Rafael Utrera Macías

Días pasados, falleció en Córdoba, a los 92 años, el poeta, dramaturgo y novelista Antonio Gala. Describir al autor con estos tres calificativos, es quedarse en una muy elemental superficie dado que su “ópera omnia” recorre otros muchos afluentes donde, más allá de una específica agrupación, se intuye y se evidencia la sensibilidad de un artista que dispersó sus trabajos tanto en la dicción poética como en la dramática, en la periodística como en la cinematográfica o televisiva.

Dado el detallado “plano general” ofrecido, en dos artículos precedentes, por mi compañero Enrique Colmena, donde se precisaban aquellas obras del autor adaptadas al cine o a la televisión, efectuaremos, seguidamente, en sucesivos artículos, un análisis de aquellos títulos donde Antonio Gala fue guionista y el cineasta Claudio Guerin Hill, director/realizador de las mismas; o, al tiempo, en composición y escritura a cuatro manos, adaptadores ambos de específicas obras ajenas o, creadores, uno y otro, de originales guiones encuadrados en espacios fílmicos o televisivos concebidos para una recién nacida televisión española, dispuesta para emitirlos en una “Primera Cadena” (VHF), y, posteriormente, en una “Segunda” (UHF), cuyos programas se caracterizarían por sus novedades temáticas y sus cualidades técnicas.

Este metafórico liquen, Gala/Guerin, ha sido definido por el dramaturgo de este modo: en los variados trabajos conjuntamente realizados con el sevillano, yo ponía “la letra” y Claudio, “la música”. ¿Cuáles eran estos trabajos, qué título llevaron, en qué espacio televisivo o etiqueta cinematográfica fueron catalogados? Antes de mencionarlos, articulista y lector hacemos un voluntarioso flash-back y nos situamos en el último tercio del siglo XX, en plena dictadura franquista, y en los dominios ministeriales de Fraga Iribarne. Los recién titulados en la Escuela Oficial de Cinematografía, tras un curso específico de preparación, servirían como mano de obra altamente especializada para trabajar en una Televisión estatal deseosa de cubrir, con prestigiosas novedades, las necesidades de los españoles en el ámbito de un imparable desarrollismo que pondrá los ojos en tres elementos concretos: el automóvil, el frigorífico y el turismo.

Las obras de Gala / Guerin que, en el transcurso de la década de los 60 y principios de los 70, escritas y realizadas por ellos, fueron las siguientes:

1966: La Mancha (Productora “X Films”) y Córdoba (TVE: “Conozca usted España”)
1967: Ricardo III (TVE: “Teatro de siempre”)
1970: Hamlet (TVE: “Estudio 1”)
1972: Aranjuez (Recordar un jardín) y La Granja (Las Abdicaciones) (TVE: “Si las piedras hablaran”)

Al margen de los títulos citados, resueltos en mutua colaboración, en el año 1969, Gala, como adaptador, y Guerin, como director, figurarían en la representación, llevada a cabo en el madrileño Teatro Español, de “Un delicado equilibrio”, obra de Edward Albee. Al margen de ser pieza de teatro, las consecuencias de su representación, positivas para Antonio y negativas para Claudio, las consideramos dignas de incluirse en esta relación de artistas. Sobre ella y las estimaciones pertinentes de uno y otro daremos cuenta más adelante.


Gala, una inmensa y prolongada obra

Antes o durante las colaboraciones con Guerin, Gala se había iniciado en la poesía con títulos como “Enemigo íntimo” y “Poemas cordobeses” o “El águila bicéfala: textos de amor”, entre otros. En teatro, fueron muy celebradas y aplaudidas las representaciones de “Los verdes campos del Edén”, “Los buenos días perdidos”, “Anillos para una dama” o “Petra regalada”. Con posterioridad, sus novelas (algunas llevadas al cine) y sus colaboraciones periodísticas alcanzaron prestigiosa fama e inmensa popularidad (Véase para más detalles, los artículos precedentes Antonio Gala/audiovisual: plano general... I, II, firmados por Enrique Colmena).


