Pelicula:

El escritor cartagenero Arturo Pérez-Reverte ha sido profusamente llevado al cine y la televisión, y en algún caso una misma novela en dos ocasiones, como es el caso de La piel del tambor, que ya fue llevada a la pequeña pantalla con el título Quart: el hombre de Roma (2007), una miniserie creada por Victoriano Sierra Ferreiro, de seis capítulos, que se emitió en su momento en Antena 3.

Ahora se filma de nuevo la misma historia, para pantalla grande y rodada fundamentalmente en inglés, para facilitar su distribución en mercados anglosajones, en una ambiciosa coproducción hispano-italo-colombiano-norteamericana, con Amazon Prime Video detrás, lo que le asegura su exhibición mundial a través de la poderosa plataforma propiedad de Jeff Bezos.

La trama de la película sigue, en líneas generales, la del libro de Pérez-Reverte: en el Vaticano, los servicios informáticos detectan la intrusión de un “hacker” que consigue llegar hasta el ordenador del Papa y le envía un mensaje en el que le advierte de que la iglesia sevillana de Nuestra Señora de las Lágrimas se defiende de los que intentan derribarla para construir allí un complejo residencial. Monseñor Spada, jefe del Istituto per le Opere Esteriore (el equivalente a un MI6, o CNI, o CIA, en definitiva el servicio de inteligencia del Vaticano) envía al sacerdote Lorenzo Quart, fogueado en múltiples asuntos oscuros en los que ha tenido que defender a la Iglesia, para que haga un informe sobre lo que está sucediendo en Sevilla en torno a ese templo, donde ya han muerto dos personas, el arquitecto encargado de preparar su demolición y un enviado del arzobispo de Sevilla. Quart, ya en la capital andaluza, conoce a Macarena Bruner, adalid de la conservación de la iglesia por razones sentimentales, y a su marido (aunque estén separados de hecho), Pencho Gavira, quien aboga justamente por lo contrario, por derribar el templo y dar vía libre a la construcción residencial en el solar, con lo que podrá ascender a la cúspide del banco del que es alto ejecutivo; por eso, no le temblará la mano para conseguir su objetivo. También conocerá Quart al Padre Ferro, el párroco de la iglesia en cuestión, un viejo hosco que le depara un recibimiento de todo menos amable...

Sergio Dow (Cali, 1954) es un veterano cineasta colombiano que, sin embargo, no tiene una carrera demasiado larga, y además con frecuencia ha discurrido por los senderos del documental y también de los encargos empresariales. Como director de largometrajes tiene solo algunos títulos, entre ellos el más conocido, El día que me quieras (1986), que tuvo en su momento bastante repercusión, y Hemingway, the hunter of death (2001). Sin embargo, hay que reconocer que esa escasez en lo tocante a los largos de ficción no ha supuesto que el cineasta colombiano se haya oxidado, porque La piel del tambor funciona razonablemente como lo que es, un intrigante thriller con irisaciones de acción, conflictos intrarreligiosos y un toque romántico. Con buen ritmo, apoyado por un guion en el que no paran de suceder cosas, Dow saca buen partido de los hermosos paisajes urbanos de la ciudad, aunque tenga que tomarse licencias artísticas como la de hacer pasar el edificio del Ayuntamiento de Sevilla por el Palacio Arzobispal.

Pero en general la trama se sigue con agrado, con las luchas intestinas dentro de la alta jerarquía de la Iglesia, la no precisamente sorda pugna por el poder dentro de la Curia de Roma, pero también con escenas de acción en las que, ciertamente, de entrada choca ver a un cura con alzacuellos combatiendo con pericia y contundencia contra facinerosos desalmados, con un protagonista, Lorenzo Quart, que sería lo más parecido a un James Bond eclesial. La historia romántica, aunque pudiera parecer un tanto postiza, aparte de que Pérez-Reverte ya la incluía en la novela, nos recuerda que los curas, además de hombres de Dios, son también hombres, a secas...

El conjunto, con algunas disfunciones probablemente inevitables en una ficción como ésta, que mezcla la realidad de la Iglesia Católica con la fantasía de un imaginario servicio de espionaje del Vaticano, es resultona y se deja ver con agrado, en una trama que no da prácticamente respiro, bien llevada por Dow con mano de hierro, dosificando las escenas de acción, que no son muchas pero están bien resueltas. Es cierto que en la película se diluye uno de los mensajes fundamentales de la novela revertiana, la de la preservación de la fe como escudo ante las adversidades, aunque el encargado de preservarla, como sucede con el padre Ferro, la haya perdido tiempo ha.

El cine es, además de arte y cultura, también entretenimiento, y si éste, como es el caso, está hecho con profesionalidad y buen tino, y cumple razonablemente su objetivo, ha de tener también, por supuesto, un lugar al sol de la consideración de la crítica. La piel del tambor no es El séptimo sello, ni nadie se lo pide, sino un honesto pasatiempo hecho con buenos mimbres.

Amplio reparto internacional, que cumple adecuadamente en sus papeles. Richard Armitage, que ha estado en “blockbusters” tales como El Capitán América: El primer Vengador y la trilogía de El hobbit, resulta ser un Lorenzo Quart muy apañado, sentándole estupendamente el clergyman y dando atinadamente el personaje. Amaia Salamanca es una Macarena Bruner muy adecuada, dotando a su personaje de convicción a la par que evidente sensualidad. Del resto nos quedaríamos con la mirada hipnótica de Féodor Atkine, el monseñor polaco que conspira para convertirse en el próximo Sumo Pontífice. Eso sí, el siempre entrañable Jorge Sanz nos parece que no da en absoluto el papel de matón que aquí le ha tocado desempeñar.


(24-10-2022)


 


La piel del tambor - by , Oct 24, 2022
2 / 5 stars
Mi nombre es Quart, Lorenzo Quart