Pelicula:

La anterior referencia vintage de Woody Allen, Midnight in Paris (2011), no animaba al optimismo, y, efectivamente, esta Café Society no alcanza el nivel de las grandes, ni siquiera de las buenas películas allenianas. Aquí estamos en los años treinta, en dos escenarios fundamentales, el Hollywood de la época, cargado de rutilantes estrellas, de poderosos productores, de grandes estudios, que empezaban a hacer el cine que conformará la base de todo lo demás (todos hemos bebido del cine USA de los años cuarenta y cincuenta, evidentemente, la etapa dorada del Séptimo Arte), y el Nueva York de los años inmediatamente posteriores al fin de la Ley Seca, en plena Gran Depresión y con el auge imparable de las mafias (italiana, pero también la hebrea, como en este caso).

Entre ambos escenarios se mueve el protagonista, un jovenzuelo que habla como el Woody Allen de hace cuarenta años, balbucea como él, tiene el pelo rizado e incluso es también de etnia judía. Este nuevo alter ego woodiano es el sobrino de un preboste de Hollywood, un influyente representante de estrellas felizmente casado pero que tiene una aventura con su secretaria. El jovenzuelo, emigrado a la Meca del Cine por mor de las dificultades laborales en la Gran Manzana, se enamora de la bella, pero ésta le habla de su compromiso con otro hombre, sin decirle que es su tío…

Comedia de enredo pero también comedia de sentimientos, Café Society adolece del pecado original, ya detectado en la mentada Midnight in Paris, del regusto petulante de Woody por situar en la pantalla (o simplemente por mencionarlos) a los personajes famosos de la época, como si su sola alusión le diera lustre al filme; al contrario, lo que hace es bastardearlo como si fuera una película de nuevo rico, como si, a estas alturas, Allen necesitara citar a afamados astros como autoridad, cuando él mismo es ya una autoridad. Además, la trama se arrastra cansinamente (algunos le llaman a eso elegancia: nada que ver…), con frecuencia por senderos ya trillados y cuyas vueltas y revueltas se ven venir a la legua.

No sería justo, sin embargo, despachar el nuevo filme alleniano sin reconocerle algunos méritos: sin ir más lejos, las escenas en las que desarrolla el embrollo entre el triángulo protagonista están ingeniosamente tramadas, y el final, tan deliciosamente ambiguo a la par que romántico, está a la altura de sus mejores logros, de Manhattan (1979) a La rosa púrpura de El Cairo (1985).

Por supuesto, el diseño de producción de su habitual Santo Loquasto es exquisito, la ambientación musical con temas de la época, que como siempre realiza el propio Woody, es deliciosa, y a la fiesta de la excelencia formal se suma Vittorio Storaro, en su primera colaboración con el cineasta neoyorquino, consiguiendo (no esperábamos menos del maestro italiano, uno de los auténticamente grandes en la dirección de fotografía) un color evanescente, un tono levemente desvaído, unos toques ocres que hacen de la contemplación del filme un puro disfrute visual.

Entre los intérpretes, aparte de Jesse Eisenberg, que confirma sus limitaciones como actor (¿a quién se le ocurrió que podía hacer convincentemente de Lex Luthor?), Kristen Stewart, que siempre nos pareció una sosita, aquí está bastante bien, irradiando el aura como de hada urbana que conquistará al pelagatos protagonista, aunque su amor se base, al menos inicialmente, en el aparente desvalimiento del personaje masculino principal, al que la que será su novia definirá en un momento dado como un ciego a punto de ser atropellado.

Entre los secundarios me quedo con Steve Carell, que ya trabajó para Woody en Melinda y Melinda (2004) y que en los últimos tiempos está logrando un notable grado de calidad interpretativa. Anotemos también la presencia de Blake Lively, de quien tenemos escrito (y no descubrimos nada…) que la cámara la adora, y, sobre todo, el impagable papel que nos regala Jeannie Berlin, una actriz que se prodiga poco en cine, pero que cuando lo hace, parte la pana…


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96'

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Café Society - by , Sep 01, 2016
2 / 5 stars
Un ciego a punto de ser atropellado