Pelicula:

CINE EN PLATAFORMAS


ESTRENO EN NETFLIX

Bradley Cooper, actor que ha sabido evolucionar desde sus inicios como comicastro en comedias no precisamente exquisitas (Novia por contrato, Resacón en Las Vegas, R3sacón...) a un cine de mayor interés (Sin límites, El lado bueno de las cosas, La gran estafa americana, El francotirador, El callejón de las almas perdidas), desde hace unos años está ensayando también una carrera como director en la que, al menos en su primer empeño, creemos que hizo las cosas bien: fue la nueva versión de Ha nacido una estrella (2018), que también protagonizó, junto a Lady Gaga, consiguiendo una película que, sin alcanzar el nivel de las mejores adaptaciones al cine de este clásico (para nuestro gusto, el Ha nacido una estrella de 1954, de George Cukor), sí que tenía mucho interés, planteando una historia que era la misma y a la vez se diferenciaba claramente de sus predecesoras, incardinándose en un universo musical de nuestro tiempo, con sus correspondientes claves y códigos. Lástima que el final se estirara en demasía, lo que perjudicó el balance global de un film por lo demás hermoso y melancólico.

Para su segundo empeño como director, Cooper ha escogido llevar a la pantalla en esta Maestro parte de la historia de Leonard Bernstein, el controvertido director de orquesta judío, a su vez también compositor de algunas inolvidables bandas sonoras de películas, como las de Un día en Nueva York, La ley del silencio y, sobre todo, la bellísima y tan reconocida partitura de West Side Story. La película se inicia con un prólogo, en color, en el que vemos a un Leonard Bernstein ya maduro, tocando el piano, en lo que parece una entrevista que le están haciendo, y en la que el músico habla de lo muchísimo que echa de menos a su esposa Felicia... En flashback, lo veremos de  joven, ahora ya filmado en blanco y negro, cuando le comunican un logro por el que el músico de etnia judía venía suspirando desde hacía tiempo, dirigir por primera vez una orquesta, de la que era ayudante. El concierto, en el mítico Carnegie Hall, se salda con un gran éxito, el primero de los muchos que jalonaron la vida y la obra de este polémico músico, del que veremos sus comienzos, complicados pero ilusionantes, y sobre todo el encuentro con la que sería la mujer de su vida, Felicia Montealegre, actriz de origen chileno-costarricense con la que compartió gran parte de su vida, aunque, siendo Leonard de tendencia bisexual, en los últimos años ambos se separaron, a pesar de lo cual, cuando ella enfermó gravemente de cáncer, él se dedicó en cuerpo y alma a cuidarla.

Lo cierto es que nos parece que Cooper, que en la nueva versión de Ha nacido una estrella dio con la tecla para hacer una nueva adaptación que a la vez resultaba conocida y novedosa, en este caso, en este más bien desvaído biopic sobre el genial Bernstein, la pieza se le ha escapado viva, por utilizar el símil cinegético.

Porque la historia rara vez consigue prender la atención del espectador, narrada de una forma amorfa y con recurso continuo a una palabrería con muchas risas y diálogos superficiales y fútiles, insulsos y sin fuerza, en una película en la que el conflicto tarda en aparecer, mayormente cuando llega la enfermedad de Felicia, y Lenny, como todos sus amigos lo conocían, se desvivió por ella. Pero el resto no interesa demasiado: ni la alternancia de las dos líneas temporales en la vida del músico, sus primeros años, cuanto todo era ilusión y entusiasmo, ni su última etapa vital, convertido ya en un mito viviente, ayudan a que el espectador se sienta concernido por esta historia más bien vacua y monótona.

Y no es que el film esté exento de hallazgos, como la sugestiva interacción del rodaje de Un día Nueva York con la vida de ambos, de Lenny y Felicia, o la inteligente inclusión en el biopic de algunas de las más hermosas composiciones de Bernstein, que pespuntean la propia vida de los cónyuges, aunque es cierto que en algún caso se desaprovecha lamentablemente, como la incorporación de uno de los míticos temas de la banda sonora de West side story, aquí desperdiciada en una escena banal que no va a ninguna parte.

Hay también una cierta y extraña idealización de la época, años cincuenta y sesenta, en la que se presenta como normal una extrema liberalidad en la que hombres y mujeres se relacionaban sexualmente sin apenas inhibiciones de género, algo que, si hoy día pudiera tener más o menos sentido, en aquella época era poco menos que imposible.

Con una tendencia exagerada a la algarabía, a los diálogos banales, quizá para conferir a la película un tono realista, casi naturalista, lo cierto es que no lo consigue, porque con frecuencia lo que resulta es sencillamente ininteligible... Hay mucha, demasiada palabrería: quizá Leonard Bernstein hablaba así, pero cinematográficamente eso es veneno.

Película un tanto abstracta, parece buscar una cierta anarratividad, con escenas que se van acumulando sin orden ni concierto (esto último, dado el personaje, no deja de ser chocante...), en la que no parece que se haya captado la esencia de Bernstein, y es una lástima porque el esfuerzo de todo tipo ha sido considerable, con una magnífica puesta en escena, elegante y estilosa, pero con un contenido más bien endeble, en una película costeada, audiovisualmente bellísima, pero también sin alma. Estamos en realidad más ante una historia de amor que ante un biopic al uso; una historia de amor de amor muy peculiar, en la que uno de los amantes tenía querencia por otra forma de amar distinta, lo que, a la larga, daría al traste con la relación, aunque se retomara cuando las cosas se pusieron realmente dramáticas.

Esforzado trabajo de Bradley Cooper como el propio Bernstein, aunque a veces resulte un tanto sobreactuado y, sobre todo, bastante histriónico en la dirección de orquesta, aunque sabemos que el gran Leonard era muy dado a ello. También gran trabajo interpretativo de Carey Mulligan como la sufrida mujer del genio.

Entre la larga miríada de productores que han participado en el film, habrá que destacar el hecho de que hayan intervenido dos popes del cine mundial del último medio siglo, Martin Scorsese y Steven Spielberg. Se entiende, porque ambos adoran a Bernstein, e incluso Spielberg ha hecho (en una maniobra que algunos han podido considerar blasfema) una nueva versión de la legendaria West Side Story (2021). Lástima que el empeño de ambos, y el generoso presupuesto con el que se ha contado, al estar detrás la poderosa Netflix, no haya dado como resultado la gran película que tanto nos hubiera gustado contemplar.  

(04-01-2024)


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129'

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Maestro - by , Jan 04, 2024
2 / 5 stars
No capta la esencia de Bernstein