Estrenada en Estados Unidos en el otoño pasado, con un fracaso comercial sin paliativos, nos llega ahora este nuevo thriller de Brian de Palma, ese género en el que el cineasta neoyersino se mueve como pez en el agua... aunque con cierta frecuencia mete la pata hasta el corvejón: en efecto, junto a logros evidentes como Vestida para matar, Doble cuerpo o Fascinación, De Palma también presenta fiascos tales como Snake Eyes/Ojos de serpiente o En el nombre de Caín.
Y es que, como casi siempre ocurre en el cine, sin un buen guión no hay nada que hacer. Y el de Femme fatale (del que es autor el propio De Palma) es especialmente malo: un atraco perfecto, una traidora, una boda por interés, un regreso al universo de la traición, un paparazzi entrometido, una inesperada redención. Realmente es una historia de "déja vù", de "ya visto", como se encarga de subrayar continuamente De Palma, pero el prometedor comienzo, con un brillante robo que termina como el rosario de la aurora, no se corresponde con el resto del film, como siempre elegantemente rodado por Brian, como es consustancial a su cine, pero en una historia que no interesa, con un papel para Banderas que es feo donde los haya, con una vampiresa de guardarropía y algunas escenas (el "calentamiento" de un tipo para encelar a nuestro Antonio) que dan vergüenza ajena, y buscando siempre dar el inesperado giro argumental correspondiente buscando el más difícil todavía, la sorpresa de un público que, como sabemos, está ya al cabo de la calle de todo y es difícil de sorprender.
Es cierto que hay algunas escenas "marca de la casa", con esas secuencias morosamente filmadas por De Palma, coreografiadas como si fueran un puzzle danzante, pero también es verdad que Brian las ha filmado mucho mejores. Queda también la hermosa banda sonora del gran Ryûichi Sakamoto, pero el conjunto dista mucho de ser satisfactorio.
(14-08-2003)
114'