Rafael Utrera Macías

En el paradigma poético que Alberti organiza en “Yo era un tonto... “, el nombre de Buster Keaton se presenta como sujeto enunciador en “Buster Keaton busca por el bosque a su novia...” y como firmante de “Noticiario de un colegial melancólico”. Utiliza la declinación de los casos latinos (nominativo, vocativo, acusativo, etc.) aplicada a la palabra “nieve” y, por tanto, cada uno de ellos con sus preposiciones correspondientes. Al final, aparece la firma del actor. El poeta traspasa al cómico las sensaciones personales vividas en su infancia ya que su etapa escolar la siente como recuerdo ingrato.


Noticiario

El título se compone de dos sustantivos y un adjetivo. El primero aporta un valor denotativo mientras que el segundo queda connotado mediante su adjunta calificación. “Noticiario” es término estrechamente ligado al mundo de la comunicación y según el Diccionario de la Real Academia Española ofrece, con elementos comunes, tres significaciones diferentes: 1) Película cinematográfica en que se ilustra brevemente los sucesos de actualidad. 2) Programa de radio o de televisión en que se transmiten noticias. 3) Sección de un periódico en la que se dan noticias diversas, generalmente breves. Es evidente que esta tercera acepción cuadra con los elementos utilizados y comunicados por el poeta, pero la firma del cineasta connota la poesía de valores cinematográficos; por ello, la primera acepción del sustantivo nos permite opinar que, si evidentemente estamos ante un documento “firmado” por el cineasta, también podríamos estarlo ante un “noticiario” “filmado” por él. El resto del título, “colegial melancólico”, podría aludir tanto al Rafael Alberti alumno de los Jesuitas en El Puerto de Santa María como al Buster Keaton de la película El colegial, ambos jóvenes melancólicos por razones diversas, como luego diremos.


Técnica literaria, técnica cinematográfica

El sustantivo elegido, “la nieve”, es como un elemento mostrado o filmado desde múltiples puntos de vista; la diversidad de “angulaciones” son ofrecidas por la pluralidad de variantes significativas aportadas por las preposiciones, lo que se transforma en una metafílmica representación cinematográfica. El último verso correspondiente al ablativo se repite en el siguiente donde la luna se erige en sujeto de un sintagma nominal cuyo verbo está elidido (va) y funciona en el “noticiario” como un fundido encadenado que conecta, en sentido cinematográfico, el primer bloque o “rollo” con el segundo.

Esta “bobina” contiene paralelismo de elementos morfosintácticos; el proceso de animación nos hace ver a los elementos gramaticales sometidos a un agudo proceso de personificación y ambos en semejante situación. El firmante / autor se adormece en un estado melancólico mientras su inteligencia vaga, del mismo modo que los recursos gramaticales mencionados, por diversos estadios de su imaginación.


El Colegial (College)

El firmante del poema, Buster Keaton, había interpretado en 1927 El Colegial (College), película dirigida por James W. Horne, estrenada en Madrid el 9 de Enero de 1928 en el Real Cinema.

El colegial melancólico se llama Ronald y ha sido un buen alumno de una escuela superior donde se ha graduado. A él ha correspondido pronunciar el discurso final con un traje que, a causa de la lluvia, ha encogido y con un paraguas que se rebela a cerrarse. El estudio y la inteligencia frente a la fuerza física y el deporte son conceptos defendidos por el estudiante con su severa oratoria. Pero esto no son armas suficientes cuando quiere demostrarle a su compañera Mary su afecto o su amor porque ella prefiere al atlético Jeff.

Ronald, que tiene fama de huraño y esquivo además de tímido y melancólico, comprueba que no hay otro remedio que practicar deporte si quiere conseguir el favor de las chicas. Integrante del equipo de regatas y tras sortear una serie de circunstancias, consigue la victoria para los suyos. Mary, acosada en su habitación por Jeff, pide socorro al reconocido campeón y éste con mil argucias deportivas y un excepcional salto de pértiga, libera a la chica del atlético estudiante no sin antes propinarle toda suerte de golpes (los platos de cocina son discos, el paraguas se convierte en jabalina, etc.) que obligan a huir al aprovechado matón. Mary, ante semejante defensa, acepta el futuro de la mano de Ronald.


La opinión de Buñuel

Luis Buñuel quedó entusiasmado con esta película titulada también Deportista por amor, como así la denominó en su comentario publicado en “Cahiers d´Art”: “El film es bello como un cuarto de baño: de una vitalidad de automóvil Hispano, Buster nunca buscará hacernos llorar porque sabe que las lágrimas fáciles han periclitado” (...) Opondremos siempre en cine la expresión monocorde de un Keaton a la infinitesimal de un Jannings (...) En Buster Keaton la expresión es tan modesta como la de una botella, por ejemplo: aunque a través de la pista redonda y clara de sus pupilas hace piruetas su alma aséptica. Pero la botella y el rostro de Buster tienen puntos de vista infinitos. (...) Nunca se habla de la técnica de películas como Deportista por amor, y es porque ésta se encuentra tan indisolublemente mezclada con los otros elementos que no llega uno ni a darse cuenta de ella, lo mismo que cuando vivimos en una casa no nos damos cuenta del cálculo de resistencia de los materiales que la componen. Los superfilms deben servir para dar lecciones a los técnicos: los de Keaton para dar lecciones a la realidad misma, con o sin la técnica de la realidad. (...) Escuela de Buster Keaton: escuela americana: vitalidad, fotogenia, ausencia de cultura y tradición novicia: Monte Blue, Laura la Plante, Bebe Daniels, Tom Moore, Menjou, Harry Langdon, etc.”.

Ilustración: Dibujo de la paloma de Alberti, dedicado por el poeta al autor de esta serie de artículos, Rafael Utrera Macías, con motivo de entrevista mantenida en 1982.

Próximo capítulo: XI. Buster Keaton en la memoria poética de Rafael Alberti