Pelicula:

CRITICALIA CLÁSICOS


Disponible en Prime Video, Rakuten, Pluto TV y Runtime.


[En este 2024 Sophia Loren cumple 90 años. En su homenaje, publicamos la crítica de una de sus películas más conocidas]


En 1963, año de rodaje de este film, el Neorrealismo italiano era ya más un recuerdo que una realidad: en una fase económica mucho mejor que la de la postguerra, ya no parecía necesario que el cine mostrara esa durísima coyuntura que siguió al final de la Segunda Guerra Mundial (que Italia, como Alemania y Japón, perdió). No obstante, fue evidente que ese fenómeno cinematográfico seguía presente, si no temáticamente (que en buena medida también, aunque ya en otro tono), sí estilísticamente. De hecho, cuando se escriben estas líneas, en la tercera década del siglo XXI, en Italia (y no solo en ese país) se siguen haciendo, de vez en cuando, películas influidas por el Neorrealismo, o por su espíritu, lógicamente actualizado.

Vittorio de Sica, uno de los grandes nombres del Neorrealismo, con títulos emblemáticos como Ladrón de bicicletas, Milagro en Milán y Umberto D., viró en su obra, a principios de los años sesenta, hacia una cierta comedia que mantenía estilísticamente en buena medida los rasgos neorrealistas, pero presentaba ya situaciones de humor que nada tenían que ver con esos primeros y tan duros dramas citados. Es el tiempo de este Ayer, hoy y mañana, pero también de Matrimonio a la italiana; en ambos se apoyó en una pareja de intérpretes de excepción, Sophia Loren y Marcello Mastroianni, que tuvieron siempre una excelente química en las muchas películas en las que actuaron juntos.

La película está compuesta de tres episodios con otras tres historias distintas, algo bastante habitual en Europa (especialmente en Italia y Francia) durante los años sesenta, aunque también era frecuente que cada episodio se encargara a un director distinto, lo que aquí no ocurrió, siendo De Sica el responsable de poner en escena las tres historias. En el primer capítulo, titulado Adelina, ambientado en 1953, conocemos a la protagonista que da nombre al episodio, una mujer de clase baja a la que van a embargar los muebles de su casa por impago. Mujer de colmillo retorcido, sabedora del tema, ya ha repartido los muebles por las casas de sus vecinos, lo que sin embargo la hará incurrir en delito, por lo que deberá ir a la cárcel. Pero, embarazada como está, la ley no permite que eso ocurra, con lo que hay que esperar que se “desembarace”, momento en el que hay que esperar otros seis meses para que pueda entrar en prisión… claro que a un embarazo le puede seguir otro… El segundo segmento, titulado Anna, nos presenta a una rica mujer, casada con un hombre que no le hace caso, embebido en el dinero y el éxito, una mujer que deambula, llena de hastío, en un descapotable por la ciudad, donde encuentra a un hombre, Enzo, con el que vivirá una aventura amorosa, pero también existencial… El tercer episodio se titula Mara, y presenta a una mujer, la Mara del título, que ejerce la prostitución en Roma; en su apartamento recibe a su cliente habitual, pero en la terraza, donde toma el sol, es observada por un seminarista, Umberto, que se queda prendado de los dones físicos de la mujer…

Como cabía de prever, aunque el film tiene una evidente unidad de estilo, sí que es cierto que cada episodio tiene un tono diferente, dependiendo en buena medida del origen del guion de cada uno de ellos. Así, el primero, en el que la materia argumental la pone el dramaturgo Eduardo de Filippo, tiene el tono habitual de las historias de este famoso hombre de teatro (también prolífico guionista), historias llenas de un humor socarrón, con frecuencia con toques picantes, y generalmente también ambientadas en cuanto al paisanaje en las clases bajas, preferiblemente romanas. Casi todo ello se cumple en este segmento Adelina, en este caso rodado en los barrios humildes de Nápoles, con casas viejas y descuidadas, en un episodio en el que se puede apreciar un cierto costumbrismo, quizá como lógica continuación de una de las características del Neorrealismo. Habla este segmento de las pequeñas triquiñuelas de la gente desfavorecida para burlar la ley, con una mirada cómplice hacia sus criaturas, gente sin oficio ni beneficio, sin formación ni futuro, que sobreviven cada día como buenamente pueden, haciendo equilibrios constantemente, siempre al filo de la ilegalidad.

