Nuestro cine ya no se conforma con la fórmula de la comedia española, que tan buenos resultados comerciales dio en otras épocas, sino que ahora pretende copiar a la americana y así enjareta un argumento tan absurdo como increíble en el que cinco estudiantes falsifican sus notas y logran entrar en la Universidad de Oxford para estudiar Medicina. Todo ello para ayudar a Emilio, un tímido colega que está enamorado de Natalia, la chica más bonita e inteligente de su instituto, a la que nunca se atrevió a declararse. Pero además son unos estudiantes peculiares: uno es parapléjico y va en silla de ruedas, otro es ciego, un tercero es un chulo que oculta así su homosexualidad y el cuarto es un gitano traficante en drogas.
Lo mejor de esta historia es que trata de poner de relieve el amor juvenil, la amistad y la fidelidad a los amiguetes, pero el guión plantea unas situaciones en las que se ven envueltos que son esperpénticas, sin sentido y lo que es peor, son groseras, de mal gusto y además no tienen la más mínima gracia, por lo que los mimbres para hacer una comedia son bastante escasos.
La película, que supone el debut de Fernando González Molina, director de algunos episodios televisivos de Los hombres de Paco, que ha contado con los guionistas de la serie, se apoya fundamentalmente en actores jóvenes que provienen de la pequeña pantalla, rostros muy populares por haber intervenido en algunas de las de más éxito en la actualidad, siendo por ello muy conocidos por la juventud, lo que por otra parte explica que haya obtenido el premio del público en el 12 Festival de Cine Español de Málaga 2009, que su puesta en escena adolezca de una factura de carácter televisivo y que esté teniendo un gran éxito comercial.
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