Pelicula:

CRITICALIA CLÁSICOS

Esta película está disponible en el catálogo de FlixOlé.

La portentosa vida del padre Vicente fue el primer largometraje del realizador valenciano Carles Mira, realizado en 1978, autor de los cortos Biotopo, Michana y Viure sense viure.

Con “Pare Vicent” ha querido situarse ante la hagiografía tradicional, ortodoxa, para someterla a un tratamiento desapasionado con el que se lleva a cabo una desmitificación de los aspectos humanos y sobrenaturales de la vida de este santo. En la Historia del Cine, este procedimiento no ha sido frecuente, ya que la vertiente espectacular del medio, siempre ha preferido dar una imagen amable, sentimental y tradicional de los hombres y mujeres elevados a los altares. Alguna excepción podemos encontrar en Sebastian (1978), título inglés dirigido por Derek Jarman que, voluntariamente, se aparta de esos esquemas aludidos. Por lo que al cine español se refiere, ni la tradición católica ni el franquismo permitieron salirse de los caminos señalados por la autoridad, ya política o religiosa, es decir, la única opción fue la hagiografía azucarada de contenidos evangelizadores y tratamientos irreales con personajes que fueron desde el Padre Damián a los pastorcitos de Fátima. Ya vendrían otros tiempos en los que Josefina Molina pudiera filmar Teresa de Jesús (con Concha Velasco, para TVE) o Carlos Saura La noche oscura (Juan Diego como San Juan de la Cruz) para hacer una original demostración de los planteamientos, modos y maneras de la ortodoxa ascética y mística.

Carles Mira ha optado en esta ocasión por construir una “obra de camino” en la que se van sucediendo distintos pasajes que relatan la vida del santo; esta sucesiva escenificación tiene sus precedentes literarios en los “exiemplos” medievales, de tanta efectividad pedagógica en el pueblo llano; se continúa en las obras narrativas del siglo XVII que tomaban la vida de los santos en sus aspectos ascético-místicos para elaborar una fabulación que, al detenerse en el rechazo de la carne en pormenorizada narración, acababa siendo la mejor muestra de literatura erótica; en este sentido, la iconografía montada en la película por Mira no es más que el resultado fílmico de las páginas escritas en aquellos siglos por autores como el dominico Vidal y Micó, en quien el realizador se ha inspirado.

Otros aspectos estéticos de la película, por su plástica, tratamiento, narrativa, etc., no están lejos de la técnica de los romances de ciego o de la catalogación que Valle Inclán usa en las “Comedias bárbaras” para degradar a personajes reales u oficiales. No en balde, su autor, define su film como “una tragedia invalidada por la farsa”; ha optado en ella por presentar aspectos descriptivos de la sociedad de la época, insistiendo en la relajación de las costumbres clericales, prescindiendo de explicaciones históricas y de aspectos espacio-temporales que precisen el desarrollo de los hechos. De este modo, la figura del Padre Vicente queda más explicada en sus límites emotivos y anecdóticos que en su vinculación al nuevo régimen político y al Cisma. Su participación histórica y las manipulaciones que llevó a cabo y de que fue objeto quedan tan ambiguas como planas en la película; pero está claro que su realizador ha pretendido una mirada diferente sobre un personaje muy arraigado en la entraña del pueblo valenciano antes que una obra didáctica con figura ejemplar. Por ello, dentro del panorama contemporáneo en el que la película se estrenó, La portentosa vida del padre Vicente es una muestra diferente en las hagiografías hasta ahora conocidas tanto en tratamiento como en resultados estéticos. Es probable que, al espectador iniciado, algunas imágenes le recuerden al Pasolini de Los cuentos de Canterbury, al Rossellini de Francesco, giuglare de Dio, al Buñuel de Simón del desierto, pero esto, en una primera obra, enjuiciada en su totalidad, más puede ser un elogio que una crítica.

Más allá de la película en sí, no deberíamos olvidarnos de la protesta que se organizó antes de su estreno, motivado por la indignación de determinados sectores de público, especialmente valenciano, al censurar el tratamiento recibido por parte del director de una figura religiosa tan venerada en aquellas tierras.

Los ladridos que emitía desde el vientre de su madre el niño que se llamará Vicente, son tan significativos y reveladores como las protestas que se organizaron en torno a La portentosa vida del padre Vicente antes de sus proyecciones públicas. Ya sabemos que algunas películas se hacen famosas antes de estar terminadas y por motivos vinculados a su historia externa. Esta es una de ellas. Cartas publicadas en la prensa valenciana pidiendo la prohibición del film; solicitudes al Cardenal Tarancón para que impidiera su distribución; notas condenatorias de medios de comunicación social valencianos, peticiones al Ministerio solicitando la retirada de la película en el Festival de San Sebastián; acusaciones de determinados sectores que proclamaron la existencia de un “oro catalán” capaz de deteriorar, primero, y destruir, después, los aspectos más populares de la cultura valenciana; y por si fuera poco, Albert Boadella, intérprete de San Vicente en el film, se convierte, juntamente con su grupo, “Els Joglars”,  en objetivo de censura militar al poco  tiempo de que la incipiente democracia afirmara que la censura civil había pasado a la historia…


Dirigida por

Género

Nacionalidad

Duración

82'

Año de producción

Trailer

La portentosa vida del Padre Vicente - by , Mar 31, 2022
3 / 5 stars
Un asceta muy particular