Pelicula:

CRITICALIA CLÁSICOS


Disponible en Filmin, Movistar+, Prime Video, FlixOlé y Pluto TV.

En el cine inglés de la inmediata postguerra la Rank Organisation y sus Pinewood Studios, propiedad de Joseph Arthur Rank, eran sin duda quienes dominaban la producción y su gran gong de color bronce abría la proyección de la mayor parte de las cintas del país. Para que nos entendamos, era algo similar a lo que pasaba en España con las poderosas Cifesa y Suevia Films. Pero allí surgió sin embargo un fenómeno ajeno a ese dominio: un par de arriesgados directores, Michael Powell y Emeric Pressburger (con la ayuda en la sombra de Zoltan Korda), formaron una sociedad que llegó a tutear a la Rank y a disputarle buena parte de su  imperio fílmico.

Eran "The Archers" ("Los Arqueros"), que en las décadas de los años cuarenta y cincuenta rodaron una veintena de largometrajes que unían la osadía artística con géneros e historias atractivas para el público, como una nueva versión de El ladrón de Bagdad, o Narciso Negro, Las zapatillas rojas y Los cuentos de Hoffman. Aparte cada una de ellos tuvo su cuota individual con títulos propios, sobre todo Powell, que haría años más tarde un extraño film de terror, Peeping Tom, el fotógrafo del pánico, en 1960. En todo caso Los Arqueros siempre fueron fieles a una línea propia, muy distinta al universo de Hollywood o a las corrientes más realistas que inundaron el resto de Europa.

Las zapatillas rojas tomaba como base argumental un relato de Hans Christian Andersen que, como todos los cuentos clásicos de Perrault, Andersen o los hermanos Grimm, contenía una buena dosis de crueldad y truculencia, si bien la adaptación en este caso era libérrima y sólo aceptaba la trama literaria inicial de unos zapatos rojos de baile que esclavizaban a quien los calzaba, haciéndole bailar hasta la extenuación o la muerte. Todo ello se traslada al mundo del teatro, el ballet y su música, y se ambienta en el Londres o el Montecarlo de finales de los años cuarenta, centrando la historia en una joven bailarina, Vicky, que quiere llegar a ser primera dama de la compañía.

Entre el romanticismo de historias amorosas y los duros ensayos, o la rivalidad sin concesiones, el guión de los propios directores concede muchos minutos al ballet y la música, con una excelente partitura de Brian Easdale, y con la presencia de nombres de famosos bailarines como Moira Shearer (Vicky),  la protagonista y excelente actriz, Léonide Massine, Robert Helpmann, o la célebre Ludmilla Tchérina. El propio ballet que da nombre al film y a la historia lo contemplamos a mitad del metraje, en una secuencia de casi veinte minutos, con lo que los aficionados a la danza y al teatro salían muy satisfechos.

Anton Walbrook, nacido austrohúngaro, compone un formidable y autoritario empresario (Boris Lermontov), que rivaliza en su amor por Vicky con un joven compositor, Julian Craster (Marius Goring) , introduciendo una trama paralela que lleva hacia el drama toda la línea argumental. Asistimos pues a un dueto amoroso en el que la chica es quien tiene que elegir. Y junto al trabajo de Walbrook, otro nombre fundamental en la película es el responsable de la fotografía, el genial y oscarizado Jack Cardiff, con su habitual paleta de colores fuertes, tenebrismo y claroscuros, o rojos predominantes, que después de varios trabajos con Los Arqueros, pasó a Hollywood interviniendo en películas de Alfred Hitchcock, John Huston o Joseph Leo Mankiewicz, llegando luego a convertirse en realizador.

Y como demostración del peso del ballet en la narración, además del que da título al film, vemos también fragmentos de Coppelia o El lago de los cisnes, entre otros. Pero no nos equivoquemos, el peso y el nudo argumental está en la pugna amorosa de dos hombres muy distintos hacia una sola mujer, que se debate dramáticamente entre dos amores, sin tomar una decisión y con una angustia creciente que llega a sobrepasarla en lo emocional. Un final folletinesco e inenarrable, ambientado sin embargo en los escenarios luminosos y abiertos de Montecarlo, y rodado con una muy inteligente planificación, cierra un film impensable hoy día, que sin embargo triunfó y se hizo famoso en su momento.

Quizás sin la originalidad y exotismo de la sublime Narciso Negro, pero sí con la valentía e inteligencia de sus dos directores, esta Las zapatillas rojas entra de lleno en esas cintas potentes, atrevidas, que nos narran cosas y personas "bigger than life"...


Género

Nacionalidad

Duración

135'

Año de producción

Trailer

Las zapatillas rojas - by , Jan 29, 2023
3 / 5 stars
Para paladares refinados