Guerin, de la radio a la televisión y al cine

Por su parte, Claudio Guerin Hill, había ejercido el periodismo cultural en la sevillana Radio Vida y se había ejercitado en tareas cinematográficas en el homónimo Cine-club. Estudió en la Escuela oficial de Cinematografía (EOC), donde se graduó con la práctica de 3º curso Luciano, un brillante ejercicio profesional cuyo argumento -basado en un caso real- relataba un incidente de paidofilia sucedido en el entorno de una comunidad religiosa. Posteriormente, el director-realizador trabajaría para la industria cinematográfica filmando tales títulos “en cine”: Galicia (1966) y La Mancha (1966), para X Films; La Meseta (Madrid y los Reales Sitios) para Cité Films-Amboto (1969), Los desafíos para Elías Querejeta (1969); La casa de las palomas, para Star Films y Apollo Films (1971), y La campana del infierno, con Hesperia Films – Les Films de la Boetie (1973). Cuando resolvía los últimos planos de ésta, desgraciadamente, cayó desde una torre y falleció, en Santiago de Compostela, el 16 de febrero de 1973.

En TVE, para programas muy distintos, filmó (también “en cine”) Córdoba, La corrida, Santiago de Compostela, Noches en los jardines de España (Versión I, versión II), Sinfonía sevillana, Toledo, Aranjuez (Recordar un jardín), La Granja (Las Abdicaciones), A través del flamenco y ¡Massiel vuelve!  Mientras que en “video-tape” (o videografía) dirigió Ricardo III (1967), El mito de Fausto (1968), El portero (1968), El cepillo de dientes (1968), La parábola del Homo Maximus (1970), Acreedores (1970), Hamlet (1970) y Retablo de la mocedad del Cid (1971).

En los pasados, y ya lejanos, años ochenta, iniciamos una investigación para un volumen que editó Publicaciones de la Universidad de Sevilla, cuya temática se centraba en la vida y obra (literaria, periodística, cinematográfica, televisiva, etc., etc.) de Claudio Guerin Hill, persona (y personaje) al que habíamos tenido la suerte de conocer, seguir atentamente su videografía y filmografía y, más adelante, lamentar profundamente su trágico fallecimiento en aquel desgraciado accidente en el que caía, desde una torre, en la ciudad gallega de Noya, mientras rodaba, como hemos dicho, La campana del infierno.

Aquella investigación conllevó, más allá de ver su obra en los estudios de TVE con maquinaria empotrada en la pared y sin posibilidad de manipulación personal (¡qué lejos, todavía, los vídeos domésticos…!), efectuar una serie de entrevistas que, desde guionistas a historiadores, de profesionales de TVE a representantes del entorno laboral y creativo de Claudio, dieran cuenta de resoluciones cinematográficas o videográficas, de relaciones personales en el ámbito de la creatividad colectiva y de tantos y tantos aspectos y cuestiones suscitadas a lo largo y a lo ancho de variados títulos elaborados y filmados en diversos contextos.

Así, pues, solicité una entrevista al escritor Antonio Gala, al tiempo que le enviaba algún libro propio para que, si aceptaba, tuviera una idea del entrevistador y sus intereses en el sujeto de estudio. La comunicación, en aquellos tiempos que hemos citado, era normalmente por correo ordinario y, mucho más excepcionalmente, por vía de teléfono fijo. A los pocos días, recibí una carta cuya dirección y remite venía mecanografiado. Así, en el dorso del sobre, podía leerse “A. Gala. c/ Macarena, 16. 28016. Madrid”. En el interior, una tarjeta manuscrita y firmada por el propio autor en octubre de 1985, comenzaba dando las gracias por los libros recibidos y orientaba sobre las fechas que estaría en Sevilla para “charlar un poco sobre Claudio Guerin, cuya personalidad guadiana se me escapaba a veces”; agradecimientos y saludos se anteponían a la firma. Poco tiempo después, en el sevillano Hotel Alfonso XIII (11, octubre, 1985), nos reuníamos para hablar, preguntar y responder, sobre nuestro paisano sevillano, en ese entorno donde, años antes, una gratificante reunión con Orson Welles nos había hecho felices a un puñado de universitarios sevillanos y, en años posteriores, Michelangelo Antonioni nos firmaría un autógrafo sobre foto de Monica Vitti mientras explicaba sutilezas sobre Blow-Up, su adaptación del relato de Cortázar.

En la entrevista citada, Gala nos explicó que, antes de rodarse Córdoba, conoció a Guerin en el despacho de Salvador Pons, un alto ejecutivo de TVE que, posteriormente, dirigiría la Segunda Cadena (UHF); éste le había encargado, para la serie "Conozca usted España", el guion. Realizador y guionista trabajaron juntos elaborando una especie de "scaletta" a fin de establecer cuanto pretendían mostrar. Indicó Gala que, precisamente, en la utilización de las voces abstractas por parte de personajes históricos en este film, está esbozado lo que más tarde tomará cuerpo en las series "Si las piedras hablaran" y "Paisajes con figuras".

