Pelicula:

CRITICALIA CLÁSICOS

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Es curioso, pero cuando se revisa alguna película policíaca o de intriga de los años setenta parece como si por aquel entonces no hubiese rastro de naturaleza en Estados Unidos. Me explico: no ves árboles, bosques, parques, lagos, pájaros... pero sí asfalto, calles, cruces con semáforos, coches grandes con ruedas que chirrían al coger las curvas... y si es posible, todo ello en planos tomados desde el suelo. Y eso suele pasar en cintas de Clint Eastwood, de Martin Scorsese, de Don Siegel o de Sidney Lumet, el firmante de esta Serpico que nos ocupa...

Lumet fue un sólido y honesto realizador, inscrito tanto en lo que siempre llamamos "la generación televisiva", como también en el ala liberal de Hollywood, un hombre que estuvo exactamente cincuenta años rodando películas, que en números también casi se acercaron a esa cifra. Comenzó y terminó con dos obras excelentes: Doce hombres sin piedad, en 1957, y Antes que el diablo sepa que has muerto, en el 2007, y entre una y otra hizo muchos títulos de muy diversos géneros, pero en los que hubo la constante de basarse en obras famosas (de Eugene O'Neill, Agatha Christie, Arthur Miller... ) y en contar con intérpretes de prestigio que muchas veces repitieron con él, como Henry Fonda, Sean Connery, Peter Finch, Faye Dunaway, Marlon Brando, Paul Newman, Lauren Bacall, James Mason, Albert Finney... y un largo etcétera.

Entre ellos está un juvenil Al Pacino, que precisamente en la década setentera rodó con Lumet un dueto importante para consolidar su carrera: Serpico  en 1973 y Tarde de perros en 1975. En la primera nos cuenta la historia real de Frank Serpico, un barbudo policía neoyorkino, muy hippie, muy sui géneris, que se niega a aceptar sobornos, que rechaza los malos tratos, incorruptible a las presiones y capaz de jugarse la vida, persiguiendo malhechores por sórdidas escaleras u oscuras calles. Trasladado continuamente de un departamento a otros, los peces gordos también le hicieron la vida imposible, aunque no todos, pues algunos, como Bob Blair (un Tony Roberts que parece escapado de sus films con Woody Allen) sí le apoyaron, y finalmente, tras escapar de un intento de asesinato (por resentidos compañeros) con el que comienza el film, termina siendo reconocida su labor en un acto público.

La cinta, quizás la más claramente inscrita en el cine de denuncia de Lumet (junto con El príncipe de la ciudad, ya en 1981), combina las peripecias profesionales con los aspectos humanos y sentimentales del protagonista, naturalmente afectados  por la persecución constante que sufre, y en las relaciones con sus dos amores, Leslie y Laurie, que terminan abandonándole. El tono del film (excesivo en duración) resulta duro y sin concesiones, tal como fue la vida real de Frank Serpico, que  acabó desengañado yéndose a vivir a Suiza.

Cuando se estrenó Serpico fue oficialmente criticada por el Departamento de Policía de Nueva York y, a pesar de su éxito en taquilla, para los Oscars sólo fue nominada a mejor actor y mejor guión, sin ser premiado ninguno. Solamente en los Globos de Oro se reconoció como mejor actor a Al Pacino, que un año antes había estado presente nada menos que en El Padrino de Francis Coppola, y que ya desde estos años se consagraría como el más importante actor italoamericano junto a Robert de Niro. Vendrían luego decenas de películas, premios, reconocimientos, así como grandes baches en su carrera y resurgimientos, trabajos como director (destacando Looking for Richard, en 1996), y papeles simplemente alimenticios.

Pero en la cinta de Lumet el joven Al Pacino está espléndido, con una intensidad, entrega y brillantez que contrastan con tantos trabajos rutinarios que vinieron luego. Curiosamente, después de haber conseguido el Globo de Oro o el BAFTA, lograría años años más tarde el Oscar, en 1992, con Esencia de mujer, de Martin Brest (la versión americana de Perfume de mujer),  y en el papel de invidente que en Italia encarnó otro grande, Vittorio Gassman. Y así, entre la habitual honradez de Lumet y su cine de denuncia social, y el gran momento interpretativo de un mito que empezaba, se consiguió una obra muy representativa de una etapa, y que resiste bien el paso implacable de los años.


 


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130'

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Serpico - by , Feb 29, 2024
3 / 5 stars
Policía corrupta, director honesto