Pelicula:

CRITICALIA CLÁSICOS


Disponible en Filmin.

Si la memorable 2001: una odisea del espacio, de Stanley Kubrick, es considerada por todos como un título imprescindible en el género de la ciencia-ficción, la verdad es que encasillar la cinta que hoy comentamos resulta mucho más difícil aunque -eso sí- también comienza con un plano en donde vemos un rugoso planeta sobre un fondo negro lleno de estrellas... que pronto será tapado por la irrupción de una gigantesca cabeza de un hombre de mirada alucinada y pelos electrizantes, flotando sobre ese mismo espacio. Después de varios minutos de este espacial balanceo, pasamos ya a la realidad en un paisaje urbano deprimente.

El hombre es Henry Spencer (Jack Nance), un tipo que dice trabajar en una imprenta -aunque nunca vemos hacerlo- y tiene como novia a una antipática rubia, con unos padres que -como todo en la cinta- también se las traen. El tono pesadillesco, los ambientes sombríos, interiores oscuros, miradas alucinadas... se van apoderando de la narración. Cuando la novia rubia queda embarazada da a un luz un extraño monstruo deforme, que dejan encima de un mueble envuelto como una momia en unos pañales que sólo descubren un largo cuello y una cabeza viscosa y repulsiva. Con el protagonista cada vez más triste y apurado, con escenas que desdeñan la lógica, todo va apuntando a lo surreal, con largas lombrices que caen del techo, un radiador que cobija a una muñequita que canta, charcos en las calles y ruinas... Sólo la vecina de Henry, en la puerta de enfrente, es una chica morena, guapa y normal.

Cuando David Lynch pone en pie esta su ópera prima, lo hace a lo largo de seis trabajosos años, con préstamos familiares y algunas ayudas de organismos. Al estrenarse causa estupor, pero también llama la atención y Mel Brooks le produce El hombre elefante, que con algunas semejanzas, tiene ya un empaque y un tono muy distinto, además de un gran trabajo de John Hurt y Anthony Hopkins. La buena taquilla de este film hace que en 1984 estrene (con producción de la familia De Laurentiis) una vistosa y mastodóntica Dune, según la saga de Frank Herbert (con gran reparto pero malos resultados ante el público), muy distinta a la reciente y minimalista versión de Denis Villeneuve.

Tras la interesante Terciopelo azul, y ya en 1990, se adelanta al éxito de las series con su famosa Twin Peaks, que encandila a los públicos de todo el mundo, que se preguntan aquello de "¿quién mató a Laura Palmer?", y con la excelente música de Angelo Badalamenti, que ya le acompañará en casi toda su carrera. También Corazón salvaje o Mulholland Drive consolidan a David Lynch, aunque probablemente su obra maestra sea Una historia verdadera, entrañable historia que en nada recuerda a la mayor parte de la filmografía de este autor controvertido.

Volviendo a su tenebrosa primera cinta, Cabeza borradora, estamos ante un film que nos trae ecos de los escenarios de El proceso, la kafkiana película de Orson Welles, o muchos detalles surrealistas del primer Buñuel. Ante Lynch siempre cabe la pregunta de si estamos ante un genio renovador o simplemente ante un autor "rarito" que quiere epatar a espectadores y, sobre todo, a críticos. El propio final de la cinta, en el que el protagonista pierde literalmente la cabeza, que cae a la calle y la recoge un niño, vuelve el hijo deforme pero ahora en tamaño descomunal y amenazante, hasta terminar otra vez con el planeta que aparecía al principio, y en el que se abre un agujero que engulle al protagonista. Dentro, un Henry Spencer más asustado y agobiado que nunca, se ve envuelto en una niebla blancuzca y gelatinosa, y vamos viendo cómo otros personajes van saliendo  de nuevo como despedida del sufrido espectador.

Saltando ya al año 2004, la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos (que preserva y registra obras culturales) acogió a esta película en su archivo al considerarla como "de referencia histórica", además de "estéticamente importante".  Y siguiendo con los plácemes oficiales, algo después, en 2010, el grupo Online Film Critics Society, fundado en 1997, sin sede física, pero que conecta por internet a críticos de todos los continentes, en una de sus encuestas periódicas reunió esta vez una lista de los 100 mejores films debutantes de realizadores a lo largo de la historia del cine. Y en el resultado final esta bendita Cabeza borradora quedó en segundo lugar, ¡¡ inmediatamente después de Ciudadano Kane, de Orson Welles... !!

Volviendo al autor, a David Lynch  -y ya terminamos-, decir con toda sinceridad que su mejor creación reciente, como ya ha explicado en su estupenda crítica el compañero, director y editor de esta web, Enrique Colmena, es sin duda alguna, su espléndida transformación e interpretación en el papel del legendario John Ford, en la escena  final del film de Spielberg Los Fabelman, donde además explica y aconseja con agudeza y sabiduría algunas de las ideas del gran maestro del western.


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89'

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Cabeza borradora - by , Feb 26, 2023
2 / 5 stars
1977: A mental Odyssey