Pelicula:

Parece que Marvel Studios (y en especial sus jefes de Disney) han decidido que una de las líneas por las que va a continuar con el universo Vengadores, una vez agotado y agostado este con el díptico Infinity War y Endgame, es el del humor. En concreto llama la atención que uno de los superhéroes que con más fervor ha abrazado la comicidad sea Thor, aunque parece que se prestaba a ello, con tanto musculito, tanto pelazo rubio, tanto martillo que viene presto en cuanto el dios del trueno abre la mano.

Ya hace unos años el mismo director del film que comentamos, el neozelandés Taika Waititi, rodó Thor: Ragnarok (2017), tercera de la saga del dios escandinavo, y ya entonces impregnó la cinta de un humor cáustico, paródico, que ahora en esta Thor: Love and Thunder alcanza niveles casi monotemáticos. Parece evidente que la veta cómica en los superhéroes marvelianos funciona, habiendo multiplicado las recaudaciones por cinco los presupuestos de films dentro de ese tono, como la misma Ragnarok aludida, pero también los (por ahora, que ya está en post-producción la tercera) dos capítulos hasta ahora estrenados de Guardianes de la Galaxia, que tienen concomitancias con la saga de Thor, interviniendo episódicamente unos en las películas del otro, y viceversa.

La historia arranca con las imágenes de un hombre, Gorr, que se arrastra por un mundo desértico con su hija, de unos siete años. Aunque suplica a los dioses que salven a su pequeña, la muerte la alcanza tras una sed angustiosa. Cuando Gorr encuentra al endiosado dios (nunca mejor dicho…) que ha permitido que su hija muera sin mover un dedo, monta en cólera, y adueñándose de una mágica espada negra que tiene el poder de matar a los dioses, asesina a la deidad que se ha reído de su tragedia y se juramenta para matar a todos los dioses que existan en el universo (o multiverso, que no queda demasiado claro…). Cuando llega la noticia a oídos de Thor, a la sazón retirado del mundanal ruido, tendrá que volver a la actividad para intentar acabar con Gorr, sobre todo cuando éste secuestra a los niños asgardianos para obligarle a salir de su retiro… Paralelamente, conocemos que Jane Foster (a la que, con la guasa de la serie, cambian el nombre de vez en cuando, llamándola Jane Fonda o Jodie Foster…) está enferma de cáncer, en un estado muy avanzado. Cuando visita el parque temático de Asgard, el antiguo martillo destrozado de Thor, Mjolnir, hecho pedazos, se funde para ella y la convierte en una versión femenina del dios del trueno…

Waititi es un cineasta especialmente dotado para el humor; un humor no precisamente al uso, sino más bien esquinado, como el que impregnaba el film que le dio a conocer, Lo que hacemos en las sombras (2014), una divertida parodia del cine de vampiros, pero también la muy iconoclasta Jojo Rabbit (2019), con la que se acercaba en clave cómica a un tema, el nazismo, que no es precisamente como para echarse unas risas. Pues Waititi lo hizo, y salió airoso del tema. Ahora con esta nueva aportación al universo Thor, el neozelandés pergeña una historia fuertemente influida por ese humor peculiar que se gasta, un humor autoparódico, en el que se ríe a modo principalmente del protagonista, jugando con sus tópicos, pero también con elementos como las frases lapidarias con las que se supone que machaca (además de con el martillo o el hacha…) al enemigo. Ese humor, trufado de celos entre las citadas armas, con pelusilla entre ellas porque el superhéroe tiene nostalgia de Mjolnir, o la torpeza del dios del trueno en su relación sentimental con Jane Foster (¿o era Jodie Foster?), alcanza el culmen en la presentación de un dios Zeus que es una caricatura del dios tonante por antonomasia de la mitología griega, incluyendo una escena en la que deja en bolas a nuestro héroe (para deleite visual de las deidades del Olimpo, aquí llamado Ciudad Omnipotencia…) que resulta ciertamente descacharrante.

El conjunto funciona razonablemente bien, aunque es probable que al aficionado al género de los superhéroes le chirríe tanta autoparodia, tanto protagonista balbuciente, tanto distanciamiento a base de poner en evidencia los tópicos del género.

También habrá que decir que nos parece que aquí Waititi baja un peldaño con respecto a su primer film sobre el dios del trueno, el mentado Thor: Ragnarok, que nos pareció más redondo, menos entregado absolutamente al cachondeo permanente, aunque tuviera mucho de ello, mientras que aquí, de tanto no tomarse en serio a sí mismo, cuando las cosas se ponen más circunspectas, con el agravamiento de la enfermedad de Jane, el espectador puede quedar descolocado.

Mención especial para Chris Hemsworth, ya totalmente identificado con su personaje, y que está tan interesado en el mismo que incluso interviene como productor ejecutivo. Del resto nos quedamos, por supuesto, con Natalie Portman, un lujazo de actriz, haga lo que haga, capaz de insuflar humanidad y emoción a un personaje que tampoco era para tirar cohetes, y con un Russell Crowe, ya totalmente perdida la vergüenza (y la batalla contra la báscula…), que aquí hace un Zeus orondo que no pretende esconder sus michelines. Christian Bale compone un villano muy interesante, un hombre estragado por el rencor ante la muerte impune de su hija por la inacción dolosa del dios al que veneraba, lo que le transmutará en una bestia sedienta de sangre divina.

(15-07-2022)


 


Thor: Love and Thunder - by , Jul 16, 2022
2 / 5 stars
El dios del trueno en clave paródica