Pelicula:

Esta película está disponible en el catálogo de Netflix, Plataforma de Vídeo Bajo Demanda (VoD).


Cuando en 1995 Studi Ghibli llevó a la gran pantalla Susurros del corazón, sobre el cómic original de Aoi Hiiragi, pareció evidente que, aparte de la historia principal, había una línea argumental secundaria con una estatuilla de un gato dorado, al que llaman el Barón, con muchas posibilidades para ser desarrollado ulteriormente en una historia propia. La autora del cómic, Hiragi, también debió ser de la misma opinión, porque publicó otra historia, Baron: Neko no Danshaku, que constituirá la base fundamental de este nuevo film, Haru en el reino de los gatos, en la que el mentado Barón tendrá una importancia esencial.

Hiroyuki Morita es uno de los expertos animadores de Studio Ghibli que ya había estado a cargo de los dibujos de algunos de los títulos tanto de la casa, como Nicky, la aprendiz de bruja (1989) y Mis vecinos los Yamada (1999). como de la competencia, como Akira (1988). Ghibli le encargó a Morita la realización de esta su primera película como director, que sería su único trabajo como tal, aparte de la serie Bokura no (2007).

Haru en el reino de los gatos parte, entonces, de una historia anterior, sin ser por ello una secuela, y se centra en un personaje, la adolescente presente ya en el título, Haru, una chica de nuestro tiempo que va a clases de secundaria, que atisba ya el próximo paso a la universidad, y que tiene ciertos problemas de autoestima. En un momento dado, salva la vida de un gato de ser arrollado por un camión. El minino resulta ser un príncipe gatuno, con lo que su padre, el rey gato, se siente en deuda con la chica y concibe la idea de recompensarla casándola con su hijo; la chica, que es más corta que el cuento El dinosaurio de Monterroso, no acierta a expresar una negativa rotunda, con lo que el monarca da por hecho que está encantada. Haru pide ayuda al Barón, que es una estatuilla gatuna que cobra vida, y a Muta, un gato gordo y zampabollos; cuando Haru y Muta son secuestrados por el rey minino para preparar los desposorios con su vástago, el Barón tendrá que buscar la forma de rescatarla…

Tiene Haru en el reino de los gatos un dibujo muy realista, a pesar de que es uno de los films de Studio Ghibli argumentalmente más fantásticos, en una historia claramente emparentada con la fábula (citar a Esopo o Samaniego no sería ocioso), en la que los animales se antropomorfizan, hablan y toman actitudes y posturas de pensamiento similares a las de los humanos. También se podrían citar otras referencias cultistas, como la novela de Lewis Carroll Alicia en el país de las maravillas o incluso, yéndonos a los mitos clásicos, el rapto de Europa o el de las sabinas. Pero es evidente que se trata de referencias tangenciales, utilizadas por los guionistas para centrarse en el tema principal del film, su mensaje, que no es otro que la necesidad de creer en uno mismo, de ser uno mismo, con su propia personalidad, huyendo del seguidismo de otros, aprendiendo a decir que no, marcando el propio camino. En este sentido, Haru sería una especie de contrafigura en femenino del protagonista de la estupenda Zelig (1983), de Woody Allen, alguien con tan poca personalidad que está deseoso de ser como los demás, de mimetizarse con ellos, hasta el punto de, como en el film woodyano, llegar incluso a tomar los rasgos físicos de los seres a los que subconscientemente quiere parecerse. Los sociólogos llaman a eso el complejo de Panurgo, la necesidad por parte de las personas de poco espíritu de confundirse con la mayoría, de ser como la mayoría, de sentirse reconfortada por esa pertenencia a la masa mayoritaria.

Aparte de ese tema central, de ese eje filosófico y moral, Haru en el reino de los gatos es también un trepidante film de aventuras, sobre todo en su segunda mitad, cuando la persecución sobre Haru, el Barón y Muta por parte de los soldados del rey se constituye en un vibrante relato de acción, con una escenografía muy imaginativa y un dibujo muy expresivo y de movimiento perfecto.

Divertida, emocionante, didáctica, Haru en el reino de los gatos es otra de las muestras del buen cine que Studio Ghibli ha ido haciendo a lo largo de los años, esta vez con un director a los mandos, Hiroyuki Morita, que, sin ser uno de los maestros habituales, Hayao Miyazaki e Isao Takahata, confirma que el talento en la Casa de Totoro no es exclusivo de los dos creadores artísticos de la productora.

(06-05-2020)


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75'

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Haru en el reino de los gatos - by , May 07, 2020
3 / 5 stars
Zelig, adolescente japonesa