CINE EN SALAS
[El lector interesado en el tema del terrorismo etarra en el cine puede consultar en Criticalia los artículos titulados ETA: demasiada sangre para tan poco celuloide y El cine vasco de la democracia (II). El llamado “conflicto vasco”: el terrorismo etarra.]
Arantxa Echevarría se está revelando como una cineasta ecléctica que filma cada vez mejor. Tiene dicho (y cumplido) que ella hace cine comercial para poder hacer paralelamente el cine que le interesa; así, en el primer apartado, el del cine llamémosle industrial, estarían sus comedias La familia perfecta y Políticamente incorrectos, y en el segundo, el cine que trasciende ese objetivo puramente crematístico, la estupenda Carmen y Lola, que la descubrió para el buen cine, y también Chinas, que igualmente estaba muy bien.
Ahora, con La infiltrada, que teóricamente pertenecería a esta segunda sección, nos parece que se ha encontrado, casi sin pretenderlo, que va a cumplir también con las exigencias económicas de la primera; así, el fin de semana de estreno se ha saldado con 1,14 millones de euros de recaudación, que está mejor que bien, y augura una taquilla global, cuando termine su período de exhibición en salas, más que apañado. Así que aquí tendríamos una curiosa síntesis, calidad cinematográfica y, a la par, excelentes resultados comerciales.
Y la verdad es que, viendo el film, se entiende: porque La infiltrada es una más que interesante mezcla entre cine de (lícito) entretenimiento con ese otro tipo de cine que da que pensar. La acción se desarrolla a lo largo de la década de los años noventa, fundamentalmente en el País Vasco, en los años de plomo del terrorismo etarra; conocemos entonces a Mónica, agente de la Policía Nacional, que ha sido reclutada por Ángel, alto cargo del cuerpo, para ser una de las personas a infiltrar en el entorno de ETA y así poder desarticular las acciones terroristas de la banda vasca. Mónica, con el nombre fic ...
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DISPONIBLE EN FILMIN
Esta miniserie de 4 capítulos se inicia con Cary Grant hablando en off: nos va a contar su vida; estamos en 1986, y lo vemos en una especie de entrevista múltiple ante un auditorio, en el que personas anónimas le hacen preguntas; esta chispeante, ocurrente... alguien le pide que le diga cómo prepara un personaje, y él contesta que creó un personaje para poder sobrevivir... A partir de ahí, como recuerdo de ese Cary de mediados de los años ochenta (ya retirado de la actuación), iremos conociendo su vida en sucesivos flashbacks, comenzando en su Bristol natal, en Inglaterra, en 1911, cuando tenía solo 7 años y vivía en una familia de extrema pobreza; tanta que su hermano pequeño, que enfermó por una herida, murió sin tratamiento al no disponer de dinero para acudir al médico. Aquella tragedia afectó gravemente a la madre, hasta el punto que el padre llegó a ingresarla en un sanatorio psiquiátrico, aunque en realidad lo hizo para crear una nueva familia y desentenderse de su anterior esposa; para que Cary (entonces todavía con su nombre real, Archibald Alexander Leach, conocido como Archie) dejara de preguntar por ella, el progenitor le dijo que había muerto. Entre padre e hijo se abre un abismo, y el chico, ya adolescente, queda fascinado por el mundo del circo, decidiendo que él quiere pertenecer también a la gente de la farándula...
La vida de Cary Grant, uno de los grandes actores de Hollywood, una de las estrellas masculinas por excelencia del cine clásico norteamericano (a la altura de un Gary Cooper, un Clark Gable o un Gregory Peck, por citar solo tres nombres igualmente incontestables) era ciertamente una bicoca para cualquier productora. Aquí han sido BritBox y la poderosa televisión británica ITV (la más importante en el Reino Unido tras la pública BBC) las que han ido adelante en este proyecto ciertamente atractivo, para lo qu ...
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Movistar+ ofrece desde el 26 de septiembre hasta el 13 de octubre de este 2024 un interesante ciclo sobre el gran Alfred Hitchcock, con motivo del 125 aniversario de su nacimiento (ocurrido en el último año del siglo XIX, en 1899). El ciclo consta de un total de 29 largometrajes dirigidos por el recurrentemente llamado Mago del Suspense, todos ellos en el canal temporal dedicado al cineasta británico, más otros 4 que figuran en el canal propio de TCM, también disponible en el operador propiedad de Telefónica de España. A esa oferta se le añade, en el propio canal específico de Hitchcock, tres documentales sobre su figura o su obra ciertamente también muy atractivos.
Etapa del cine mudo
En el ciclo de Movistar+ se incluye un único film mudo de Hithcock, concretamente El ring (1927), un melodrama romántico inmerso en el mundo del boxeo; aunque podría considerarse una muy escasa representación de la obra del cineasta londinense del período silente, debe entenderse que, dado que la plataforma, evidentemente, está dirigida al gran público, se puede calificar hasta de osadía que se haya incluido al menos un título de ese tiempo cinematográfico que hoy día es (reconozcámoslo...) veneno para la audiencia, en el sentido de que solo una minoría muy, muy minoritaria está dispuesto a ver pelis mudas. Así que, poca cosa de esa etapa, pero hay que entenderlo como una valentía. También habrá que decir que las películas hitchcockianas del período mudo eran todavía bastante endebles, nada que ver con las que sir Alfred haría ya en el período sonoro y, sobre todo, cuando se instaló ya en Hollywood.
Etapa británica
Ocho son los títulos que emite Movistar+ del Hitchcock de la etapa inglesa sonora, que va desde 1929 a 1940. Esos títulos son, por orden cronológico:
--La muchacha de Londres (1929)
--El hombre de la isla de Man (1929)
--Asesinato (1930)
--El hombre que sabía demasiado (versión de 1934).
--39 escalones (1935)
--La mujer solitaria (1936)
--Inocencia y juventud (1937)
--Alarma en el expreso (1938)
En esta etapa quizá los t&ia ...
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