Pelicula:

Jonathan Dayton y Valerie Faris, además de cónyuges, fueron desde principios de los años ochenta hasta la primera década del siglo XXI unos afamados directores de videoclips musicales, poniendo en escena este tipo de productos para un buen número de grupos y cantantes de fama internacional, desde R.E.M. hasta Paula Abdul, de Janet Jackson a Ramones, de Oasis a Red Hot Chili Peppers, entre otros muchos. En la primera década de esta centuria vigesimoprimera, Dayton y Faris asumieron la dirección de esta Pequeña Miss Sunshine, un guion con el que debutaba en la escritura para el cine Michael Arndt, que después escribiría los libretos de, entre otras, Toy Story 3 (2010), Oblivion (2013) y Star Wars: El despertar de la fuerza (2015). Lo curioso es que el guion, escrito en el 2000, fue dando tumbos hasta que por fin se rodó en 2005, suponiendo el debut en el largometraje de ficción de los dos directores.

La trama pone en escena a una familia tirando a disfuncional: el padre, Richard Hoover, es motivador profesional (lo que quiera que sea eso…), con más entusiasmo que resultados; Dwayne, el hijo adolescente, es un memo que ha prometido no hablar (y además lo cumple…) hasta que no sea piloto de aviación profesional; la niña de seis años, Olive, está obsesionada con los concursos de belleza y su deseo más grande es participar en uno de ellos, adecuado a su edad; el abuelo, veterano de la Segunda Guerra Mundial, es un tipo dresprejuiciado y lenguaraz al que han echado de la residencia de ancianos por dedicarse a traficar con droga con sus compañeros; el hermano de la madre, Frank, homosexual, es un erudito experto en Proust, al que un amor no correspondido y, sobre todo, unos importantes celos profesionales, sumen en una depresión, habiéndose intentado suicidar por ello; al final, la madre de la familia, Sheryl, sería lo más parecido a una persona más o menos normal, sin traumas ni historias raras. En ese contexto, a la niña la eligen para participar en el concurso de "Pequeña Miss Sunshine", evento de misses de niñas de su edad, y como la familia Monster (perdón, Hoover…) está cortita de dinero por los continuos fiascos económicos del padre, deciden viajar todos juntos en una vieja furgoneta Volkswagen, desde Alburquerque, en Nuevo México, hasta Redondo Beach, en California, un viaje de más de 1200 kilómetros. A lo largo de ese viaje, claro está, empezarán a surgir los problemas en tan peculiar familia…

Pequeña Miss Sunshine pertenece a ese tipo de cine agradable de ver que busca, legítimamente, llegar a la emoción del espectador no mediante el recurso fácil a la lágrima sino a la empatía, con gente de a pie, con sus problemas y sus marcianadas, perteneciente a esa "aurea mediocritas" en la que casi todos nos incluimos. El guion del film juega con esa baza, la de personas peculiares pero en el fondo tan corrientes y molientes, tan diversos y a la vez tan patéticamente conmovedores.  

Dramedia agridulce, "road movie" de libro, el viaje, como cabía prever, resulta insoportable, con el viejo de boca como para lavársela con salfumán, el padre con las memeces de la autoayuda aplicada (con escasa fortuna) a su disfuncional familia, la madre protegiendo a toda costa a su hermano, el adolescente que no se sabe si es más estúpido que odioso, o viceversa... como cabía imaginar, ese viaje en principio horrible servirá para que todos aprendan a convivir entre sí, para que los jóvenes maduren y los que no lo son aprendan a ser más tolerantes. Un mensaje en clave positiva, entonces, en un film "indie" que ciertamente llega con facilidad al público, que se puede identificar con las peripecias de esta familia que es a la vez corriente y monstruosa.

Con una realización sin florituras, sin subrayados, pragmática, la película lo fía todo a la historia que cuenta y a sus peculiares personajes. En este sentido, no se aprecia el pasado videoclipero de los directores, aquí alejados de estéticas narcisistas y puestas en escena ampulosas, como tan habitual es en el género que cultivaban y siguen cultivando, simultaneándolo con la dirección de largometrajes, terreno en el que Dayton y Faris han hecho un par de títulos más, Ruby Sparks (2012) y La batalla de los sexos (2017), que no han alcanzado la repercusión de este.

El film aborda varios temas: el fracaso, del que el abuelo bocazas dice que fracasado es el que ni siquiera lo intenta; otro, evidentemente, sería el de los horribles concursos de belleza femeninas, que alcanza su culmen en estos de belleza infantil, donde la hipersexualización colinda con la pedofilia, haciendo hincapié en el friquismo de este tipo de eventos, cada vez más cuestionados socialmente, con los que el film no es nada complaciente; la relación intrafamiliar es, claro está, otro de sus asuntos, y la necesidad de ahormar tolerancia y cariño para que esa relación funcione; la adolescencia, ese período horrible en el que se pierden las certezas infantiles y no se cuenta aún con las herramientas necesarias para afrontar la vida, es otro de sus temas.

Con un final bastante surrealista, el conjunto resulta agradable de ver y conectó muy bien con los sentimientos del público medio, que lo premió multiplicando por más de diez (alcanzando los 100 millones de dólares de recaudación a nivel mundial) su modesto presupuesto, y consiguiendo una considerable ristra de premios, encabezados por dos Oscar, al Mejor Guion Original y al Mejor Actor Secundario, para Alan Arkin, que ciertamente hace toda una creación. Además del viejo intérprete valoraríamos en especial a Toni Colette, cuya sufridora ama de casa y mediadora en los conflictos familiares se hubieran merecido también un Oscar, y a Steve Carell, cuyo personaje de experto en Proust, gay y deprimido, también fue un acierto.

(24-11-2020)


Género

Nacionalidad

Duración

101'

Año de producción

Pequeña Miss Sunshine - by , Nov 24, 2020
3 / 5 stars
De Nuevo México a California en una furgoneta