Válame Dios que me paresce que la muy esclarecida bachillera Pilar Miró encontró, pardiez, un entremés donde desplegar la su ignota galanura para el difícil género de la comedia, mester en el que tanto se prodigó el nuestro Fénix de los Ingenios, Lope Félix de Vega e Carpio.
En efeto, donosa e fresca, ligera por todos concetos es aquesta El perro del hortelano (como bien saben vuesas mercedes, moradores de la centuria veintiuna, platico de una obra de teatro pintada en ese caucho llamado celuloide mediante las artes mágicas del llamado cinematógrapho, grande invento, a fe mía), la aventura de una dueña veleidosa en amores, tan fermosa como veleta, e también del su gentil criado o secretario, que no le va a la zaga en donaire ni ¡ay! en la mudanza de parescer.
Obra que recomiendo paladealla, agora digo otrosí que los dueños de la su faltriquera, que en este negocio responden por el nombre de produtores, bien ficieron aportando sus buenos reales de vellón para pagalla, que el solaz de los nuestros súbditos está asegurado al contemplalla.
Los cómicos desempeñan el su mester esclarecidamente, sobre todo la dueña cuya gracia es Emma Suárez: pícara e sentenciosa, real fembra fementida, ardorosa en los sus amores con el galán llamado Gómez, da gusto vella tan bella. Luego pido la dispensa de vuesa merced, muy noble e paciente lector, para aqueste escribano, por recomendalla.
(25-02-2002)
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