Pelicula:

CINE EN PLATAFORMAS
[Esta película forma parte de la Sección “Roads” del ATLÀNTIDA MALLORCA FILM FEST’2024. Disponible en Filmin por tiempo limitado]

La maternidad (en todas sus variantes, incluso en su voluntaria negación) se ha convertido en el cine español en uno de los temas recurrentes de la nueva hornada de cineastas de nuestro país, especialmente (aunque no solo…) en las mujeres realizadoras; véanse títulos como Las niñas y La maternal, de Pilar Palomero, Tierra firme y Los días que vendrán, de Carlos Marqués-Marcet, y Mamífera, de Liliana Torres, entre otras. Pues esta reciente fascinación por el tema de la maternidad, ya decimos que en sus muchas variantes, algunas de ellas bastante esquinadas, no parece que sea exclusiva del cine español reciente, sino que otras cinematografías se están interesando también por él, y, como en el cine hispano, también por nuevos realizadores (más bien realizadoras) que se incorporan a la profesión y cuyo tema preferente, con frecuencia, suele ser este.

Es el caso, en concreto, de nuestra vecina Francia: The rapture (en español seria “el rapto”) cuenta su historia ambientándola en nuestro tiempo, en París, donde conocemos a Lydia, una matrona que esa tarde va a acudir a la celebración del cumpleaños de su mejor amiga, Salomé. Pero antes de ello, cuando llega a su casa, su novio, Julien, le dice que la noche anterior se acostó con otra persona, y que no se trata de una aventura, sino que quiere empezar una nueva vida con la otra chica. Lydia corta abruptamente la relación y se va al cumple de Salomé, donde esta le dice que cree estar embarazada; confirmado tal estado de gravidez, Lydia se implica absolutamente en el embarazo y, por supuesto, también en el momento del parto, aunque flirtea peligrosamente con el desastre al llevar al límite el alumbramiento para que sea natural, aunque los síntomas abonaban la conveniencia de optar por la cesárea o los fórceps. Antes de ello, Lydia tiene una noche de sexo esporádico con Milos, conductor de autobús de origen serbio que, sin embargo, no quiere compromiso alguno. Ya con la pequeña Esmée en el mundo, la hija de Salomé, Milos se encuentra a Lydia en el hospital cuando la chica lleva a la bebé en brazos; un malentendido inicial hace que la matrona, buscando recuperar la relación sentimental con el hombre, le diga que la niña es suya, y poco después incluso que la concibió aquella noche en la que estuvieron juntos. A partir de ahí, Lydia recupera la atención de Milos, utilizando para ello a la pequeña Esmée, que le deja frecuentemente una Salomé con el síndrome de la depresión post-parto…  

Iris Kaltenbäck (París, 1988), con estudios en Derecho y Filosofía, se decantó finalmente por el cine, estudiando en la prestigiosa La Fémis, que le produjo su primer corto, Le vol des cigognes (2015), donde aparecía ya el tema de la maternidad robada, asunto que, en forma ciertamente muy matizada, se constituye en el eje central de este su primer largometraje de ficción.

Tiene el film una peculiaridad que en otro tiempo se consideraba anticinematográfica, el hecho de que sea una voz en off la que marque y dirija el relato; es cierto que esa consideración sigue en buena medida vigente, pero también lo es que el cine, que no se puede ni debe detener, sabe también cuando utilizarla sin que resulte incongruente o antifílmico; nos parece que este es el caso. El narrador es uno de los personajes, Milos, el amante esporádico de Lydia, un narrador omnisciente puesto que cuenta la historia que él mismo ha vivido (valdría también decir “sufrido”…), un narrador, por tanto, implicado hasta las trancas en esta historia. El recurso funciona bien, como decimos, porque la implicación emocional del narrador, que será determinante en el hermoso y abierto final, nos permite asistir a la historia desde una posición en absoluto dogmática; por supuesto, lo que termina cometiendo la protagonista (el rapto temporal de la bebé a la que se refiere el título, afortunadamente sin consecuencias, más allá del sufrimiento de los padres mientras duró) no es que esté mal, está peor. Pero, como es habitual en el cine de este siglo, la película intenta acercarse a uno de esos personajes que en otro tiempo habrían sido los malos integrales, sin mácula, los villanos de una pieza. Ésta lo es, pero la directora también intenta ponerse en su piel, intenta entenderla y que la entendamos, o al menos comprendamos que tenía sus motivaciones, más allá de su obvia locura.

Sin embargo, aunque evidentemente la película trata sobre la maternidad, una maternidad subrogada, al no tener vástago propio, trata también, y quizá prioritariamente, sobre la  soledad no deseada, porque todo el complicado teatro que la protagonista monta con la bebé va destinado en última instancia, como así lo consigue, a atraerse al falso padre de esa niña; en ese sentido la bebé no deja de ser una herramienta para acabar con la soledad que la consume, aunque sea a costa de montar una monumental patraña y meterse en un callejón (también delincuencial) sin salida. Estamos entonces ante un intenso drama maternal sobre la soledad y los embustes que se cuentan para huir de ella, en una historia bien modulada en la que por supuesto hay una evidente insania en la protagonista, una locura provocada por esa soledad y por el deseo irrefrenable de no estarlo, con un punto como de tragedia griega, pero sin crimen ni muertes.

Formalmente la película es fresca y bien narrada, manteniendo la atención del espectador sin tener que recurrir a argucias de cineasta fullero. Tiene un ritmo despacioso, que es el que conviene a una historia en la que amor y dolor se mezclan a veces de forma inextricable. Kaltenbäck, como guionista y directora, no juzga a su protagonista: ya lo hace la sociedad, y la condena en la medida en la que merece reproche penal su conducta. Pero está claro que a la cineasta no le interesa la circunstancial delincuente, sino la persona atribulada que se siente sola y a la que un secreto relé en su mente, cuando se siente acorralada, impele a una última huida hacia adelante que, quizá, sin embargo, a la postre (ese final abierto, tan cinematográfico, tan simbólico, también tan melancólicamente hermoso), pudiera haber dado su inesperado fruto.

Excelente trabajo de la protagonista, la joven Hafsia Herzi, y en un tono distinto, casi hierático, pero que conviene a su personaje, Alexis Manenti, que interpreta al padre que realmente no lo era, al amante que no lo quería ser, pero que, merced a la sentida emboscada a la que fue sometido, lo sería en ambos casos, y, siéndolo, será más feliz que nunca antes en su vida.

(14-08-2024)


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97'

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The rapture - by , Aug 14, 2024
3 / 5 stars
Intenso drama maternal sobre la soledad