Pelicula:

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Quizá sea una obviedad, pero es en el terreno del dibujo animado, del “cartoon”, como lo llaman los anglosajones, donde con frecuencia se refugia el talento que echamos tanto de menos, y con tanta frecuencia, en los audiovisuales con personajes reales. He aquí un caso, además paradigmático porque su innovación, su creatividad, no reside en una extraordinaria originalidad, ni en un chiripitifláutico diseño, sino precisamente en su dibujo sencillo y premeditadamente infantil, y en sus tramas nada nuevas pero que siguen funcionando a la perfección, en tanto en cuanto están plasmadas con amenidad, con capacidad para enganchar al espectador, sea este grande o pequeño.

El malvado lobo feroz es un film franco-belga de dibujos animados, que no llega al estándar de noventa minutos, ni falta que le hace. Se inicia con un preámbulo en el que vemos a una serie de animalitos, mayormente de granja, con los preparativos frenéticos para contar sus tres historias, en lo que parece un pequeño teatrito en el que las representarán. En cuanto comienza el primero de esos cuentos, las tres paredes del teatrito se transforman de inmediato en la naturaleza, en la granja donde se inician las tres historias que componen el film. En la primera de ellas, titulada Un bebé para entregar, el protagonista es un cerdito la mar de juicioso, que tiene como amigos a dos animales, un pato y un conejo, ambos con menos seso que un mosquito, dos descerebrados con una rara capacidad para meter la pata y para hacer disparates de todo tipo; en un momento dado una cigüeña cae con un bebé de un árbol, el ave les dice que está herida y exhausta y hay que entregar a la pequeña (es una niña) en su casa en Aviñón; el cerdo, conservador y miedoso, se resiste, pero cuando ve que los dos descerebrados se proponen hacerlo ellos mismos con su desastrosos métodos, se embarca él también en la aventura para garantizar que la niña llega indemne a sus padres... En la segunda historia, titulada como el film, El malvado lobo feroz, conocemos a un zorro acechando al gallinero, pero el cánido es más torpe que el Coyote del Correcaminos; al final lo envían de vuelta con una cesta de verduras... entonces el taimado lobo alecciona al zorro para que infunda miedo... aunque nadie se lo tiene. El lobo le propone robar un huevo del gallinero, para comérselo él; el zorro consigue hacerse con tres huevos, pero de estos nacen tres polluelos que, al verlo, creen que es su madre... el zorro tiene que ejercer como tal para que crezcan y se hagan grandes para comérselos... pero cuando el instinto materno, o paterno, hace su aparición, la cosa no será tan sencilla... La tercera historia se titula Hay que salvar la Navidad (aunque el original francés, Le Noël parfait, sería más bien “La Navidad perfecta”), y en ella vemos a todos los animales de la granja preparando la inminente Navidad… Los protagonistas son de nuevo el cerdito juicioso y los dos idiotas, el conejo y el pato, que enseguida empiezan a meter la pata; quieren hacer un muñeco de nieve… En eso están cuando los idiotas descubren un muñeco de papá Noel colgado en una pared e intentan rescatarlo, creyendo que es el auténtico, pero al hacerlo le cortan la cabeza al muñeco; horrorizados, creen que los niños no tendrán regalos, así que tienen la brillante idea de ser ellos los que lo suplan, mientras el cerdito intenta explicarles, sin éxito, que el descabezado es un muñeco de trapo, a la par que el perro, tan juicioso como él pero mucho más desprendido, le aconseja que les deje que se estrellen, que no ejerza de madre de los dos tontos...

Benjamin Renner y Patrick Imbert son dos realizadores de cine de animación de todavía corta carrera, pero sin duda interesante; el primero de ellos es el más veterano y con su debut en la realización de largometrajes, Ernest y Célestine (2012), codirigido por Stéphane Aubier y Vincent Patar, ya llamó poderosamente la atención, ganando el César a la Mejor Película de Animación y siendo nominado al Oscar en esa misma categoría. Imbert, por su parte, se ha desempeñado con anterioridad como animador en cortos, largos y series televisivas, debutando con este film, y repitiendo años más tarde, ya en solitario, con la notable (y tan distinta a esta El malvado zorro...) La cumbre de los dioses (2021), dramática historia de dos obsesiones relacionadas con el alpinismo.

Renner e Imbert, aunque dos, lo cierto es que parecen solo uno; de hecho, aunque el primero se encarga de uno solo de los tres cuentos del film, Hay que salvar la Navidad, y el segundo de los otros dos, no hay diferencia apreciable ni en el tono ni en la forma: si alguien dijera que han sido creados por una única persona, sería totalmente creíble.

Y es que formalmente, por ejemplo, los tres episodios comparten admirablemente un mismo tipo de dibujo, premeditadamente infantil, simple y sencillo, casi naif, con colores primarios y de tonos pastel, muy agradable a la visión, como manera de conformar un etéreo microcosmos que recuerda a tantas otras fábulas anteriores, incluso a alguna que, siendo diametralmente opuesta (e ideológicamente tan marcada) como la novela de George Orwell Rebelión en la granja, sin embargo sí tiene algunos elementos en común, como el protagonismo del cerdo como animal al mando (aunque aquí, lejos de ser un dictador, es un pobre infeliz que sufre por las trapisondas de sus amigos los cabezas hueca) o la mirada poco amable hacia los humanos, vistos siempre aquí como efigies amenazantes…

El humor surge casi siempre de la inversión de los modelos habituales: así, el zorro del segundo episodio será también un bendito incapaz de imponer su supuesta fiereza, y llegado el momento del nacimiento de los polluelos, estos harán lo que quieran con el buenazo de su padre (o madre...) de adopción, incluso permitiéndose hacer que esos polluelos, imbuidos de su supuesta condición de zorros (ya que su padre o madre lo es), se quieran comer a otros polluelos...

En esa misma línea, la contraposición entre el personaje ordenado, prudente y juicioso que compone el sufrido cerdo con los planteamientos disparatados de sus amigos el pato y el conejo, dos mentecatos con patas, resultará también en muy divertidas escenas en las que aparece con cierta frecuencia (de la mano del pato y el conejo, claro está) ese tipo de humor que los anglosajones llaman “nonsense” y que aquí solemos llamar humor de tontos. Es curioso porque podría decirse que el juicioso cerdito sería una expresión animal que podría emparentarse con el mítico Sancho Panza, un tipo realista y con los pies sobre la tierra, mientras el pato y el conejo serían como una versión desdoblada e idiotizada de Don Quijote, con sus pájaros en la cabeza y su visión del mundo tan peculiar, tan desquiciada y fantasiosa.

Divertidos, imaginativos, originales siendo a la vez variantes de tantas otras historias con este mismo paisaje y paisanaje, los tres episodios son una delicia y no resulta nada extraño que en su momento ganara el César y el Lumière al Mejor Film de Animación, además de conseguir premios en festivales tales como Nashville y Annecy.

(07-05-2023)


Género

Nacionalidad

Duración

83'

Año de producción

El malvado zorro feroz - by , May 07, 2023
3 / 5 stars
Tres deliciosas fábulas en una