Pelicula:

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En los últimos tiempos estamos viendo cómo algunos (más bien “algunas”) cineastas de nuestro país que han destacado por originales propuestas independientes y han sido colmadas con nominaciones al Goya y premios de toda laya, están dirigiendo productos puramente comerciales. Es el caso de Alauda Ruiz de Azúa, que encandiló el pasado año con su Cinco lobitos, y que posteriormente ha realizado con pulcritud y profesionalidad un proyecto industrial como Eres tú, para Netflix, o Carlota Pereda, cuyo largo Cerdita (ampliación del laureado corto homónimo) llamó poderosamente la atención, lo cual no ha sido obstáculo para que haya sido la realizadora, muy aseadamente, de seriales populares como Alba y, anteriormente, El secreto de Puente Viejo.


Algo así ha ocurrido con Lucía Alemany, que hace unos años gustó mucho por su La inocencia (2019), que consiguió nominaciones en los premios Goya, Feroz y Gaudí, una pequeña película valenciana que sabía a verdad. Ahora nos llega dirigiendo este producto evidentemente (y lícitamente, por supuesto) comercial como es Mari(dos), una comedia que, por lo demás, ha sido bien acogida por el público español. 


La película se ambienta en nuestro tiempo; conocemos de entrada que en una estación de esquí (quizá del Pirineo Aragonés, aunque no se cita la localización concreta) ha ocurrido un alud que ha matado a un buen número de personas y dejado heridas a otras muchas. Hacia esa estación de esquí, aquí llamada ficticiamente Malpaso, se dirigen Toni, empresario catalán, y Luis, dibujante de cómics madrileño; las esposas de ambos han resultado heridas por el alud, y están en coma, en el hospital del lugar. Toni recoge en el trayecto a Emilio, cuyo coche se ha averiado, y ambos llegan al hospital a la vez; allí, para su sorpresa, se enteran de que el nombre de sus esposas coincide, Laura Sánchez, pero que la coincidencia no es solo nominal: también resulta que es la misma persona...


Uno de los valores (no muchos, habrá que reconocerlo) de esta Mari(dos) es plantear una situación insólita no ya en el cine español, sino en cualquier cine: películas con bígamos, o polígamos, hombres casados con dos o más mujeres, las hay de todos los colores y de todas las épocas. Así a vuela pluma recordaremos algunas: El bígamo (1953), de Ida Lupino, la también titulada El bígamo (1956), de Luciano Emmer, la famosísima Doctor Zhivago (1966), de David Lean, Los girasoles (1970), de Vittorio de Sica, Micki y Maude (1984), de Blake Edwards... y otras muchas. Sin embargo, son muy poco frecuentes las que tratan su opuesto, la poliandria, mujeres casadas con dos o más hombres a la vez. Y es que, ciertamente, éste siempre ha sido un fenómeno mucho menos habitual que el otro. Como será la cosa que existe la palabra “bigamia” pero no “biandria”, que sería mujer con dos esposos... El caso es que uno de los atractivos de esta peli muy de nuestro tiempo es, precisamente, poner en escena un caso de poliandria, por supuesto en clave de comedia, de humor más o menos irónico, con la sana intención de llenar las arcas de sus productoras, lo que parece que va a ocurrir.


No es el único mérito del film: también nos ha parecido interesante que tenga apuntes muy de nuestro tiempo, como el fenómeno de los niños trans (bueno, digamos niñes, como se dice ahora para estos críos...), aunque sea de pasada, así como algunos guiños cinéfilos curiosos, como el nombre de la supuesta estación de esquí, Malpaso, el mismo nombre de la productora de Clint Eastwood, lo que quizá haya influido en que la banda sonora de Vanessa Garde contenga acordes que remiten inequívocamente a las músicas de los espagueti-wésterns; pero también, y sobre todo, es de valorar una muy profesional puesta en escena, un buen ritmo narrativo y una serie de giros de guion que mantienen el interés del público. Por supuesto, también tiene cosas más bien negativas, como la presencia, otra vez, del humor de opuestos, aquí con el madrileño lacónico, cascarrabias y gruñón, que podría ilustrar la voz “antipático” en el DRAE, y el catalán dicharachero, parlanchín, “buenagente” (sí, así todo junto, que es más gráfico sobre su sentido...), que sin embargo, tras su blanda apariencia, esconderá algún secreto oculto que permite cierto gag divertido. Y es que el humor de opuestos, viejo como el mundo, pero uno más entre otros muchos, sin embargo desde Ocho apellidos vascos se ha constituido en el humor omnipresente del cine español. Y cuando se opta por otro, como sucede aquí, resulta ser en beneficio de humores no precisamente distinguidos, como el escatológico o el verde, como esa escena de los dos “comaridos” (como denomina el catalán a la peculiar pareja que hacen ambos), orinando juntos y midiéndosela como adolescentes.


Comedia agradable a ratos, se nota de todas formas que a los mandos del guion está una pareja como Pablo Alén y Breixo Corral, autores a cuatro manos de los libretos cinematográficos de esas no precisamente maravillosas películas 3 bodas de más y Anacleto, agente secreto. El conjunto, irregular, tiene, como decimos, sus luces y sus sombras, confirmando de todas formas que, como decíamos al principio, es lógico, razonable y plausible que las nuevas generaciones de buenas cineastas (también ellos, desde luego) hagan cine comercial a la par que preparan sus nuevos y más ilusionantes proyectos personales.


Buen trabajo actoral de los dos protagonistas, a pesar de lo bastante marciano de sus personajes. Nos gusta mucho el muy sevillano Paco León con un gracioso acento catalán, que resulta paródico pero no hiriente; Ernesto Alterio aparenta hacer un personaje parecido al odioso trápala de El cuarto pasajero, solo que aquí es con frecuencia un “pringao”, no el intragable marrullero que se iba de rositas en el film de Álex de la Iglesia. 


(22-03-2023)


 


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102'

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Mari(dos) - by , Aug 05, 2023
2 / 5 stars
Poliandria