James Gray es un cineasta que, cuando se escriben estas líneas, tiene aún una relativamente pequeña carrera como director, a pesar de que empezó a rodar filmes en 1994, con Little Odessa. Lo cierto es que después ha sufrido algunos parones, aunque a partir de 2007, con la impactante La noche es nuestra, y la posterior y también interesante Two lovers, su filmografía ha cobrado una razonable velocidad de crucero.
Con esta The inmigrant James Gray cambia de registro y, sobre todo, de época: la acción se sitúa en la década de los años diez, en la aduana norteamericana que controla los buques que llegan de Europa, donde dos hermanas polacas, que huyen de la Gran Guerra, esperan poder rehacer sus vidas en casa de unos tíos que viven en Nueva York. Sin embargo, una de ellas es enviada a un sanatorio por tísica, y para la otra, la protagonista, de nombre Ewa, se decreta su expulsión por supuesta conducta inmoral en el viaje. Un hombre, Bruno, que se dice de la Asociación de Ayuda al Inmigrante, consigue rescatarla y la lleva consigo, supuestamente para darle cobijo; la chica pronto se da cuenta de que el individuo es un pícaro que consigue de ella, so pretexto de conseguir dinero para curar a su hermana, que practique la prostitución y actúe en su teatrillo de variedades. Entra en escena un primo de Bruno, el mago Orlando, quien intenta llevarse a Ewa a California; ambos hombres, de distinta manera, se han enamorado de la polaca: la tragedia está servida.
The inmigrant recuerda, a su escala, a algunas de las grandes películas que sobre la emigración a Estados Unidos se han realizado: fundamentalmente viene a la memoria la gran América, América, de Elia Kazan; aquí está también el ansia por llegar a ese nuevo Eldorado, a esa nueva Tierra Prometida en la que se convirtió, o se ha convertido (este tiempo verbal es más correcto, ¿no?) Estados Unidos, donde los parias de la Tierra depositan todas sus esperanzas de una vida nueva, libre y próspera.
El filme juega con la relación ambigua de Bruno, el pícaro maestro de ceremonias del teatrillo de variedades, con la polaca Ewa, cómo juega con sus sentimientos para conseguir sus propósitos, pero a la vez cómo resulta estar enamorado de una forma brutal (nunca mejor dicho…) de la chica. Gray nos cuenta entonces una historia romántica muy peculiar, donde ciertamente la amada hace bien en poner tierra de por medio en cuanto puede.
Película con el marchamo de calidad de la industria USA, cuenta con la demostrada capacidad dramática de su director, si bien, si quieren que les sea sincero, creo que ha bajado un escalón con respecto a sus anteriores (y más interesantes) empeños.
Joaquin Phoenix, como siempre, espléndido, aquí en un personaje odioso pero con un punto entrañable; Marion Cotillard, nuestra actriz francesa favorita de su generación, resuelve con talento el papel que le ha tocado, la mujer emigrada a la tierra de promisión que, sin embargo, se verá arrastrada a ejercer el oficio más antiguo del mundo para salvar a su hermana.
El sueño de Ellis -
by Enrique Colmena,
Jun 27, 2014
3 /
5 stars
América, América
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