Pelicula:

CINE EN SALAS

Michel Franco (México D.F, 1979) está dirigiendo cine desde finales del siglo pasado, dedicándose al principio solo a hacer cortometrajes, hasta que se pasó al largo a partir de 2009. Desde entonces ha ido ganando fama con varios films que han llamado la atención, entre ellos Después de Lucía (2012), que ganó el prestigioso premio Un certain regard en Cannes, Chronic (2015), rodado en inglés con la estrella Tim Roth, por el que Franco consiguió el Premio al Mejor Guion también en Cannes, y Las hijas de Abril (2017), sobre una madre escasamente maternal, que encarnaba Emma Suárez. Pero la fama le llegó realmente con Nuevo orden (2020), una parábola política sobre la anarquía social como forma de acceso al poder de los autoritarios, lo que podríamos llamar una “distopía en proceso”, y un film que en su país (y no solo en su país) causó gran controversia, consiguiendo varios premios importantes, como el León de Plata en Venecia para Franco.

Esa notoriedad le permitió volver a hacer cine en inglés, aunque ambientado en zonas turísticas de Acapulco, de nuevo con Tim Roth y ahora también con Charlotte Gainsbourg, en el film titulado Sundown (2021). Con Memory hace su primera película plenamente norteamericana, lo que nos hace suponer que el cine yanqui lo ha fichado para su industria, como ya ha hecho con otros ilustres cineastas mexicanos como Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón o Alejandro González Iñárritu. Lo cierto es que el cine de Michel Franco es temáticamente bastante ecléctico; si hay una característica que lo define, esa podría ser la de los temas digamos fuertes, o al menos impactantes. Aquí en Memory la historia se ambienta en nuestro tiempo, en Nueva York, pero no en la típica megaurbe de los grandes rascacielos y las enormes avenidas, sino en barrios populares como Brooklyn (donde, de hecho, está rodada la mayor parte del film). Conocemos a Sylvia, una mujer como de cuarenta años, que se desempeña como trabajadora social en un centro de día con personas con discapacidad; tiene una hija de 13 años con la que está muy unida, pero a la que tiene atada muy en corto: es alcohólica en rehabilitación (la vemos, de hecho, en reuniones de Alcohólicos Anónimos), porque desde que nació su hija no ha vuelto a beber; su infancia y adolescencia estuvo plagada de hechos terribles que la marcaron, hechos de los que nos iremos enterando a lo largo del film, y motivo por el que es tan restrictiva con su hija adolescente. Una noche, al irse de una pequeña fiesta de antiguos alumnos de su escuela de secundaria, es seguida por un hombre hasta su domicilio. A la mañana siguiente el hombre continúa parado en su puerta, calado hasta los huesos y a punto de pillar una neumonía. Nos enteramos entonces de que se trata de Saul, un cincuentón con problemas de demencia temprana, que se acuerda de muchas cosas del pasado pero olvida las más recientes. El hermano de Saul, que actúa como su tutor, le pide que se encargue profesionalmente de él, ya que parecen tener buena química, y Sylvia lo hace …

Franco, aquí no solo director, sino también guionista en solitario, en una historia de su única autoría, busca un doble retrato de seres marginados, de una marginación en este caso no económica, ni sexual, ni racial, sino psicológica: ella, multiabusada en su infancia, alcohólica, con las relaciones rotas (con tanta razón…) con su estirada madre, a causa de sus traumas es también represora de su hija adolescente, que lógicamente reclama parcelas de progresiva libertad; él, con una demencia que viene y va, que le convierte más en el niño que no es que en el adulto que aparenta, lo que hace que carezca de autonomía para nada: tampoco para amar.

Entre esos dos seres desarbolados surgirá algo parecido al amor, quizá pura necesidad física y psicológica de abrazar a otro que se sienta tan solo como él, como ella. Filmada por Franco con escaso movimiento de cámara, en serenos planos estáticos, para que el espectador se centre en la trama, sobre todo en los dos personajes protagonistas, Memory, que juega en su título tanto con la (des)memoria de Saul como con la horrísona memoria que quizá querría olvidar Sylvia, resulta ser, en nuestra opinión, un sólido drama, quizá incluso un melodrama con todos sus avíos, que habla de sentimientos, de historias de amor esquinadas, de vidas fatalmente torcidas desde la infancia, desde la adolescencia, por la inacción de los mayores, de aquellos que debieron actuar, y no lo hicieron, quizá por miedo, quizá por no dar crédito a lo que les parecía increíble.

Franco consigue la que tal vez sea su película más redonda, apoyado sobre todo en un gran trabajo de la siempre excelsa Jessica Chastain, de la que tenemos escrito que es, para nosotros, la nueva Meryl Streep. Se ha alabado mucho el trabajo de Peter Sarsgaard, aunque nos parece que lo que funciona en su caso es que, siendo un actor poco expresivo, esa circunstancia juega a favor de la composición del personaje, que le sale bordado… Un par de curiosidades finales: con un papel secundario pero relevante aparece una ya anciana Jessica Harper, que en su juventud fue musa del cine indie de terror de los años setenta, en películas como El fantasma del Paraíso, de Brian de Palma, o la primigenia Suspiria, de Dario Argento; y la segunda curiosidad es que todas las personas (salvo Chastain, claro) que intervienen en las reuniones de Alcohólicos Anónimos son auténticos miembros de esa comunidad de ayuda mutua para la rehabilitación del alcoholismo; no son actores, realmente, sino que cuentan sus casos verdaderos. De hecho, todos se llaman en la película como se llaman en su vida personal: realismo, se llama la figura…

(24-06-2024)


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100'

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Memory - by , Jun 24, 2024
3 / 5 stars
Dos seres desarbolados