Pelicula:

Julian Jarrold es, como tantos otros directores británicos, un realizador de televisión que hace también cine. Su carrera ha discurrido fundamentalmente en la pequeña pantalla, pero de vez en cuando hace un largo para pantalla grande, como La joven Jane Austen (2007) o Retorno a Brideshead (2008), en este último caso poniendo en imágenes, de nuevo, la célebre serie de Granada Television de los años ochenta, sobre la novela homónima de Evelyn Waugh.

Ahora vuelve al cine que mejor sabe hacer, el de las clases altas y su relación con las menos pudientes o elevadas, en esta Noche real, que fantasea sobre la posibilidad de que las dos princesas de la época, Elizabeth (que sería reina siete años después, a la muerte de su padre, el rey George VI) y su hermana Margaret, la cabeza hueca de la familia, tuvieran una noche de farra en la jornada de 1945 en la que se acabó la Segunda Guerra Mundial. Las dos hermanas, tras mucho luchar, consiguen que sus muy conservadores padres las dejen salir, aunque custodiadas por dos oficiales que se supone no las perderán de vista ni un momento. Pero los soberanos no cuentan con que uno de los oficiales se vaya detrás de cualquier cosa con faldas, y pronto las princesitas se ven libres cuales pájaros para vivir una noche entre desenfrenada y a ratos con cierto riesgo para sus integridades físicas. Un oficial de aviación, con problemas con sus superiores, ayudará a la princesa Elizabeth, la heredera al trono, sin saber su verdadera identidad, y entre ambos, a lo largo de la noche, se forjará una relación especial…

Noche real es una de esas amables comedias en las que son peritos los ingleses, tan dados a dar jabón a su institución más antigua, además de más anacrónica. Se ve que un país que sólo tuvo un mínimo período republicano de once años allá por el siglo XVII tiene interiorizada la monarquía hasta el tuétano, pero eso no deja de hacer de la institución una antigualla. La película presenta a la familia real altiva, pero en el fondo humana (ejem…). Incluso la princesita que después se convertiría en la reina más longeva no sólo del Reino Unido, sino probablemente de todo el universo mundo, Elizabeth II, se permite (en los labios de la actriz que la interpreta) el deseo de, por un día, mejor por una noche, tener la oportunidad de ser ordinaria. Creo que hay mucha gente que le hubiera encantado que toda la vida de la princesa fuera ordinaria, no sólo esa noche…

Cine amable, cine monárquico, busca hacer pasar un rato agradable como forma anestésica de colar de rondón su mensajito coronado. Jarrold hace su trabajo con destreza y lo cierto es que el filme resulta fresco y ligero, que es seguramente lo que se le pedía.

Sarah Gadon, a la que hemos visto recientemente también en otro papel aristocrático en Reina Cristina (esta chica parece que vino al mundo para hacer papeles de gente con alegórica sangre azul…), hace una aceptable creación de la que sería, con el tiempo, la reina más vieja de los ingleses. Jack Reynor, al que vimos recientemente en Macbeth (2015), de Justin Kurzel, está bien como el aviador con problemas que habrá de ayudar a la heredera al trono a no perder (demasiado) los papeles en esta noche de francachela que, supuestamente, le permitieron en aquella histórica jornada.


Entre los secundarios nos quedamos con Rupert Everett, que compone un George VI muy atinado, con poderosa voz de bajo y, afortunadamente, no haciendo sangre con el tema del tartamudeo del monarca, del que ya tuvimos una buena ración en El discurso del rey (2010), de Tom Hooper; y, por supuesto, con Emily Watson, que hace una ajustada creación de la reina consorte Elizabeth; claro que, ¿cuándo no ha estado bien la gran Emily?


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97'

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Noche real - by , May 22, 2016
2 / 5 stars
La oportunidad de ser ordinaria