Sean Connery ha encontrado, por fin, un digno sucesor. Lejos de la blandura y descafeinamiento de Roger Moore, lejos del aburrido Timothy Dalton (para no citar al impersonal George Lazenby, visto y no visto), Pierce Brosnan encaja perfectamente en el rol de 007, el agente con licencia para matar, amante perfecto y con británico sentido del humor, virilmente apuesto y capaz de salir de cualquier situación casi sin despeinarse.
El mañana nunca muere confirma la idoneidad de Brosnan para ser James Bond, pero también recuerda que hay que cuidar otros detalles, como el hecho de que el Malo sea un villano de opereta, con un actor, Jonathan Pryce, que da un tono excesivamente pusilánime a un tipo de personaje que en la serie tiene una gloriosa estela, desde el brutal Goldfinger al refinado Scaramanga.
Sin embargo, es un acierto que sea un magnate de la comunicación, una especie de cruce entre el Ted Turner de la CNN, el Bill Gates de Microsoft y Silvio Berlusconi. El papel de los "mass media" en el mundo moderno y su enorme poder son puestos en solfa (relativamente, eso sí, con el tono de "mad doctor" --en este caso "mad reporter"-- que se espera de un producto de evasión) por un filme de excelentes escenas de acción, como la del coche teledirigido, un 007 que no defraudará a los muchos fans de este serial con casi cuatro décadas ya a las espaldas.
El mañana nunca muere -
by Enrique Colmena,
Jan 01, 2000
2 /
5 stars
Brosnan, Pierce Brosnan
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