaz de sacar petróleo de las piedras. 


(24-03-2023)


 


Usted puede ser un asesino - by , Mar 30, 2023
3 / 5 stars
Thriller entreverado de comedia negra