En las sucesivas partes de estos artículos mencionaremos las opiniones del escritor y guionista sobre los correspondientes programas.


La Mancha

Fue producida por “X Films”, la productora creada por el empresario Juan Huarte para fomentar el cine experimental en España.

El guion literario de Antonio Gala se estructura como un diálogo (narrado por Luisa Sala y Simón Ramírez) puesto en boca de dos cervantinas figuras: Sansón Carrasco y el Ama.

Veintidós y dieciséis secuencias conforman dos bloques donde se ofrecen imágenes de la zona manchega de Almonacid, Alcázar de San Juan, Campo de Criptana, Puerto Lápice, Ciudad Real, Manzanares, Almodóvar, Quintana, Chinchilla, mientras las voces del bachiller y el ama tercian sobre el sentido y el valor de estas tierras y de sus hombres. Los molinos han sido testigos de la historia de la "Mancha", "manxa", tierra seca como la llamaron los árabes, varia, contradictoria, que de tanto imperio sólo guarda torres desmochadas.

El recuerdo del pasado violento en Sansón se vuelve metáfora dulcificada en la dueña cervantina que se enorgullece de su paisanaje por el "rebaño verde" donde se ordeña "un zumo alegre y vivo", desde el tinto clarete al rojo oscuro o al rosa pálido, criados en Valdepeñas, Villarrobledo, Tomelloso.

La cita quijotesca se hace patente en el recuerdo a Dulcinea, en el lugar donde Don Quijote veló las armas, en la cita literal que rememora la comida del hidalgo, "una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados...".

Carrasco se expresa en función de una sabiduría erudita; el Ama en función de una sabiduría popular; el hombre se apoya en realidades y evidencias, la mujer en esas mismas realidades vividas fantásticamente, en esas mismas evidencias concebidas en la ensoñación.

El primero acude a la Historia para ofrecer nombres y apellidos de santos y guerreros; la segunda, recurre a la intrahistoria para reivindicar la memoria de la nativa, "que se queda, tañendo los bolillos de Almagro, historia también"; el verso quevedesco "polvo será, más polvo enamorado" es literatura que se ha hecho vida en boca del pueblo; el ama lo recita mientras Sansón aporta la autoría. La Mancha es tierra y concepto doblemente interpretado: para uno, forma de morir, para otro, forma de vivir.

La visión de esta tierra, presentada por Antonio Gala, se va haciendo imagen de color en interiores y exteriores del archivo naval de Viso del Marqués, del Parador Nacional de Alarcón, de la Colegiata de Belmonte, del Castillo de Calatrava, además de en los mosaicos romanos de Alcázar de San Juan, en la cerámica de Chinchilla, en el baile de "Los diablos", de Almonacid.

Sobre La Mancha, Antonio Gala nos dijo: "intencionadamente, lo que yo quería era dar una versión popular de lo manchego y una versión culta; en un momento determinado se producía el conocimiento de que se trataba del Ama del Quijote y de Sansón Carrasco (...) Era un diálogo muy difícil de realizar (...); el encargo lo hacía José Luis Tafur; yo no sabía quién lo iba a filmar (...); Claudio tuvo la amabilidad de enseñarme y consultarme algunas cosas mientras montaba en la moviola".

Se da la curiosa circunstancia de que este título ganó en 1968 el primer Premio en el Festival Internacional de Films Turísticos de Bruselas y trece años después, en 1981, el Premio Extraordinario en el Festival Internacional de Films Turísticos de Karlovy Vary, donde se presentaron 137 películas.

Sobre la figura de Claudio Guerin Hill, el lector interesado puede consultar también los siguientes artículos en Criticalia:

--Fernando Fernán-Gómez (100 años). Intérprete televisivo del personaje del absurdo: Krapp/Beckett/Guerin (I) (autor: Rafael Utrera Macías).
--La campana del infierno dobla por Claudio Guerin (autor: Rafael Utrera Macías).
--Claudio Guerin Hill: del libro de Rafael Utrera a la película de Jesús Ponce (autor Enrique Colmena).


Ilustración: Antonio Gala y Rafael Utrera Macías. Hotel Alfonso XIII. Sevilla. 1985.

Próximo capítulo: Antonio Gala, guionista de películas y programas de televisión dirigidos por Claudio Guerin. “Conozca usted España”: Córdoba (IV)