Pelicula:

En 1971 Manuel Summers consigue el mayor éxito comercial de su carrera como director con Adiós, cigüeña, adiós, que llevó a las salas de cine españolas a casi tres millones y medio de espectadores, una auténtica barbaridad, superando con ello el anterior récord de recaudación de una película española hasta ese momento, que correspondía a Por un puñado de dólares, coproducción hispano-italiana de 1964 dirigida por Sergio Leone.  

Ese enorme éxito comercial animará a Summers a continuar la historia donde la dejó, dos años más tarde, con el título El niño es nuestro, que retoma la historia justo en el parto del bebé (que era donde terminaba Adiós, cigüeña, adiós), para desarrollar aquí algo parecido a una especie de Fuenteovejuna infantil, en el que todos los chicos y chicas de la pandilla se conjuran para ser una especie de “padres colectivos” del pequeño recién nacido, una idea ciertamente revolucionaria para la época, algo así como una comuna específicamente dirigida al cuidado y crianza del bebé, en lo que podríamos llamar un crío “autogestionado”, aunque pronto se revela como una aventura más bien imposible, en cualquier caso una continuidad de la admonición summersiana del primer capítulo sobre la necesidad imperiosa de que se imparta en las escuelas una educación sexual digna de tal nombre. Como en su anterior film, aquí llama la atención el amor ingenuo, romántico, tan bonito, de la pareja de tortolitos, Arturo y Paloma, confirmando con ello que el amor a estas edades, para Summers, es puro y verdadero.

En una nueva prueba de respeto hacia sus pequeños actores, Summers hace de nuevo su película (como ya lo hizo en Adiós, cigüeña, adiós) desde la perspectiva de los críos. El protagonismo que el cineasta sevillano otorga a los niños es tal que incluso en los títulos de crédito iniciales aparecen identificados como tales, los primeros, y después, como los secundarios que son, los mayores, los adultos, cuyos papeles aquí son siempre de reparto, de apoyo, nunca principales.

Con una narración clásica (quizá de las más clásicas de su carrera), consustancial a todo el cine summersiano relacionado con niños y adolescentes, la película incluye también una parte final que juega con elementos del cine de intriga y tensión, cuando los críos conjurados se las tienen que apañar para recuperar al bebé que permanece en la inclusa, antes de que este sea entregado en adopción a unos padres postulantes; es cierto, sin embargo, que ese tono de intriga deviene en una secuencia demasiado larga, estirando la tensión hasta hacerla más bien pesada, lo peor que le puede pasar a ese tipo de cine. También el protagonismo de los críos en esas escenas de tensión hace incurrir inevitablemente en cierto descafeinamiento, al resultar demasiado edulcoradas: y es que sabemos que nada malo puede ocurrirles a los críos, más allá de la correspondiente bronca familiar, si llegaran a descubrirlos.

Un final abierto y ambiguo (esos niños que marchan con su bebé por las carreteras hacia Madrid, hacia un incierto futuro en el que será difícil mantener al crío con ellos) cierra una película inferior a Adiós, cigüeña, adiós, pero nos parece que no por ello deleznable.

El film vuelve a tener un notable éxito en taquilla, aunque inferior al anterior, del que este es evidente secuela, pero de todas formas magnífico, con casi 1,8 millones de espectadores, lo que anima a Summers a continuar con este “pack” infantil, probablemente no pretendido, pero que fue surgiendo conforme era evidente que el público estaba interesado en el tema y que el cineasta sevillano, además, también estaba por la labor.

Buen trabajo actoral de los críos, que son los auténticos y únicos protagonistas del film, con especial hincapié en el pequeño Curro Martín Summers, que aquí, además de su gracia natural, da muestras de un talento dramático que explotaría en toda su intensidad en su papel protagonista de Mi primer pecado. Lástima que cuando creció pareció perder esa intensidad trágica.


(12-02-2024)


 


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99'

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El niño es nuestro - by , Feb 12, 2024
2 / 5 stars
Un bebé autogestionado