Pelicula:

Joseph Leo Mankiewicz es una de las figuras fundamentales del cine clásico norteamericano, el mejor que se haya hecho nunca, el rodado durante las décadas de los años treinta, cuarenta y cincuenta. Mankiewicz fue notable guionista, excelente director y productor con vista de lince. Empezó como guionista en los albores del cine sonoro, en 1929, destacando en esa época por los guiones de films emblemáticos como El enemigo público número 1 (1933), El pan nuestro de cada día (1934) o La melodía de Broadway 1936 (1935); a mediados de los años treinta empezó también a ejercer como productor, y en tal faceta, además de buena parte de sus propias películas como realizador, estaría en títulos destacados como Furia (1936), de Fritz Lang, Tres camaradas (1938), de Frank Borzage, o Historias de Filadelfia (1940), de George Cukor, entre otras muchas. Pero donde realmente ha dejado su impronta ha sido como director, faceta en la que se inició a mediados de los años cuarenta, tras terminar la Segunda Guerra Mundial. Realizó un total de 22 películas, entre ellas varias justamente famosas y magníficamente consideradas: El fantasma y la señora Muir (1947), Carta a tres esposas (1949), Eva al desnudo (1950), La condesa descalza (1954), Ellos y ellas (1955), Cleopatra (1963), y El día de los tramposos (1970), cerrando su carrera con el espléndido juguete La huella (1972).

También Julio César forma parte de ese vistoso y estupendo ramillete de grandes films dirigidos por Mankiewicz. Se trata de la adaptación al cine del famoso drama homónimo shakespeariano, que ponía en escena el magnicidio perpetrado en Roma contra Cayo Julio César, entonces ya cónsul y dictator perpetuus, el hombre fuerte del Imperio (que aún no se denominaba así, sino República, aunque “de facto” lo era), al que una conspiración de hombres próximos, entre ellos su hijo adoptivo Bruto, asesinó en las escalinatas del Capitolio, habiendo desdeñado previos y negros augurios que le precavían, “cuídate de los Idus de Marzo”, fecha (mediados de ese mes) en la que, efectivamente, sería alevosamente apuñalado repetidas veces por parientes y afectos.

Mankiewicz se encargó también del guion, de dotar de tono cinematográfico la obra teatral, de conferir a los diálogos un punto de modernidad que se ajustara más adecuadamente al público de mediados de los años cincuenta. Teniendo en cuenta que Mankiewicz era un exquisito guionista y mejor dialoguista, y partiendo del bello texto shakespeariano, el resultado es extraordinario: sin perder su apariencia teatral, el tono y el poso es sobresaliente, es un film antes que una obra hecha para las tablas. Juega Mankiewicz con la cuarta pared, como en el teatro, pero a la vez airea sabiamente las escenas, de tal forma y manera que, asistiendo a una obra teatral, a la vez lo hacemos a una película. Los espléndidos diálogos hacen el resto, en una obra tensa e intensa sobre la cosa pública, la democracia, la amistad, el honor y el deber, todo hecho sin engolamientos, con memorables discursos como el que lanza, pleno de electricidad, el personaje de Marco Antonio para predisponer a las masas contra los asesinos de César, en un prodigio de manipulación mediática "de libro".

Los actores, británicos y norteamericanos, están a la altura del texto: Marlon Brando, excelente como un Antonio que maneja el lenguaje oral y corporal para enardecer, para enfurecer a las masas; James Mason, un formidable Bruto en su laberinto entre el amor que profesa hacia su padre adoptivo, y el deber que cree ha de cumplir eliminando el peligro cierto de un déspota en Roma; John Gielgud, extraordinario como Casio, el villano que insufla sibilinamente en Bruto la semilla de la cizaña contra su mentor. En papeles cortos, dos damas, una inglesa, Deborah Kerr, y otra yanqui, Greer Garson, ponen el contrapunto femenino en esta película fundamentalmente “de hombres”. El gran Miklos Rozsa compuso la música, de fuertes resonancias romanas, y Joseph Ruttenberg, que fuera el operador de películas míticas como La señora Miniver, El prisionero de Zenda o Brigadoon, se encarga también de la hermosa fotografía en blanco y negro, que conviene perfectamente al tono y el tema del drama. La película ganó un Oscar a la Mejor Dirección Artística, y estuvo nominada a otros cuatro más, entre ellos Brando como Mejor Actor Protagonista.


 


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120'

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Julio César - by , Mar 20, 2022
4 / 5 stars
Cuídate de los Idus de Marzo...