Como buena obra que parte de Eduardo de Filippo, habrá efectivamente un tono sensual en el hecho de que, en su desaforada búsqueda de un nuevo embarazo que la libre de la cárcel, la protagonista esté a punto de acostarse con su cuñado, que estaba por sus huesos, aunque finalmente la cosa se queda en nada. El personaje principal es un auténtico bombón, bordándolo Loren, como cabía esperar, una matriarca que manda en la casa y en la vida, toda una mujer, siendo todo un espectáculo verla hablar y mandar. Por supuesto, con la perspectiva que da escribir estas líneas bien adentrado el siglo XXI, resulta más bien chocante, por no decir otra cosa, el valor puramente instrumental que se les da a los hijos, aquí meras coartadas para no ingresar en prisión.

El segundo episodio nos parece más endeble. Con materia argumental procedente de la novela homónima de Alberto Moravia, está rodado en la zona de Milán, una ciudad sin duda mucho más cosmopolita que la más bien cateta Nápoles. Este episodio parece muy influido por el cine de Antonioni, un cineasta que por aquel entonces estaba muy en boga, con temas como la incomunicación y el hastío de vivir, en especial de las clases altas, como la protagonista, que lo tiene todo pero en realidad no tiene nada; el encuentro con el hombre con el que tendrá una aventura será un paréntesis en su vida vacía, en un segmento que habla del mundo visto desde la cúspide económica y social de la plutocracia, con una dura crítica sobre  la falta de escrúpulos y de corazón de la clase dominante. Aparte de su tono cosmopolita, urbano y dramático, que lo diferencia claramente del primer episodio, esta segunda entrega del film cuenta con una hermosa banda sonora a base de jazz, cuando en la primera “puntata” la música la ponían unas no menos bellas (pero tan distintas) canciones típicas napolitanas.

El tercer episodio está escrito directamente para la pantalla por el gran Cesare Zavattini, uno de los grandes guionistas del Neorrealismo. La acción se desarrolla en este caso en Roma, en el tiempo de su rodaje, ya en los años sesenta, con una puta de alto standing (dice que entre su clientela tiene hasta senadores…) que se hace pasar por manicura para no escandalizar al vecino novicio, que, desde luego, está deseando escandalizarse… Este segmento tiene cosas interesantes, como la cercanía que hay entre vicio y virtud, entre pecado y religión, así como también la puesta en evidencia de que los curas (o los que quieren serlo) son, como decía aquella vieja película de Masó, “un hombre como los demás”, cosa que en aquel tiempo, principios de los sesenta, parecía casi revolucionario decirlo… De Sica, con su guionista Zavattini, juega con la siempre agradecida (desde el punto de vista argumental, no moral ni ético) presencia de una prostituta, que, sobre todo en aquellos tiempos más bien represivos de los primeros años sesenta, daba mucho juego a la hora de poner en pantalla a una profesional del sexo, lo que a buen seguro hacía que los espectadores más calientes imaginaran, cada uno a su rijosa manera, los planos en “off” de la historia.

De los tres episodios, como decimos, el mejor es el primero; no es que los otros dos no tengan interés, que lo tienen, sino que, por comparación, el primero les gana de calle, por su frescura, por la fuerte personalidad de su personaje central, esa Adelina de rompe y rasga que pretende quedarse embarazada cuantas veces sea necesario antes de ingresar en la cárcel.

Gran trabajo actoral de Loren y Mastroianni, en especial la primera, con una ductilidad extraordinaria, capaz de hacer la jacarandosa “mamma Napoli” del primer episodio, la rica amargada del segundo y la puta de buen corazón del tercero, en todos los casos haciendo esos personajes absolutamente verosímiles y creíbles.

(29-05-2024)


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114'

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Ayer, hoy y mañana - by , May 31, 2024
3 / 5 stars
Tres tonos con la misma unidad de estilo