La noche americana

Cuando en 1984 moría precozmente François Truffaut, víctima de un tumor cerebral, a la tragedia personal del fallecimiento de un hombre todavía joven (solo 52 años), se añadía la tragedia artística de perder a un cineasta en la flor de la vida, a una edad de plena madurez que nos podría haber dado todavía muchas y buenas películas. El papel de Truffaut es, sin duda, determinante en el cine moderno, primero desde sus posiciones de teórico como incisivo crítico en las páginas de la mítica revista Cahiers du Cinéma, y después, al pasarse a la dirección cinematográfica, desmontando con una sola película el encorsetado cine francés (pero también del resto del mundo) que se hacía aún en los años cincuenta. Bastó su Los cuatrocientos golpes (además, desde luego, del À bout de souffle de Godard) para que el cine francés (y el mundial) no volviera a ser más el acartonado arte que seguía viviendo de las rentas del cine que se hacía en los años cuarenta. Después la historia es conocida: Truffaut se consolidó en las dos décadas y media siguientes como uno de los cineastas más influyentes de su tiempo, con films emblemáticos, eclécticos, tan distintos como Jules et Jim, Farenheit 451, La novia vestía de negro, El pequeño salvaje, Las dos inglesas y el amor y Diario íntimo de Adèle H. Es cierto que su cine posterior bajó de nivel, pero aún así tuvo fogonazos geniales en films como La habitación verde, El último metro y La mujer de al lado.

Entre las buenas y eclécticas películas de su primera y mejor época debe figurar también esta La noche americana, que cuenta la historia de un azaroso rodaje ficticio: en unos estudio de Niza se rueda el film “Os presento a Pamela”, a las órdenes del director Ferrand, famoso por su paciencia y por su sordera, protagonizado por una popular estrella jolivudense, Julie Baker. En el transcurso del rodaje las peripecias de éste se entremezclarán con los problemas personales de los miembros del equipo técnico y artístico...

Con La noche americana François Truffaut realizó un sentido homenaje al cine, a su mundo de detrás de las cámaras, idealizándolo tal y como él lo veía. Parece claro que los trasfondos del mundo del cine no eran (ni son...) tan de color de rosa como nos los pintaba Truffaut, pero también es verdad que el cineasta parisino no pretendió ser realista, sino solo darnos su personalísima visión de un fenómeno que, como es sabido, en su caso le salvó, literalmente, la vida: porque su absoluta fascinación por el cine le evitó ser un adolescente malogrado, un joven amargado, seguramente un maduro hastiado, quizá muerto por falta de alicientes vitales. Truffaut decía que prefería el cine a la vida, y esta La noche americana no deja de ser, en puridad, sino una sentida declaración de amor hacia el cine, hacia las películas.

Estamos, desde luego, en eso que se suele denominar “cine dentro del cine”, pero realizado de tal forma que no resulta nunca monótono, como a veces ocurre con este tipo de filmación, que gusta de regodearse con tics y guiños internos, con chistes privados que resultan extraños al espectador medio; muy al contrario, el público conectó muy bien con esta historia un poco marciana pero llena de ironía, una comedia que mueve a la sonrisa cómplice antes que a la carcajada.

La noche americana (título que evoca el truco fotográfico que hace parecer de noche escenas que realmente se ruedan de día, y que en inglés es conocido como “day for night”, “día por noche”) obtuvo el Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa correspondiente a 1974. A destacar la participación del propio Truffaut en el reparto, haciendo el personaje del director Ferrand, interpretando de esta forma un papel que quizá no estaba muy lejos de su propio trabajo como “metteur en scène”, como le gustaba denominar al oficio de director de cine. El resto del reparto se comporta bien, muy ajustados a sus papeles, con la siempre encantadora Jacqueline Bisset y el actor-fetiche truffautiano por excelencia, Jean-Pierre Léaud, aquí teóricamente dejando al margen su habitual papel de “alter ego” de Truffaut, Antoine Doinel, aunque en la práctica no andaba demasiado lejos...

(15-04-2023)