Pelicula:

Estreno en Netflix.


El cine de comedia español sigue buscando veneros que funcionen. Tras (re)descubrir Santiago Segura (porque ya lo había hecho mucho antes, entre otros, Antonio del Amo en las películas de Joselito) el cine con niños, ahora Paco Caballero lo intenta con el cine con madre sobreprotectora e hijo sobreprotegido. Caballero se ha fogueado en series y cortos, y en cine ha hecho un par de largos en los que hasta ahora había demostrado una evolución positiva, Perdiendo el este (2019) y Donde caben dos (2021), pero este tercer largometraje nos parece un paso atrás.

Curiosamente, la película empieza con una escena que recuerda aquella en la que termina El graduado. La acción se desarrolla en nuestro tiempo, inicialmente en Madrid. José Luis se va a casar con su novia, Teresa, en un bodorrio por todo lo alto en un zona ajardinada exterior. Simultáneamente, un antiguo ex de ella, por la que la chica sigue teniendo un interés especial, decide, en medio de la conducción de su coche deportivo (y que debe gastar una fortuna en combustible, con tanto acelerón...), dar media vuelta y plantarse en la boda para pedir a la chica que se vaya con él. Así que José Luis se queda (literalmente...) compuesto y sin novia, justo cuando ella tenía que dar el “sí, quiero” al cura de turno. Hundido en la miseria (no solo psicológica... la boda le había costado una pasta gansa...), a José Luis lo intenta animar, como era previsible, su madre, Mari Carmen. Cuando intentan que en la agencia de viajes le devuelvan el importe del viaje de luna de miel, previsto para las Islas Mauricio, paradisíaco enclave en el Suroeste de África, y no lo conseguen, ella decide que se irá con el hijo para no desaprovecharlo...

El problema de esta Amor de madre es, fundamentalmente, su previsibilidad: sabemos que ambos, mamá y nene, tendrán un viaje inicialmente borrascoso entre ellos, ella queriendo mandar en todo al “niño” de casi cuarenta tacos y él abochornándose por las actitudes de la mamá pesada (perdón por la redundancia...), y que después las cosas irán tornándose mucho más amables entre ellos. Los guionistas, Cristóbal Garrido y Adolfo Valor, tienen un currículo de libretos cinematográficos y televisivos no precisamente exquisito: Gran Hotel, Gran Reserva, Cuerpo de élite... así que tampoco había motivos para la esperanza.

El film basa su supuesta comicidad en el humor de opuestos, aquí la madre coñazo y el hijo tirando a imbécil, pero le cuesta un mundo conseguir una sonrisa en el espectador. Los mejores momentos, curiosamente, los proporciona un personaje secundario, el de la recepcionista del hotel en Mauricio, Montse, que interpreta Yolanda Ramos intensificando el acento catalán hasta la caricatura, y que resulta ser la más graciosa, con ventaja, del film. Pero en general los gags de la película son bastante tópicos, y en ocasiones, directamente horribles, como el de los chupitos pagados a precio de oro en una taberna que parece el castillo de Drácula.

Así las cosas, con un humor que no funciona, con estereotipos y clichés, más algo de humor físico y un amago de humor marrón (que, como se sabe, es el más infecto recurso para conseguir la risa del espectador), con una puesta en escena convencional, televisiva en el peor de los términos, a pesar de lo costeado del rodaje, Amor de madre cuenta, eso sí, con magníficos paisajes de las paradisíacas Islas Mauricio (también de Tenerife, donde se completó el rodaje tras tener que interrumpirse por la pandemia), hasta el punto de que parece, aunque no lo esté, subvencionado por el patronato de turismo de la antigua colonia británica.

Caballero no está tampoco especialmente afortunado en la realización, con un deficiente ritmo narrativo que se limita a acumular los sosos gags pergeñados por los guionistas, en una historia rutinaria y manida, sin mucha ilación, con personajes de cartón piedra y un actor protagonista, Quim Gutiérrez, del que tenemos dicho que, aunque como intérprete dramático nos parece solvente, como cómico deja bastante que desear: se le nota muchísimo que quiere hacer reír, o sonreír al menos, y esa actitud un tanto sobreactuada no ayuda precisamente a creerte el personaje. Carmen Machi está mejor, aunque es cierto que esta actriz casi siempre parece estar interpretando su popular personaje de la serie Aida, que la lanzó a la fama.

Todo demasiado previsible y convencional en una comedia sobre la relación no siempre amable entre madre e hijo, cuando la primera es pesada cual tanque en la solapa y el segundo, secretamente, quiere seguir siendo Peter Pan, aunque no lo reconozca ni muerto...

(05-05-2022)


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110'

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Amor de madre - by , May 06, 2022
1 / 5 stars
Empieza donde termina “El graduado”