Los remakes de películas y series extranjeras, en comedia, parece un filón que el cine español no va a dejar tan fácilmente, sobre todo porque algunos de esos remakes (véase el caso de Padre no hay más que uno, de Santiago Segura, un exitazo comercial que ha permitido hacer toda una franquicia) han tenido una gran acogida de taquilla en nuestro país. Pero, por supuesto, como no hay seguridad alguna de que esos éxitos vuelvan a ocurrir, puede pasar como en este caso, que la versión española, en película, de la homónima serie televisiva mexicana (tres temporadas, iniciada en 2019), no funcione en España en taquilla, no alcanzando siquiera el millón de recaudación, escasa cosecha para un proyecto que, evidentemente, aspiraba a mucho más.
Vicente Villanueva (Valencia, 1970) se ha convertido durante este siglo XXI en un habitual de la comedia española, un cineasta correcto, buen profesional, aunque tampoco se puede decir que sea un director de talento, porque nos parece que no lo es. En su filmografía hay un par de títulos que descuellan, sin que sean nada del otro jueves, pero al menos se dejan ver y son peculiares: Toc toc (2017), a vueltas con los trastornos obsesivo-compulsivos, tomados a broma, lógicamente, y Sevillanas de Brooklyn (2021), una comedia romántica de opuestos, con sandunguera sevillanita y yanqui afroamericano.
La película intenta marcar territorio con su primera escena: vemos a una pareja follando, pero él es un soso de manual, y en vez de estar a lo que está, le habla a ella de la caldera y de cosas de casa (vamos, de lo más erótico y sensual...). Iremos conociendo a distintas parejas, hasta cuatro, que son amigas entre sí, cada una de su padre y de su madre: la pareja que tiene problemas para gozar del sexo por los niños, otra en la que él está obsesionado por el culto al cuerpo y lo del sexo como que ya si eso, y una cuarta que le gusta el morbo de hacerlo en lugares insólitos, como la toilet de un avión en vuelo... Todas, de una forma u otra, están insatisfechas de su vida sexual. Cuando un amigo de una de esas parejas, Sergio, y, sobre todo, su novia, a la sazón influencer, les propone en una cena que se diviertan con el llamado “juego de las llaves” (según el cual se depositan las llaves de casa en un cuenco, y el hombre o mujer que las saque puede ir con la dueña o dueño de esas llaves para hacer cositas...), en principio no parece que sea acogida con entusiasmo por las cuatro parejas, pero de vuelta a casa, excitados por ese hipotético cambio de pareja, la noche de sexo es muy satisfactoria, así que la puerta está abierta...
En nuestra opinión, estamos ante una comedia de enredo picante, con algunos buenos gags en ese sentido, aunque quizá no explota suficientemente las diversas situaciones picaronas que se suscitan. Tampoco es buena cosa que la deriva del guion, que tiende a irse de madre, esté bastante pillada por los pelos, con situaciones difícilmente congruentes, aunque es obvio que estamos en una comedia, donde puede pasar casi de todo; pero todo ello debe guardar una cierta coherencia, una cohesión interna que aquí, nos tememos, no existe.
Como suele pasar en el cine desde que a finales del siglo pasado se estableciera en Eyes wide shut el canon visual para los clubs privados donde se practica el sexo sin inhibiciones, la fiesta más o menos promiscua que se presenta en el film recuerda bastante a aquella famosa del film de Kubrick... o eso intenta; es un juego de las llaves a lo bestia, de todos contra todos; parece que la peli kubrickiana es el modelo, sin que parezca intentar la sátira o la parodia (lo que hubiera sido una opción...).
Con una correcta puesta en escena, un guion un tanto desmadrado, como decimos, de la también dramaturga Marta Buchaca, que adapta el libreto televisivo de la serie mexicana, pero también con una persistente música de Nacho Mañó que con frecuencia no deja oír los diálogos (no es culpa del músico, por supuesto...), El juego de las llaves resulta ser un producto de entretenimiento más bien endeble, que promete más que da.
Correcto trabajo actoral en general, destacando sobre todo las tan seguras actrices María Castro y Miren Ibarguren. Más flojitos, en general, los hombres, que parecen un poco como gallina en corral ajeno.
(07-06-2024)
107'