Pelicula:

La obra del cineasta británico Alan Parker es cuando menos curiosa y, desde luego, ecléctica: tras algunos cortos, debutó en el largometraje con Bugsy Malone, nieto de Al Capone (1976), una especie de comedia en clave de thriller blanco con niños adoptando los papeles de los adultos (sin llegar a mayores, se entiende...), que, sobre todo, se hacía más interesante por estar en ella Jodie Foster, curiosamente el mismo año en el que la que después sería una estrella mundial se dio a conocer por su papel de prostituta infantil en Taxi driver, de Martin Scorsese. Después el inglés hizo esta El expreso de medianoche, que se puede decir sin faltar a la verdad que fue el éxito (al menos comercial) de su vida, un tremendista drama carcelario que se constituye inmediatamente en un acontecimiento taquillero, aunque no tanto de crítica, que, con razón, le negó el pan y la sal.

Posteriormente Parker tendría una trayectoria zigzagueante, con films entonados como Fama (1980), que marcó tendencia y haría historia en el musical, Birdy (1984), interesante thriller psicológico, y Arde Mississippi (1988), drama antirracista de gran intensidad. Pero tras el rotundo fracaso del drama contrario a la pena de muerte La vida de David Gale (2003), no ha vuelto a hacer cine.

En cuanto a El expreso de medianoche, se trata de una película sumamente efectista que pastorea al espectador por los terrenos de la trampa hasta llevarlo a donde quiere, en un clímax brutal donde todo quedará justificado. Basada en un hecho real, cuenta la historia de un joven atrapado en Turquía, acusado de tráfico de drogas, al que le cae una fuerte condena en una inhumana penitenciaría del país otomano.

Buscando siempre el lado morboso del asunto y halagando el gusto por los sentimientos más primarios del espectador-masa, la película, pese a su tremendo éxito de taquilla (en España casi 3,5 millones de espectadores, una auténtica barbaridad), carece de relevancia real, más allá de su mensaje tremendista, xenófobo y criptorracista. Supuso el efímero salto a la fama de su protagonista, Brad Davis, quien estuvo en algunos otros títulos relevantes, como la oscarizada Carros de fuego (1981), Querelle (1982), que fue el último Fassbinder, y Rosalie va de compras (1989), de Percy Adlon, antes de fallecer prematuramente en 1991 a causa del sida. Del resto del reparto destaca el siempre estupendo John Hurt, que ya se sabe que lo hacía todo bien.

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Género

Duración

121'

Año de producción

El expreso de medianoche - by , Apr 06, 2018
1 / 5 stars
Tremendista drama carcelario