La aventura del Poseidón

Ronald Neame (Londres, 1911 – Los Ángeles, 2010) fue un director de fotografía británico que, con el tiempo, se pasó a la producción y dirección cinematográfica, campos en los que obtuvo buenos réditos, tanto comerciales como artísticos. Tras una primera etapa como realizador en su país, con títulos que llamaron agradablemente la atención, como El millonario (1954), El hombre que nunca existió (1956) y Un genio anda suelto (1958), el cine USA lo ficha, haciendo ya bajo pabellón norteamericano films tan estimables como Podría seguir cantando (1963), última película de una Judy Garland ya estragada por las adicciones; ese fichaje por Hollywood no le impidió seguir rodando también notables films en su país, Reino Unido, como Los mejores años de Miss Brodie (1969), exquisita dramedia con una Maggie Smith insuperable, o Muchas gracias, Mr. Scrooge (1970).

A Neame le corresponde a la vez el honor de haber iniciado un subgénero dentro del de aventuras, el de catástrofes, pero también el baldón de haberlo finiquitado. Lo inició, junto con Aeropuerto (1970), de George Seaton, con esta La aventura del Poseidón (1972), que se constituyó en su momento en un gran hit comercial. Curiosamente, la crítica de la época no la recibió demasiado bien, apreciando solo un gran artefacto comercial sin mayor enjundia. Sin embargo, el tiempo ha jugado claramente a su favor, y hoy día, en pleno siglo XXI, La aventura del Poseidón es justamente considerada como una de las películas más interesantes del subgénero de catástrofes, y en general del de aventuras, una cinta hecha en estado de gracia donde se conjugaban con fortuna el ritmo narrativo, las peripecias sin cuento, los personajes perfectamente cincelados, en una historia que no da tregua y te lleva en volandas hasta un final pleno de adrenalina y emoción, una historia finalmente también de sacrificio y redención, magníficamente puesta en escena por Neame.

Sobre la novela homónima de Paul Gallico, la acción de la película se desarrolla a bordo de un gigantesco transatlántico de pasajeros, el Poseidón del título, durante la celebración de la Nochevieja, mientras surca las aguas del Mediterráneo, realizando un crucero de lujo. En la fiesta de esa noche coinciden en la mesa del capitán varios personajes, cada uno de los cuales tiene algún tipo de preocupación o inquietud. Como consecuencia de un tremendo maremoto que se produce en la zona, una gigantesca ola de 30 metros tumba el barco, dándole la vuelta. Los pasajeros supervivientes habrán de intentar salir del buque antes de que este se hunda totalmente...

Curiosamente, como decíamos, Neame inició, junto a Seaton, el cine de catástrofes, y también lo hundió definitivamente (en aquella época, aunque décadas más tarde volvió a resurgir) con el fracaso estrepitoso de Meteoro (1980).

El buen hacer de La aventura del Poseidón (1972) es aún más nítido si se compara con la endeble secuela que tuvo años más tarde, Más allá del Poseidón (1979), de Irwin Allen, y no digamos los pésimos remakes que se realizaron decenios más tarde, en concreto los titulados La aventura del Poseidón (2005), de John Putch, y Poseidón (2006), de Wolfgang Petersen, a cual peor.

Gran reparto, como era habitual en este tipo de cine: el mejor, un gran Gene Hackman en un excelente momento de forma (en esa época estaba haciendo maravillas como sus personajes de French connection y La conversación), pero también la estupenda Shelley Winters, que protagoniza además la icónica e inolvidable escena de la inmersión, copiada y versionada multitud de veces.

(05-03-2021)