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Del finlandés Juho Kuosmanen (Kokkola, 1979) conocemos en España su segundo largometraje, El día más feliz en la vida de Olli Mäki (2016), curiosa aproximación, entre lo entomológico y lo emocional, a los días en las que el famoso boxeador del título se jugaba su carrera pero se cruzó el amor de su vida y, obviamente, no había duda alguna... Tiene un largo anterior, su debut en ese formato, cuyo título internacional es The painting sellers (2010), no estrenado en España, ni en salas ni en plataformas, que cada vez más son la otra forma de ver cine en el mundo.

Su tercer film, este Compartimento nº 6, parte de la novela Hytti nro 6, original de la escritora finlandesa Rosa Liksom, publicada en España por Alianza, con la que el film tiene ciertas diferencias, como el tiempo histórico en el que se ambienta, siendo en el libro los años ochenta, mientras que ahora se ambienta en la actualidad. La historia nos presenta a Laura, una universitaria finlandesa especializada en arqueología, que está viviendo durante un tiempo en Moscú, donde se ha ennoviado con Irina, una intelectual rusa. Ambas planeaban viajar hasta Múrmansk, ciudad portuaria situada al noroeste de la Federación Rusa, a la misma altura de la Laponia finesa; allí existe un yacimiento de valiosos petroglifos, pinturas rupestres que datan de hace más de 10000 años, pero finalmente será solo la joven finlandesa la que viajará, al decirle su novia que no puede acompañarla por motivos de trabajo. En el tren que recorrerá media Rusia hasta llegar a aquellos extremos confines a Laura le toca viajar en el mismo compartimento, el 6 del título, con un minero ruso, Ljoha, que es todo lo opuesto a ella, un tipo sin cultura, modales ni un gramo de empatía por el resto de la humanidad. Sin embargo, a lo largo de los días y noches que compartirán este precario alojamiento ambulante, entre ellos parece abrirse paso algo que podríamos llamar quizá amistad...

Ha tenido Compartimento nº 6 una calurosa acogida en los festivales a los que ha acudido, entre ellos el de Cannes, donde consiguió el Grand Prix, además de obtener galardones en otros certámenes como Gotemburgo, Valladolid y Jerusalén. Pero nos tememos que no compartimos ese entusiasmo: a ver, la historia parece evidente que tiene su interés a priori, dos seres opuestos, cada uno de ellos con su trauma o, al menos, su frustración a cuestas, que en el transcurso de esta “road movie” (que más bien habría que llamar “railroad movie”...) encuentran un punto en común, una afinidad más bien inexplicable. Y por ahí es por donde nos parece que está uno de los errores de bulto del film: puestos a buscar lo imposible, hagamos que una chica universitaria finlandesa, de alto nivel intelectual, arqueóloga, con intereses tales como investigar pinturas rupestres de hace 100 siglos, tenga algo que ver con un patán que no sabe hacer la o con un canuto, un tipo zafio donde los haya, invasivo en las formas, desconsiderado y rufián, de alevoso comportamiento. Y además el cambio en ella, lógicamente renuente a ningún tipo de relación, ni amistosa, ni mucho menos sexual, con él, acontece sin que exista fundamento para ello; desde que ambos viajan a donde Cristo perdió el mechero (sea eso donde sea, con mucha nieve y un frío que pela), a visitar a la que, según el minero, es “mucho más que su madre” (¿?), ya hay una corriente de simpatía entre la arqueóloga y el minero, como si Juan Luis Arsuaga, el paleontólogo famoso por sus excavaciones en Atapuerca, visitara el plató de Sálvame para hablar de chismes del bajo vientre con Jorge Javier Vázquez y Belén Esteban... Y todo por unos tragos de un vodka con pinta de matarratas y un par de chifladuras de la vieja, en plan filosofía parda...

A partir de ahí todo es bastante increíble: la relación de la universitaria con el patán irá creciendo, con sus altibajos, y la aparición de un tercer elemento que instila el fantasma de los celos se cerrará con una de esas guarradas (no en términos sexuales) de las que es capaz el ser humano, acercando con ello aún más a la chica y al minero de modos manifiestamente mejorables. Porque además hay un tono como de, “bueno, este chico posiblemente ha tenido traumas anteriores que le hacen comportarse así”, pero lo cierto es que nunca terminamos de creernos que entre ambos protagonistas pueda haber nada que no sea un cortés saludo (por parte de ella; de él, como mucho, un rebuzno...). Esa progresiva afinidad, además, parece confirmar algo que si no es un axioma, se le parece bastante: con frecuencia, las mujeres tienen un pésimo gusto para elegir hombres (no hablamos de guapeza, obviamente), parece como si tuvieran la brújula averiada; pues este caso, desde luego, parece abonar esa tesis, pero sin que por parte del director haya otra cosa que complacencia en ello: por favor, esa sonrisa final de la chica, que parece decir, he encontrado por fin el hombre de mi vida, aunque éste sea incapaz de mantener una conversación ni medianamente inteligente; planazo...  

Tampoco ayuda el (como siempre) excesivo metraje, con escenas metidas con calzador que no aportan nada, como la del perro que guía a la protagonista y al “tercer elemento” que comentamos hasta un lugar donde unos rusos les regalan unas botellas de vodka, una escena que, si se hubiera quedado en la sala de montaje, como otras más de similar tono, el film podría haber ganado algo en entidad y en síntesis.

En fin, no es que sea una mala película, porque nos parece que tiene cierto interés, pero desde luego tampoco nos parece la maravilla que se ha querido ver. Kuosmanen no es un estilista, ni seguramente lo pretenda (los directores fineses no suelen serlo, es cierto), así que tampoco formalmente hay mucho que destacar. Es verdad que el cineasta finlandés busca un cierto tono realista, a veces con un tono como de realismo sucio, pero a estas alturas, evidentemente, no descubre nada.

Interesante trabajo el de la actriz finesa Seidi Haarla; peor nos parece Yuriy Borisov, el actor que interpreta al minero ruso, al que hasta le han dado un premio y todo, pero al que no nos terminamos de creer...

(20-04-2022)


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107'

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Compartimento nº 6 - by , Aug 16, 2022
2 / 5 stars
Atapuerca en “Sálvame”