La Fortaleza

Chiqui Carabante (nacido José María Manzano Carabante; Málaga, 1967) es un guionista, cineasta, productor y director escénico teatral cuya formación incluye organismos tales como el Instituto de Teatro de Sevilla, pero también, más exóticamente, el Royal Court Theater de Londres y la New York Film Academy. En cine tiene una carrera relativamente corta, a pesar de que lleva dirigiendo películas desde hace casi un cuarto de siglo; el hecho de que sus dos largometrajes de ficción, Carlos contra el mundo (2002) y 12 + 1, una comedia metafísica (2012) no funcionaran en taquilla, quizá haya sido determinante para ello, de tal manera que Carabante se ha dedicado en los últimos tiempos más a realizar capítulos de series como El ministerio del tiempo y Malaka. Ahora vuelve al largo con esta La fortaleza, aunque, nos tememos, tampoco ésta va a funcionar, ni en rendimiento en taquilla ni en el aprecio de la crítica; ojalá nos equivoquemos, dicho sea en buena ley...

La acción transcurre en nuestros días: conocemos, uno tras otro, a los cinco hermanos Viaplana, desde los mellizos Arturo y Mónica, los mayores, a los siguientes Jorge, Eduardo y Paula. Todos son convocados por un notario que les comunica que su anciano padre, Arturo Viaplana, ha fallecido, y que deben ir a la mansión solariega familiar, conocida como La Fortaleza, donde se darán detalles del entierro y de la herencia. Ya allí, el fedatario público, antiguo amigo del difunto, les comunica que su padre lo ha dispuesto todo para que sean sus propios hijos los que lo entierren físicamente, para lo que tienen que cumplir una serie de reglas muy estrictas, entre ellas encontrar el cuerpo en la casa y exhumarlo en un ataúd de abedul. Si no lo hacen antes del mediodía del día siguiente, o incumplen cualquiera de las reglas, no heredarán nada...

La película está construida, claro está, como un artefacto de intriga, aunque con evidentes ribetes de comedia muy negra, casi siniestra. La yincana a la que se ven abocados los cinco hermanos confirmará que estos están muy mal avenidos, y que cada uno intenta arrimar, como sea, el ascua a su sardina. Pero lo cierto es que algunos de los caracteres están mejor dibujados que otros, como ocurre con el mellizo Arturo (Fernando Cayo, bien pero un tanto sobreactuado, como últimamente –desde su intervención en La casa de papel, mayormente— le viene ocurriendo), un trápala, un tipo marrullero que, en el fondo es un pobre diablo que solo ansía recuperar su mujer y su casa. Pero de otros de los hijos Viaplana, como la menor, Paula, apenas sabemos de ella más que toma antidepresivos compulsivamente por cierto trágico accidente del que se siente responsable.

Es cierto que la película se deja ver, porque entre otras cosas están pasando peripecias casi constantemente; pero cuando hay algún parón, que hay varios, la película se detiene y no avanza nada, dando vueltas sobre lo mismo. Algunas de las soluciones de guion nos parecen bastante cuestionables, en especial el (pen)último giro, que trastoca todo lo que hasta entonces habíamos conocido o creído conocer, en una vuelta de tuerca más bien melodramática y sacada de la chistera, como los conejos de los magos.

Así las cosas, La Fortaleza queda como un trabajo resultón, muy profesionalmente realizado por Carabante, que es evidente domina todos los recursos del lenguaje cinematográfico, pero ciertamente no parece que vaya a pasar a ninguna Historia del Cine, ni siquiera del Cine Andaluz, ni tampoco va a situar a Carabante en la cresta de la ola. Lástima, porque nos parece un cineasta solvente y con ideas, aunque a veces, al plasmarlas, no esté demasiado acertado.

Película fundamentalmente de actores y actrices, ya hemos mentado a Cayo, y citaremos también al jerezano José Manuel Poga por hacer un personaje en las antípodas del brutal Gandía que hizo en –de nuevo aparece en estas líneas...— La casa de papel. Las actrices protagonistas, Goya Toledo y Carla Nieto, nos parece que van con el piloto automático, aunque es cierto que tampoco tienen mucho donde agarrarse en sus personajes... Y, por supuesto, hay que citar a esa leyenda del cine español que es Manuel Zarzo, que a sus noventa años ya cumplidos sigue dando lecciones de interpretación.

(07-11-2022)