Pelicula:

Viendo Aeropuerto se tiene la sensación de estar contemplando uno de los films del comienzo del Cinemascope, allá por los años cincuenta, una de esas cintas cargadas de estrellas, pantalla ancha, música arrebatadora e historia convencional que inundaron las pantallas mundiales en una primera y ya dramática lucha por quitar espectadores a la televisión.


Funcionando con una historia melodramática, en la que se entrecruzan muchas vidas y muchas situaciones, narrando algo que no puede coger en absoluto de improviso al espectador, este Aeropuerto, escrito y dirigido por George Seaton, cuenta con la base del libro de Arthur Hailey, una novela en la tradición de los grandes sucesos libreros norteamericanos, una de esas narraciones “más fuertes que la vida”, que triunfan primero sobre el papel y luego sobre la pantalla.


Y si analizamos, no ya las situaciones, sino simplemente los personajes del film, nos encontramos con toda una galería de típicos hombres y mujeres americanos, verdaderos esquemas vivientes, carentes por completo de autenticidad y realismo. Pero ahí es donde empieza a funcionar el film como máquina perfecta sobre los públicos, haciéndoles tragar por válidos y auténticos una serie de figuras falsas que no responde a una verdad ni a una situación real. Desde la señora simpática y viejecita que desafía al sistema mercantilista impunemente (Helen Hayes) al piloto don Juan pero humano en el fondo (Dean Martin), o el ejecutivo seguro de sí en lo profesional pero minado en lo privado (Burt Lancaster), sin olvidar la secretaria eficiente y sensible (Jean Seberg) o el “outsider” resentido y derrotista (Van Heflin), todos los personajes responden a una concepción maniqueista de la vida, en la que la lucha por el triunfo profesional y la aceptación de unas reglas de juego a menudo poco limpias, forman parte esencial de sus vidas.


Por otro lado, el juego de situaciones a que se someten estos hombres y mujeres son totalmente falsas, tópicas y carentes de autenticidad. Ya tenemos a la chica embarazada, al presunto suicida o al hombre de acción unidos en momentos de peligro para proporcionar al espectador toda clase de emociones y deliciosas angustias. Ya tenemos un hermoso y falso tinglado realizado en pantalla de setenta milímetros, presupuesto alto, música inspirada y estrellas cotizadas. Porque en este tipo de cine las estrellas siguen siendo un elemento fundamental. Cuando en el cine moderno el actor pasa a tener un significado y un papel muy distintos, en este cine tradicional y sobre seguro, el actor sigue siendo antes que nada un nombre, un reclamo, una fuente abastecedora de taquillas. Profesionales como Burt Lancaster, Dean Martin, Van Heflin, figuras femeninas con cierto nombre europeo como Jean Seberg o Jacqueline Bisset, mitos vivientes como Helen Hayes, secundarios seguros como George Kennedy o en declive como Dana Wynter se mezclan en un mosaico variado en el que el espectador tiene donde escoger.


Y así reside una esencial virtud del comercialismo de Aeropuerto, que lo mismo gusta a señoras de la burguesía biempensante que a jóvenes veinteañeros o jefes de oficinas. Todos encuentran una parcela, una pista diríamos parodiando la publicidad del film, con la que identificarse. Y todos se sienten embarcados con esta aventura peligrosa de un avión gigantesco con explosivo a bordo, un aeropuerto cerrado por la nieve, unos hombres puestos al límite, todos se sienten seguros porque una tradición secular de muchos films similares y anteriores les viene a decir que al final todo saldrá bien y el esfuerzo y el tesón del “homo americanus” habrá salido vencedor, una vez más.


Cinta conservadora en todos los sentidos, sería absurdo analizarla bajo unos baremos ideológicos y no digamos políticos. Integrada de lleno en un esquema tradicional , esto queda patente no sólo en su argumento y en su temática, sino también en su realización, anodina y correcta por parte de George Seaton, más preocupado por hacer funcionar la totalidad de la narración que en poner garra y brillantez en cada una de sus escenas.


El final de este film curioso y comercial que es Aeropuerto es de por sí significativo: uno de los personajes alaba emocionado la capacidad constructiva de la firma Boeing, mientras el marido frustrado y la secretaria viuda y llena de ilusión hacen planes sobre una cena en el apartamento de ella. Curiosa mezcla final de una obra en la que lo más admirable es el poder revitalizar unas fórmulas antiguas y conocidas, la eficacia comercial para hacer volver a esa olvidada taquilla, hacerle pagar su entrada, y, lo que es mejor, hacerle salir totalmente satisfecho de la sala. Porque en Aeropuerto ha encontrado aquello que esperaba y que iba buscando. Sin nada nuevo, sin nada especial, sino aquello que durante años y años de espectador amamantado por el Hollywood comercial se ha acostumbrado a encontrar en la pantalla: diversión y falsedad muy bien envueltas.



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Duración

137'

Año de producción

Aeropuerto (1970) - by , May 02, 2018
2 / 5 stars
Línea de bajo coste