Gru, mi villano favorito

Illumination Entertainment es la productora creada por Chris Meledandri, un productor norteamericano que se hizo de un bien ganado prestigio a los mandos de Blue Sky, el estudio de animación de Fox, con títulos como la franquicia iniciada por Ice Age o la cinta Robots. Ya en Illumination, Meledandri consiguió un resonante éxito comercial con la primera película de este estudio independiente especializado en animación digital, este Gru, mi villano favorito, lo que le permitiría establecer los cimientos de esta filial de Universal, con varias secuelas de ese primer éxito que, sorprendentemente, fueron creciendo sucesivamente en sus recaudaciones, ingresando cada nueva película más que la anterior; a la hora de escribir este texto ya se han hecho dos continuaciones, y está en proyecto una tercera más, como cabía esperar, además de un “spin-off”, Los Minions (2015), sobre los adorables seres amarillos que aparecieron por primera vez en la primigenia entrega del personaje Gru.

El villano es uno de los personajes fundamentales (si no el que más...) en la animación dirigida inicialmente al público infantil (aunque luego sus acompañantes adultos lo disfruten tanto, o más, que los niños...): algunos han conseguido ser auténticos mitos, como la Bruja de Blancanieves y los Siete Enanitos, la Madrastra de La Cenicienta o el Yafar de Aladdin. Como en el cine actual todo tiende a ser puesto en cuestión y removido, en este siglo XXI estamos viendo algunos villanos que terminan convirtiéndose en personajes positivos; recordemos, a vuela pluma, los malos de Megamind (2010) y ¡Rompe Ralph! (2012).

Gru, en esta película, es un villano que se propone batir a su nuevo contrincante de malevolencia, conocido como Vector (un tipo con pinta de pagafantas, y con toda la cara de Berto, el cómico catalán), quien le ha robado su último botín, un rayo que reduce drásticamente el tamaño de las cosas. Gru se propone dar un golpe maestro, viajar hasta la luna, y, con el rayo reductor que le ha de robar previamente a Vector, disminuir el tamaño del satélite natural de la Tierra y apropiarse del mismo. Con lo que no contaba Gru era con que para robar el rayo reductor tendría que utilizar a tres deliciosas niñitas de un orfanato, las cuales pondrán a prueba su paciencia... y el reloj biológico que le urge a la paternidad...

Es Gru, mi villano favorito una de esas películas que resultan inevitablemente simpáticas. No tiene, es cierto, la enjundia intelectual que, generalmente, poseen las películas de Pixar, que son los Mercedes de la animación digital, pero la cinta de Illumination mantiene un tono agradable de ver y, aunque previsible (porque todos sabemos el efecto que las niñitas tendrán en el corazón supuestamente de corcho del malvado Gru), se deja ver con benevolencia, con algunas escenas notables, como la lucha por la reducción y apropiación de la luna, y otras, como la de la caseta de feria de tiro al blanco, resueltas con ciertas dosis de brutalidad que pareciera no casar con el tono en general blanco y amable de la trama.

Pierre Coffin y Chris Renaud, ambos bragados en departamentos de animación de estudios especializados en animación, como DreamWorks Animation y Blue Sky, son los responsables de la puesta en escena de esta película, con un buen tono general y una historia que se deja ver con agrado; además, Coffin y Renaud pusieron voz a varios de los Minions, que fueron el gran hallazgo del film, unos personajes absolutamente deliciosos en su torpe laboriosidad e ininteligibles vocecillas como de pito. Ambos se encargaron también en comandita de la dirección de Gru 2. Mi villano favorito (2013), si bien en el “spin-off” Los Minions (2015) y la nueva secuela Gru 3. Mi villano favorito (2013) el compañero de dirección de Coffin sería Kyle Balda.

(12-05-2021)