Pelicula:

Esta película está disponible en el catálogo de Netflix, Plataforma de Vídeo bajo Demanda (VoD).


La ciencia ficción de temática humanista, filosófica y/o metafísica presenta ya una larga lista de títulos de interés, desde la mítica 2001, una Odisea del Espacio (1968), de Kubrick, a la reciente Ad astra (2019), de James Gray, pasando por otros títulos clásicos como el Solaris (1972), de Tarkovski, o los más recientes Snowpiercer (Rompehielos) (2013), de Bong Joon-ho, Interstellar (2015), de Nolan, y Aniquilación (2018), de Alex Garland, por solo citar algunos evidentes.

A esa noble estirpe pertenece esta Cielo de medianoche. La acción se desarrolla en un futuro indeterminado, quizá hacia mediados de este siglo XXI (en la novela que se adapta se establece como fecha el 2049, pero en la película no hay referencia a ello). La Humanidad, sabedora de que la Tierra se agota, ha buscado un nuevo hogar, el satélite K-23 de Júpiter, donde es posible una vida similar a la que la estirpe humana ha mantenido sobre su planeta desde hace miles de años. El doctor Lofthouse es el padre de esa iniciativa, que ha enviado ya varias misiones al nuevo hogar de los hombres; pero en la Tierra, por razones que no se nos informan, se ha desatado un cataclismo tres semanas antes del momento inicial del film, que ha devastado prácticamente a todos los seres humanos. En una base en el Círculo Polar Ártico, el doctor Lofthouse se ha negado a ser evacuado porque padece una enfermedad terminal que le hace pensar que no merece la pena. En su rastreo de las naves espaciales que están en camino se encuentra con que una de ellas, llamada Aether, está activa, pero no saben qué ha ocurrido en la Tierra, por lo que el científico se afanará en comunicarse con ellos para advertirles que no vuelvan al planeta. Entre tanto, una niña, Iris, aparece en la estación polar, al parecer olvidada por su familia, por lo que el doctor tendrá que cuidar también de ella...

Es la primera vez que George Clooney, como director, afronta el género de ciencia ficción, aunque como actor sí estuvo en el remake Solaris (2002), que hizo Soderbergh sobre el clásico de Tarkovski antes citado. La base la pone la primera novela publicada por la joven escritora norteamericana Lily Brooks-Danton, titulada Good morning, midnight, editada en Estados Unidos en 2016. La historia proveída por la autora permite a Clooney y a su guionista Mark L. Smith un relato de aliento humanista, también de alguna forma filosófico, sobre el posible fin de la raza humana por los estragos perpetrados por ella misma contra su propio hogar, la Tierra, y cómo ese posible fin pudiera soslayarse con un nuevo comienzo, con una nueva Eva, con un nuevo Adán, con un nuevo vástago en camino, en este caso una niña, con lo que se confirma lo que todos ya sabemos, que el futuro es mujer.

Film sobre dilemas morales y éticos, como la necesidad de compatibilizar las más altas iniciativas (aquí salvar el género humano, nada menos...) con aspectos más personales de la vida (vivir, convivir con la persona amada, tener una vida en común; atender, proteger, respetar, amar a la prole), pero también sobre la posibilidad de que, finalmente, “in extremis”, se pueda conseguir la que parecía imposible redención para morir en paz con uno mismo, Cielo de medianoche, pese a sus errores, que los tiene (una llamativa falta de ritmo inicial, que no consigue encontrar su tono y su velocidad de crucero hasta casi la mitad del metraje; apreciables cabos sueltos en la historia narrada; falta de profundización en la relación entre el doctor en su juventud y su mujer, que conformará en puridad el tema de la película), sin embargo termina siendo una obra emocionante y a ratos incluso subyugante, con un mensaje marcadamente humanista, la callada pelea del Hombre por no desaparecer, contra toda esperanza, contra su propia, inicua, feroz manía suicida, pero también la confirmación de que, incluso en los peores momentos, lo mejor del género humano puede, inesperadamente, aparecer: la piedad, la protección a todo trance del indefenso, el sacrificio para alertar a los semejantes del peligro inminente, la capacidad para, a pesar de todo, amar, incluso aunque lo que se ame no sea sino el recuerdo de alguien que no se llegó a conocer.

Con un giro final de guion que da sentido plenamente a la historia, Cielo de medianoche continúa la estela de las películas de ciencia ficción que se alejan (¡loados sean los cielos!) de la estandarizada sección del género que se ha especializado en tiros con pistolitas láser y coreografiadas esgrimas con lo que parecen tubos fluorescentes de colorines, más próximos a la carnavalada que a la metafísica.

Formalmente, Clooney opta por la utilización de colores puros, en especial, claro está, los blancos níveos del Círculo Polar Ártico, con paisajes tan hermosos como aterradores; en la nave espacial el director se permite algunos agradables guiños, como incluir en su interior un largo pasillo de paredes circulares que remiten directamente a la de 2001, una Odisea del Espacio, e incluso la forma externa de esa nao recuerda en cierta medida la de su homóloga del film de Kubrick y también la de Interstellar. Hay también referencias nominales, como el hecho de que la nave se llame Aether, en latín “éter”, pero también, como sinécdoque, “cielo”, o que la niña que aparece en la estación ártica se llame Iris, como el arco multicolor que aparece tras la lluvia y que fue el símbolo de la nueva alianza de Yahveh con el Hombre tras el Diluvio Universal, otra cuasi extinción del género humano. Narrativamente la historia está contada con dos líneas argumentales paralelas, la de la estación polar y la de la nave espacial, con intermitentes flashbacks hacia el pasado del doctor Lofthouse y su relación conyugal que desatendió por sus intereses científicos que él consideraba más importantes.

Con algunas imágenes que difícilmente se olvidarán, como los grumos de sangre ominosamente suspendidos en el aire en la cámara de descompresión de la nave espacial por la falta de atmósfera en el habitáculo, pero también alguna concesión a la galería, como el inevitable paseo espacial para arreglar algo fuera de la nave, que, desde 2001..., sabemos se convertirá en una fuente de problemas para los paseantes por el éter, Cielo de medianoche gusta por su tono grave, que no solemne ni engolado, por un tratamiento de la historia que trata de conectar, entendemos que con éxito, con los principales mitos del género de ciencia ficción ambientados en el espacio sideral, en una trama que, finalmente, alcanza una dimensión filosófica: qué hacer cuando las opciones son morir a corto plazo, con suerte junto a tus seres queridos, o vivir hasta morir, sin más, hasta que el cuerpo aguante, infinitamente lejos de los que fueron el norte de tu vida.

Buen trabajo de Clooney como actor, muy implicado, aunque es cierto que el bello George siempre se implica mucho, sea, como es el caso, en un proyecto que ha hecho suyo, produciéndolo, dirigiéndolo e interpretándolo, o sea en aquellos otros trabajos que se adivinan alimenticios, pero a los que, con buen criterio, aporta lo mejor de sí mismo, como debe ser. Del resto nos quedamos, claro está, con la siempre excelsa Felicity Jones, una de las más talentosas actrices de su generación, y también con la presencia magnética de la jovencísima Caolinn Springall, una niña que, si crece y madura bien, nos puede dar muchos momentos de placer cinéfilo.

(06-01-2021)


Cielo de medianoche - by , Jan 06, 2021
3 / 5 stars
Ciencia ficción humanista