Enrique Colmena

El domingo 30 de Enero de este 2022 se ha celebrado en el Teatro Cervantes de la bella capital malagueña la gala de entrega de los I Premios Carmen, flamantes galardones otorgados por la recientemente creada Academia de Cine de Andalucía.

El acto estuvo presentado por los intérpretes andaluces Adelfa Calvo y Pedro Casablanc, y en el mismo se entregaron estos nuevos premios, que vienen a recoger la antorcha de los hasta ahora concedidos por ASECAN, que sigue otorgando los suyos pero en otro formato, más acorde con los tiempos actuales y, sobre todo, con la existencia de la Academia.

La triunfadora de la noche, como cabía esperar, fue La hija, el muy notable drama dirigido por el almeriense Manuel Martín Cuenca, que se alzó con cuatro galardones (lo que nos ha permitido gastar la broma del título...), entre ellos los tres que habitualmente se consideran los más importantes: Película, Dirección, Guion, además de Maquillaje y Peluquería. Ciertamente nos parece que los académicos han (hemos) estado acertados, porque el nivel de calidad de La hija superaba, de lejos, el del resto de los largometrajes de ficción en liza.

La divertida comedia gaditana Operación Camarón consiguió cinco Premios Carmen, sin bien fue a parar a apartados mayormente técnicos: Vestuario, Música, Canción y Dirección de Producción, además del de Actriz de Reparto, que se llevó la siempre estupenda Natalia de Molina, que suma otro galardón a la larga lista de reconocimientos que lleva en su todavía corta carrera, entre ellos 2 Goyas, 3 Premios del CEC y 3 ASECAN.

Hombre muerto no sabe vivir, el violentísimo thriller del malagueño Ezekiel Montes en el que muere casi hasta el apuntador (y no precisamente de viejo...), consiguió 2 Carmen, uno de ellos para el notable trabajo que hace  el veterano y siempre estupendo Antonio Dechent, premiado como Mejor Actor Protagonista, y otro también muy merecido, el de los Efectos Especiales, en el que los responsables tuvieron trabajo a destajo...

La vida era eso también consiguió 2 Premios Carmen, ambos relevantes: el de Mejor Dirección Novel para su director, David Martín de los Santos, que se estrenaba en la realización de largometrajes de ficción con este muy meritorio drama intergeneracional y de autorrealización personal, y el de Mejor Actriz Protagonista, para una inconmensurable Petra Martínez, que a sus siete décadas largas está mejor que nunca.

El resto ya se repartió a razón de una estatuilla por película, y lo cierto es que hubo para todas las nominadas, con lo que, en principio, todos más o menos contentos... Así, la dramedia intercultural Alegría se llevó el Carmen a la Mejor Dirección Artística, la divertida comedia interclasista Sevillanas de Brooklyn consiguió el de Mejor Montaje, el tremendista thriller a lo Puerto Hurraco de La mancha negra se alzó con el de Actor Revelación (para un Ignacio Nacho que es también director, y no precisamente malo...), y la biográfica Algo salvaje. La historia de Bambino, el de Mejor Documental, sin duda el más interesante de los que entraban en liza, un notable acercamiento a la figura de esa fuerza de la Naturaleza que respondía al nombre de Bambino.

La gala se alargó durante 3 horas, con el consabido problema de siempre: los agradecimientos de los galardonados fueron, casi siempre, extenuantemente largos; se entiende que los premiados quieran agradecer a todo quisque sus reconocimientos, pero hubo alguno que solo le faltó dar las gracias a su quiosquero...

En cuanto a los presentadores, ciertamente llamó la atención, y no precisamente de forma positiva, que ambos leyeran sus papeles, cuando, siendo eximios intérpretes, podrían (y deberían...) habérselos aprendido de memoria, como hicieron algunos otros de los presentadores de algunos premios concretos, como el divertido número que montaron entre Paco Tous y Pepón Nieto.

Buenas actuaciones musicales, además de toda laya: flamenco “aggiornado” con Maui de Utrera; canción popular con Los toreros con chanclas, la “joint venture” de Los toreros muertos y No me pises que llevo chanclas; rock modernísimo y de estética “underground” con los tan de moda Derby Motoreta’s Burrito Kachimba; y nostálgico pop del siglo XX con Danza Invisible.

Algunos compañeros de ASECAN han comentado, no sin razón, que no se ha reconocido adecuadamente el papel que, durante décadas, ha realizado la Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía con la concesión de los Premios ASECAN-Cine Andaluz, que han permitido que la Academia no empiece de cero, ni mucho menos. Es cierto que hubo una mención en el mensaje institucional de la presidenta de la Academia, la productora Marta Velasco, pero también que esa mención quedó un tanto diluida por la alusión al cuadragésimo aniversario de la fundación de ASECAN, que tendrá lugar este año de 2022. Así que estamos de acuerdo en que deberían haberse producido otros reconocimientos más explícitos, mayormente por parte de los que hablaban en nombre de la Academia (los presentadores, por ejemplo), a la labor de la Asociación que durante muchos años ha sido el único punto de encuentro de las gentes del cine, el único momento en el que el cine andaluz ha podido verse reconocido públicamente con premios y sus películas han sido visibilizadas en un escaparate singular y atractivo.

Aparte de ello, por supuesto, larga vida a la Academia de Cine de Andalucía; sus éxitos serán también los del cine andaluz en su conjunto, serán los de tantos grandes profesionales como, afortunadamente, existen en Andalucía.

Ilustración: Manuel Martín Cuenca agradece desde el escenario del Teatro Cervantes uno de los cuatro premios concedidos a su película La hija, clara ganadora de los I Premios Carmen.