Hace un par de años se estrenó una agradable comedia germana, El hombre deseado, un film de enredos equívocos dirigido por Sönke Wortmann a partir de los cómix de Ralph König, escritor y humorista de militancia gay. Aquella película, fresca y desinhibida, gustó donde se exhibió, de ahí que König reincida en la adaptación de su obra con esta El condón asesino, ahora con más medios e incluso exteriores en Nueva York.
Pero lo que en el anterior film era una estimable historia de amor a tres bandas, con lecturas sabrosas, en este caso se ha desmadrado, y de qué forma, en un delirante cóctel que incluye apuntes cómicos a lo "drag queen", pasando por una temática y una estética de cine negro yanqui, unos toques existencialistas y una ciencia-ficción (más bien "látex-ficción"...) casposa, para acabar en un despiporre total.
Y conste que tiene elementos curiosos, como el hecho de llevar a su terreno las constantes del cine negro clásico, con un detective supermacho que se pirra por los culos de los muchachos, o un "speech" final sobre la tolerancia sexual, dicho entre bromas y veras, que viene a ser la tesis del filme. Pero en el conjunto hay demasiadas fallas, demasiadas fisuras en un guión al que no le hubiera venido mal algo más de contención y verosimilitud.
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