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Los propietarios de los derechos de las novelas de Ian Fleming sobre James Bond, Harry Saltzman y Albert Broccoli (asociados en la compañía Eon Productions) tuvieron que litigar en los tribunales durante los años sesenta con el también productor y guionista Kevin McClory sobre los derechos para el cine de la novela Thunderball, de Fleming, toda vez que, según quedó acreditado en el correspondiente juicio, ambos trabajaron juntos en el guion de esa futura película, que no llegaron a hacer, pero que McClory insistía en que tenía derecho a producir como coautor del guion. Los tribunales le dieron la razón, pero Saltzman y Broccoli, para no perder el control de una franquicia que ya entonces se había demostrado como la gallina de los huevos de oro, consiguieron pactar con Kevin que este figurara en solitario como productor, como él quería (además de cómo coautor del guion), pero ellos, los dueños de Eon Productions, actuarían como productores ejecutivos, aunque sin acreditar, y el equipo técnico a contratar sería el mismo de las anteriores entregas bondianas: Terence Young en la dirección, Ken Adam en el diseño de producción, Richard Maibaum en el guion, Maurice Binder en los títulos de crédito, Ted Moore en la dirección de fotografía, y John Barry en la música, además de, por supuesto, Sean Connery como protagonista. Ese acuerdo entre McClory y Saltzman & Broccoli tuvo un cabo suelto, que los productores oficiales no tuvieron en cuenta, que era la opción para el primero de ellos de, más adelante, poder hacer un remake o secuela de esta historia, lo que efectivamente hizo casi dos décadas después, con el titulo de Nunca digas nunca jamás (1983).

La historia arranca con un funeral en lo que parece una catedral. Bond, que está en el entorno, sigue a la viuda hasta su casoplón. Allí, ya dentro, la encara, resultando que la desconsolada viuda era realmente un pérfido agente secreto de Spectra, el llamado número 6, disfrazado “ad hoc”. En la pelea Bond consigue matar al espía, tras estar a punto de ser asesinado por éste. En una reunión del comité de dirección de la organización criminal Spectra toma la palabra el llamado “número 2”, un tipo de pelo blanco y parche en el ojo. Se llama Largo (con acento tónico en la “o”, como francés que se supone que es). Este habla a esa reunión plenaria de ejecutivos criminales sobre el nuevo plan en marcha de la organización, que supone pedir un rescate multimillonario a la OTAN a cambio de no usar las bombas atómicas tácticas que van a robar de forma inminente de un avión militar de la Alianza. Bond, entretanto, está en un hotel-balneario donde el MI6 sabe que se alojan agentes de Spectra; allí está a punto de morir en una máquina de estiramientos, pero al final consigue salvarse gracias a una chica a la que anteriormente cortejaba. Entretanto, en el hotel suplantan al comandante de un avión encargado de un vuelo de instrucción que va a transportar dos bombas nucleares...

Aunque nominalmente producida por Kevin McClory, teóricamente al margen de los productores oficiales, esta cuarta entrega de la serie se considera, a todos los efectos, como parte de la franquicia 007, al contar con todos los elementos habituales en los otros capítulos, e incluso a Saltzman y Broccoli a los mandos, aunque sin acreditar, como queda dicho. Los dueños de Eon Productions pusieron buen cuidado en mantener lo esencial de la serie, siendo quizá lo fundamental (aparte del protagonismo de Connery) la dirección de Terence Young, el realizador de los dos primeros capítulos de la saga y uno de los nombres capitales en el desarrollo del producto, en su tono, sus características y su “look”. A partir de ahí se fue sobre seguro, y el film, que costó en torno a 9 millones de dólares, recaudó en todo el mundo la bonita cifra de 141 millones de dólares.

Los títulos de crédito de Maurice Binder, como siempre muy creativos, están en esta ocasión rodados bajo el agua, jugando solo con  siluetas (fundamentalmente de mujeres) como si fueran sombras, a la manera de las sombras chinescas o del teatro de Praga. Con ello ya se nos está advirtiendo: atención, somos los de siempre, aunque teóricamente el productor sea otro. Y lo cierto es que se nota el especial cuidado que se tuvo en la producción para que no se desmandara. Fichar a Young para que retomara la dirección se reveló pronto como un acierto, con una filmación elegante, sobria, sin subrayados, siempre al servicio de la narración, con empaque, intensidad narrativa y buen ritmo. Por supuesto, es una historia muy fantasiosa, como corresponde a los parámetros de la franquicia, pero ello se da por descontado. Por cierto que llaman la atención las frecuentes luchas submarinas, algo poco habitual en la época, escenas resueltas con solvencia y buen hacer.  

Hay algunos puntos de especial interés que no nos resistimos a citar, como la escena en la que, en pleno carnaval de Nassau, en Bahamas (conforme a esa tendencia habitual de las novelas y pelis de Fleming sobre 007, en cuanto a presentar escenas folclóricas de exotismo local), una mano armada con una pistola aparece entre unos cortinajes apuntando a alguien, en lo que parece enteramente un homenaje a la famosa escena similar de El hombre que sabía demasiado, en las dos versiones hitchcockianas, tanto la inglesa de 1934 como la yanqui de 1956, escenas que son calcadas en ambos films. También es llamativo el sentido del humor que despliega aquí Bond, cosa que no era habitual en aquellas primeras películas de la saga.

Por supuesto, fiel a sí mismo, el agente 007 aquí besa sin consentimiento a la chica a la que está galanteando (casi acosando, habría que decir), pero, claro, eran otros tiempos, afortunadamente periclitados.

Correcta interpretación en general, con Connery plenamente imbuido de su personaje, al que elevaría a la categoría de mito; las dos chicas Bond fueron apañadas, tanto Claudine Auger, que sería “la buena”, como Luciana Paluzzi, que interpreta a “la mala”. El villano es un bastante entonado Adolfo Celi, con un parche como de pirata que conviene bien a un personaje de su reconcentrada mala leche.

(30-04-2024)


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130'

Año de producción

Operación Trueno - by , Apr 30, 2024
3 / 5 stars
Un Bond oficioso que terminó siendo oficial