Pelicula:

Esta película está disponible en el catálogo de Netflix, Plataforma de Vídeo bajo Demanda (Vod).

El apropiacionismo tiene un estatus artístico que, ciertamente, nos parece desproporcionado (hacer “arte” tomando el arte de otro suena como a tomadura de pelo, mayormente del sujeto al que se le expropia con tanto arte...). Porque además dentro del apropiacionismo, aparte de artistas absolutos e irrefutables como Warhol, hay otros que lo que tienen es una jeta que se la pisan... El caso es que la escritora norteamericana Nancy Springer escribió entre 2006 y 2010 un total de seis novelas publicadas bajo el título genérico, en español, de Las aventuras de Enola Holmes, que fantaseaba con la posibilidad de que el famoso detective Sherlock Holmes, creado por Arthur Conan Doyle, hubiera tenido una hermana adolescente, la Enola del título, veinte años menor que él, y que esta se encontrara imbuida, como su hermano, de unas especiales dotes deductivas.

Por supuesto, sobre la figura de Sherlock se han hecho infinidad de adaptaciones a cine y televisión, generalmente poniendo en imágenes las aventuras concebidas por Conan Doyle, pero a veces también haciendo excursos interesantes, como el que proponía Bill Condon en su espléndida Mr. Holmes (2015), donde se fantaseaba con un Sherlock ya senil, en una obra mayor que ampliaba vigorosamente la perspectiva sobre uno de los personajes fundamentales de la cultura popular de nuestro tiempo.

Pero parece evidente que el ciclo de novelas de Springer no tiene esa talla, ni tampoco su adaptación a la pantalla, que comentamos aquí. La historia se ambienta en 1884, y nos la cuenta dirigiéndose a cámara, a la vez como protagonista y narradora omnisciente, el personaje central, Enola Holmes, que nos habla de su estrecha relación con su madre, Eudoria, una mujer que la educó en la sensibilidad, la intelectualidad y la igualdad entre hombres y mujeres, pero que en el decimosexto cumpleaños de la pequeña desaparece sin dejar rastro, por lo que sus hermanos Mycroft y Sherlock han de hacerse cargo de la adolescente, siendo el primero de ellos, estirado y arrogante, el tutor de la chica, que destina a un “internado de señoritas”. Pero Enola encuentra huellas del paradero de su madre, así como una buena cantidad de dinero, y escapa a Londres en pos de su progenitora...

Debe resaltarse el desprejuiciado inicio en el que Enola rompe la cuarta pared y se dirige al espectador directamente. No es ni mucho menos la primera vez que ello ocurre, pero es cierto que en cine comercial, hoy día, no es frecuente, temeroso el director siempre de que eso “saque” al espectador de la trama. Otra de las bazas que juega el film es su evidente feminismo, incluso en una época en la que el tema no estaba aún sobre el tapete, o lo estaba “sotto voce”; de hecho, en la trama se habla de una supuesta ley que hubiera permitido el voto femenino en el Reino Unido en la fecha en la que se ambienta la peli, 1884, cuando en realidad ello no tuvo lugar (y de forma muy limitada) hasta 1918.

Ese es el rasgo característico de esta Enola Holmes, su mirada en femenino de una historia “a lo Sherlock Holmes”, en este caso la desaparición de un marquesito adolescente que (precisamente) estorba a la mayoría conservadora de la aristocracia inglesa para mantener la preeminencia masculina sobre la femenina. Rasgo este el del feminismo que, ciertamente, con frecuencia está pillado por los pelos, en una historia más bien artificial, aunque es evidente que la película no juega en la liga del rigor histórico sino más bien en el de la fantasía delirante.

Con pocos varones en el elenco, y, en general, todos tirando a bobos, o a engreídos, o incluso el propio Sherlock, que parece el más tonto de todos, las féminas, sin embargo, son las mejores, desde la prota, que no solo tiene dotes deductivas mucho más afinadas que su famoso hermano, sino que además es experta en artes marciales (¡a finales del siglo XIX, en la muy empingorotada alta sociedad británica!), hasta su madre, una adelantada a su tiempo, militante radical del feminismo sufragista de la época, pasando por la mentora de raza negra (ejem... en el siglo XIX... fantasías animadas de ayer y hoy...), e incluso la villana.

Es cierto que el film tarda en entrar en materia, resultando de inicio un tanto premioso y algo tópico, con la adolescente rebelde destinada a ser domada en un colegio de buenos modales al que, desde luego, no llega a entrar. Estamos entonces ante una intriga de corte adolescente que no se toma demasiado en serio a sí misma, y eso ya es un valor por sí solo, aunque con unas peripecias simples, poco “curradas” en el guion, como de tramas para púberes, en una narración un tanto anárquica. No obstante, la historia está filmada con elegancia por un cineasta, el inglés Harry Bradbeer, veterano realizador de televisión, medio en el que ha conseguido numerosos galardones.

Entre las virtudes del film habrá que citar la crítica sobre la arrogancia de la aristocracia, que se resistía a dejar de ser (si es que alguna vez dejó de serlo...) la clase dominante, y, por supuesto, su apuesta por una visión femenina y una reivindicación de la mujer en la sociedad, también en la del siglo XIX. Hace su aparición, intermitentemente, cierto humor británico, de corte irónico, aunque por el contrario la película está falta de sentimiento y emoción, ni siquiera en la relación entre madre e hija, que se supone tan próxima, tan cómplice.

Voluntarista y bienintencionada, Enola Holmes se deja ver sin aspavientos, aunque no nos abandona en ningún momento la impresión de que tanto la autora literaria, Nancy Springer, en su serie de seis libros, como Bradbeer en su traslación al cine, buscaban no tan secretamente “pegar un pelotazo” a lo Harry Potter; el hecho de que esta primera peli sea adaptación de la primera de las novelas hace sospechar que, si hubiera funcionado bien (lo que no ha sido el caso...), pronto se habrían puesto en marcha los proyectos para las siguientes adaptaciones de la saga.

Entre los intérpretes, la protagonista, la jovencísima Millie Bobby Brown, la carismática protagonista del serial Stranger things, es de lo mejor del film, una chica a la que evidentemente la cámara adora y que, si crece bien, puede dar mucho juego en el futuro. Henry Cavill nos parece un notable error de casting, y no solo porque las deducciones que el guion le endilga sean elementales y más bien estólidas, sino porque Cavill es demasiado guapo para el personaje, que nunca hubiéramos imaginado con estas pintas. Y es que, desde que Paris Alejandro prefirió, según la mitología griega, a Afrodita en lugar de Atenea, obteniendo por ello como resultado ser guapo pero también imbécil, ya sabemos que es imposible, metafísicamente hablando, aunar en una sola persona la belleza y la inteligencia... Además, tampoco es que Cavill tenga, ni por asomo, el carisma, la convicción, la seguridad aplastante del Sherlock conandoyleano. Del resto nos quedamos con Helena Bonham Carter, que nos vuelve a regalar un personaje estrafalario a los que ella es tan aficionada, aquí con un nombre, Eudoria, que recuerda poderosamente (otra vez...) a los pomposos, extravagantes nombres femeninos de las tramas de Harry Potter: Nymphadora, Bellatrix, Walburga, Wilhelmina...

(09-10-2020)


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123'

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Enola Holmes - by , Oct 09, 2020
2 / 5 stars
Si Sherlock hubiera tenido una hermana adolescente...