Pelicula:

El cine de Woody Allen está trufado de influencias de todo tipo, pero también de homenajes a grandes popes de la cultura. No hace falta ir muy lejos: véanse, por ejemplo, filmes como Interiores u Otra mujer, en los que Allen hacía cine a la manera de Ingmar Bergman; Stardust memories y Sombras y niebla, ambos sendos tributos al cine de Fellini (Ocho y medio y La strada, para ser más exactos); La comedia sexual de una noche de verano, en la que se versionaba a Shakespeare; Misterioso asesinato en Manhattan y, en menor medida, Scoop, donde la huella de Hitchcock es evidente; e incluso en Granujas de medio pelo, en su segunda mitad, en la que el matrimonio de nuevos ricos evoca poderosamente al personaje central de El burgués gentilhombre, de Molière.


Con esta Cassandra’s dream Woody parece homenajear a uno de los grandes (quizá el mayor de todos ellos) de los novelistas rusos, Fedor Dostoievski, en su más conocida obra, Crimen y castigo, la historia de un hombre, Raskolnikov, al que su conciencia atormentará tras perpetrar un horrible crimen. Aquí son dos hermanos ingleses, uno ludópata (de juegos de cartas, de esos en los que se pierden grandes fortunas y si no pagas te parten las piernas, como nos ha enseñado el cine, madre de todos los saberes…) y el otro con cierta tendencia a construir castillos en el aire, para la ocasión emprender negocios en California con su novia actriz, los que se verán abocados, por mor de devolver un grandísimo favor dinerario al tío rico de la familia, a matar a un tipo que molesta a su pariente. A partir de ahí la vida de estos dos desgraciados, como ellos mismos se autodenominan en un momento de la película, cambiará radicalmente. Los remordimientos acosan al ludópata, y todo se precipita.


Pero no es éste el mejor Woody (estaríamos hablando de su producción de finales de los años setenta y de todos los años ochenta), ni siquiera el Allen nuevamente interesante de sus últimos títulos. Se le ve demasiado la intención de poner en imágenes un Dostoievski actualizado, una modernización que, sin embargo, carece de la fuerza de otros de sus dramas. En este caso la historia de los dos infelices que serán llevados fatalmente a un destino atroz carece de grandeza, son dos pipiolos, dos marionetas a los que el Hado (vale decir para el caso el guionista, el propio Woody) mueve a su antojo.


Es cierto que hay algunas escenas enormes, como el momento del asesinato al que se ven abocados los dos pánfilos, resuelto con una mayestática, tan cinematográfica elipsis, y los diálogos, como es habitual en Allen, son potentes, con sustancia, e incluso se permite algún atisbo de humor, siempre presente en su cine, incluso en sus obras más negras. Pero la película carece de carisma, el drama de estos memos se nos da una higa, no llega en ningún momento a interesarnos, a implicarnos en su “pathos”.


Si, además, resulta que, acostumbrado a ver a Colin Farrell de macarra o de héroe, no te lo crees de atolondrado jugador de azar de baja estofa y menos aún que pueda ser acosado por remordimiento alguno, y el personaje de Ewan McGregor no llega mucho más allá de ser un esbozo, está claro que, al menos esta vez, Woody no ha dado en la tecla. Ya veremos cómo se le da con su película catalana, cuyo título (nada menos que Vicky Cristina Barcelona) no es precisamente un prodigio de originalidad…



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Género

Nacionalidad

Duración

108'

Año de producción

Cassandra's dream - by , Jul 05, 2017
2 / 5 stars
Dostoievski según Allen