Pelicula:

Sigue la (rentable) moda del remake transfronterizo, y aún más en su versión “comedia con niños”. Tras los notables éxitos comerciales de las sagas de Santiago Segura iniciadas por Padre no hay más que uno (2019), con una continuación ya estrenada, Padre no hay más que uno 2. La llegada de la suegra (2020), y una tercera ya en rodaje para ser estrenada el próximo verano, más el considerable aldabonazo comercial de A todo tren. Destino Asturias (2021), ya con secuela anunciada, todos ellos remakes de taquillazos extranjeros, le toca el turno ahora a Dani de la Orden, experto en comedias (El mejor verano de mi vida, Hasta que la boda nos separe), quien versiona aquí el film francés Papa ou maman (2015), dirigido por Martin Bourboulon, que en su país de origen rozó los 2,9 millones de espectadores.

La historia se centra en una pareja, Víctor y Flora, ambos cotizados profesionales en sus respectivos oficios (ella ginecóloga, él arquitecto), a los que vemos en un preámbulo cuando él, en la playa, contando como testigos con la pareja formada por la hermana de ella y su marido, le pide en matrimonio. Veremos a continuación, en una secuencia rápida, cómo Víctor y Flora se cargan con tres hijos y cómo, algo así como 17 años después, comunican a la hermana y el marido que se van a divorciar, porque ya no tienen chispa, etcétera, pero que aún no se lo han dicho a los niños, cosa que, por hache o por be, siempre tienden a posponer. Pero cuando ambos son tentados con sus sueños profesionales (ella, ir como voluntaria a África en una ONG tipo Médicos sin Fronteras; él, trasladarse medio año a Rusia a supervisar la construcción de un edificio encargado a su empresa), ambos también se darán cuenta de que les conviene sobremanera que sea el otro o la otra quién cargue con los niños...

Se ha citado a La guerra de los Rose (1989), de Danny de Vito, como un antecedente de este Mamá o papá, aunque también cabría recordar otros ilustres enfrentamientos matrimoniales, incluso más (literalmente) mortíferos, como El honor de los Prizzi (1985), de John Huston, o menos ilustremente, Sr. y Sra. Smith (2005), y hasta en nuestra piel de toro, como es el caso de Bajo el mismo techo (2018), de Juana Macías, todos ellos sin pipiolos en el campo de batalla, por lo que este Mamá o papá (aunque sea gracias a su original francés) tiene esa relativa originalidad, utilizando a los mocosos como auténticas armas arrojadizas entre los que se quisieron tanto y ahora se quieren tan poco.

Y lo cierto es que esa sea quizá su mejor virtud, la de plantear una postura de los padres que, lejos del lugar común, del cliché del amor abnegado y a todo trance a los hijos, presenta la posibilidad de que, en aras a un sueño al alcance de la mano, se desee que sea el otro el que cargue con los tres mochuelitos. Se pone en solfa entonces, con un punto no sabemos si ácrata, egoísta o simplemente de poca vergüenza, el mito de la custodia compartida o de la pelea como de gallos por conseguir la patria potestad y la custodia plena de los vástagos, presentando más cínicamente la probabilidad, nada irreal, de que los ex decidan simultáneamente endonarse mutuamente a los (más o menos...) tiernos retoños.

Esa voluntad un tanto “destroyer”, que llevará a la pareja a traspasar todos los límites habidos y por haber, es seguramente la mejor virtud de esta comedia que, obviamente, con esos mimbres, habrá que calificar de negra, por no decir nigérrima. Claro que la parte final, innecesariamente alargada, y no digamos una especie de “happy end” más bien contradictorio con todo lo que se ha plasmado en el resto de la peli, no redondea, ni mucho menos, la faena, haciendo que se tire por la senda conformista, conservadora, no vaya a ser que los papás y mamás que asistan a la proyección de la peli tomen buena nota...  

Rodada con funcionalidad, aunque también con cierta vulgaridad, por Dani de la Orden, que ya sabíamos que no es precisamente un exquisito, la película funciona razonablemente de cara al público y es posible que tenga cierta repercusión en taquilla, aunque no parece que con los registros estratosféricos de las franquicias de Santiago Segura, que ha encontrado en el “cine con niños” un filón que, ciertamente, no es nuevo en el cine español. Como diría el clásico, “recordad El Álamo”, o, parafraseándolo para la ocasión, “recordad a Joselito, Marcelino, pan y vino, y Marisol”, aunque estos niños de ahora, ciertamente, poco tienen que ver con aquellos zagales redichos y repipis de nuestra infancia.

La pareja protagonista, el sevillano Paco León y la donostiarra Miren Ibarguren, demuestran química tanto cuando hacen de tortolitos como cuando se declaran la guerra a muerte, e incluso cuando van de padres y excónyuges sensatos y responsables. Ambos son buenos intérpretes de comedia y, además, ensamblan bien, quizá por su diametral origen geográfico, alfa y omega dentro de España, aunque aquí no se juegue al humor de opuestos que puso de moda Ocho apellidos vascos. Del resto del elenco nos quedamos con la gracia serena pero desarmante del pequeño Iván Renedo, 7 años cuando rodó la peli, tan buen actor siendo un pipiolo como horrible cantante, con un oído enfrente del otro y una voz como de grillo afónico.

(21-12-2021)


Mamá o papá - by , Dec 21, 2021
2 / 5 stars
Los niños como armas arrojadizas